Otro revés a la coalición

Juan GómezJUAN GÓMEZ *

En Zacatecas han fracasado dos tipos de alianza en las que el denominador común ha sido la voluntad política del gobernador Miguel Alonso, quien estructura un escenario para fortalecer únicamente al partido gobernante y dejar de lado, el avance que podrían generar las fuerzas opositoras partidistas.

¿Cuáles son estas dos alianzas nonatas que pretendieron registrarse en el proceso electoral zacatecano?

La primera tiene que ver con el “aliado natural” del Revolucionario Institucional: El Partido Verde Ecologista de México, quien mantiene una relación de colaboración estrecha con la dirigencia nacional priista y con el Presidente Enrique Peña Nieto, al apoyar la estrategia parlamentaria en las dos cámaras.

Sin embargo en Zacatecas las diferencias irreconciliables entre el líder Verde, el senador Carlos Puente Salas y el mandatario estatal, fueron el origen de la ruptura de la coalición electoral con el PRI.

El Verde ha sido pieza clave en el registro de candidatos en el proceso electoral pasado. Por ejemplo, prestó las siglas y registro para que Arnoldo Rodríguez Reyes fuera candidato por la capital del estado.

También fue clave para registrar las candidaturas de Judith Guerrero López y de Bárbara Romo Fonseca en las elecciones federales pasadas.

El PVEM ha sido pieza clave en el impulso de reformas legislativas y fiel acompañante de las iniciativas que el mandatario estatal ha enviado al congreso.

Pero ello no bastó para mantener la “alianza natural”.

La alianza electoral con el Partido Nueva Alianza estaba predestinada al fracaso. Solo su dirigente estatal, María Elena Nava no quiso verlo y su ingenuidad política marcó su exhibición ante los medios de comunicación, cuando la dirigencia priista la dejó plantada, con sus documentos en mano, en las instalaciones del Instituto Estatal Electoral.

La detención en el penal de Santa Martha Acatitla de la profesora Elba Esther Gordillo Morales, marcó el inició de la frustración aliancista.

En este mismo espacio lo comentamos, pero María Elena Nava nunca lo entendió. Se aferró a una “alianza” en la que era una invitada no deseada.

La alianza electoral PAN-PRD es otra historia.

Por primera vez en la historia electoral de Zacatecas la izquierda y la derecha acordaron cupularmente formalizar una coalición electoral, para enfrentar a su enemigo común, pero sobre todo, para generar condiciones que aseguraran el triunfo electoral en la mayoría de los 58 municipios y en el congreso local.

Pero las fuerzas internas y externas en sendos partidos políticos trabajaron sin descanso para descarrilar la “alianza”, primero generando división y confrontación al interior y después, presionando a los organismos electorales.

Fue estrategia en dos escenarios cuyo resultado es la negativa de registro en el Instituto Estatal Electoral y en el Tribunal de Justicia Electoral de Zacatecas.

El gobernador Miguel Alonso Reyes pudo estar tranquilo este fin de semana, puesto que se le dio cerrojazo en Zacatecas a la coalición electoral PAN-PRD, lo que le permitirá allanar el camino en el proceso electoral.

Seguramente los argumentos jurídicos que se esgrimieron tanto en el IEEZ como en el TJEZ serán ratificados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, puesto que el Presidente Enrique Peña Nieto no desea el inicio en el país de alianzas electorales que permitan el avance de la oposición en su gobierno que apenas inicia.

Pese a todo ello el pasado cuatro de abril en conferencia de prensa en la que estuvieron presentes las dirigencias estatales de Acción Nacional y de la Revolución Democrática, el secretario general adjunto de Elecciones del Comité Ejecutivo Nacional panista, Juan Manuel Oliva Ramírez, afirmó lo siguiente:

“Con autorización o sin autorización del Instituto Electoral, de Peña Nieto, del PRI o de Miguel Alonso, la alianza PRD-PAN va en Zacatecas, porque la instención de coaligarnos es ganar la elección y desde los gobiernos municipales y el congreso, impulsar la transformación de Zacatecas y ponerlo en la ruta del desarrollo”.

¿Cómo harán esa alianza de facto en Zacatecas?

La respuesta no la han querido exponer y tampoco han pretendido explicar la estrategia que ambas fuerzas políticas operarán en las campañas electorales.

El segundo revés recibido en el TJEZ los obligará a plantear esa estrategia electoral conjunta y por supuesto, capitalizar la victimización de la que han sido objeto en los organismos electorales locales.

La “alianza de facto” podría aplicarse mediante dos instrumentos:

1.- La declinación de candidatos a favor de otro.

2.- Omitir postulación de candidato en algún distrito o presidencia municipal.

El riesgo es la contabilidad de votos al partido que tiene repercusiones en la asignación de posiciones plurinominales en el congreso y en el financiamiento público.

3.- La designación de candidatos débiles.

Seguramente lo que si hará la oposición PAN-PRD y quizá se le unan otros partidos opositores como el Partido del Trabajo y Nueva Alianza, es la alianza por la defensa del voto, con lo cual, continuará la “judicialización” del proceso electoral en Zacatecas.

Por cierto, es contradictorio e ilógico que iniciemos un proceso electoral cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, aún no resuelve los casos pendientes, las denuncias presentadas en las elecciones federales pasadas en Zacatecas.

Afirmar que las alianzas electorales que se proyectaron en el proceso electoral 2013 en Zacatecas han fracasado, es anticiparnos a un desenlace electoral que aún no concluye en el estado.

Al tiempo.

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