100 días de Peña Nieto
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX *
La explosión de Pemex sea parte de un extraño gas con inexplicables rumbos, cimbró a México y a su novel gobierno que derribaba el muro político de 12 años del chistoso Fox y el autoritario Felipe.
El asesinato del Secretario de Turismo de Jalisco, hombre articulado a los negocios turísticos de alto nivel en el país y protagonista en la construcción y conducción de una Ruta del Sol de hoteles de gran turismo en México, ha vuelto a sacudir a los 100 días gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los grupos de autodefensa no dejan de ser un “prietito en el arroz” donde la guerrilla, los narcos o simples ciudadanos que sólo pretenden seguridad, poco a poco van adueñándose de territorios y estados importantes en la nación. Estos eventos tienen un encanto para la prensa internacional, como lo tuvo en su momento el subcomandante Marcos, o como lo tuvieron también los machetes de Atenco, que siempre recuerdan las imágenes de la Revolución Mexicana que, a pesar de haber cumplido un siglo de su surgimiento, sigue fresca en la memoria mundial, con un déjà-vu que habría que verlo en el Barrio Latino francés de la mismísima Paris, donde los afiches y carteles siguen vivos con este símbolo.
El Quinazo-Gordillazo alinea al magisterio charro del país, aliado del gobierno, en contra del gobierno. Los muchos millones de millones que el PAN le dio a Elba Esther para nutrirla, parecieran hacernos olvidar que la criatura fue parida por el PRI y que, precisamente, Carlos Salinas de Gortari, quien presume la paternidad del actual gobierno, fue el partero de ese engendro.
Sin embargo, debe reconocerse que el ascenso al poder resultó aterciopelado. Andrés Manuel López Obrador se hizo a un lado, el PAN se convirtió en alfombra, como el PRI lo había sido con Fox y Felipe Calderón. No hubieron riñas, solamente uno que otro tironcito o pellizcos, para que Enrique Peña Nieto asumiera como en una fiesta de XV la Presidencia de la República Mexicana.
Se embolsó al PRD y al PAN en un acuerdo nacional para no ser molestado. Nombró como patrón de ese grupo a uno de los políticos más desprestigiados del país, José Murat, y el comunista de siempre, Pablo Gómez, entre otros, quedó sometido a esa estructura. También quedaron atados sus partidos.
En los viajes del presidente al extranjero sólo se junta con el grupo latinoamericano, o esas son las fotos que manda al mundo. La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, el presidente de Uruguay, José Mujica, han sostenido encuentros con él, y ahora asiste a los funerales de un líder polémico con el que prácticamente México había roto relaciones en la era panista. Se pone de pie junto al féretro de Hugo Chávez, para hacer guardia de honor con quien ideológicamente poco tuvo que ver. Raúl Castro, de Cuba, es otro de sus clientes preferidos.
La prensa de hoy señala que el imperio norteamericano deja en orfandad al expresidente priísta Ernesto Zedillo, y en ese acto del asesinato de chiapanecos en Acteal, queda articulado quien es ahora el Secretario de Educación de México, Emilio Chuayfett. Se dice que, en su momento, su cese o renuncia a la Secretaría de Gobernación –encargo que ocupaba por aquellos días- fue causado por ese hecho, del que por lo menos fue chivo expiatorio. Mexiquenses ambos, ex gobernadores los dos, aspirantes a la Presidencia de la República, uno frustrado y el otro logrado, Chuayfett y Peña Nieto son compañeros de autobús, del mismo grupo ideológico y hoy del mismo régimen.
Los 100 primeros días de gobierno no han sido la Luna de Miel que se esperaba. Viene el incremento al IVA, la reforma a la estructura de Petróleos Mexicanos, el inevitable movimiento del magisterio charro y –desde luego- el movimiento magisterial democrático. Se trata de un coctel como el Margarita, con limón, tequila y sal, que tanto les gusta a las gringas que visitan México, pero que a muchas ha mareado con tan mágico y embrujador brebaje.
Terminaron 100 días de 6 años que transcurrirán de manera compleja, seguramente, pero que esperamos traigan experiencia y pericia a un gobierno que las necesita todas consigo, por el bien de México.
* Rector IGA
