Policías comunitarias: Semáforo en rojo
RAÚL MANDUJANO SERRANO *
Policías comunitarias: semáforo en rojo.- A ver… Bien a bien ¿Qué son las policíascomunitarias? –Pregunta el hacedor de las crónicas mandujanescas- Para muchos, es la prueba tácita de que las gendarmerías oficiales, municipales o estatales, y hasta las federales, no sirven, o bien quizá, son ineficientes o insuficientes. Pero, serían acaso ¿un eufemismo para referirse a grupos paramilitares o agrupaciones armadas?… No parece ser clara su definición, lo que sí es evidente, es que la gente se está armando. Han decidido tomar las riendas de la seguridad de sus comunidades y cuidado, esto es muy peligroso.
Leif Korsbaek y Héctor Ruiz Rueda, en su libro: Diversidad Cultural, Resistencias y Entuertos, refieren “que la autodefensa no es otra cosa que la necesidad de supervivencia, ya no sólo ideológica sino física, y que nace como una necesidad de generar un orden coordinado que permita a las comunidades sobrevivir a los altos índices de inseguridad”. Guerrero es el más claro ejemplo de su existencia. Hoy se sorprenden muchos de que el sureño estado sea cabeza de orden comunitario, pero ya desde 1995 existen estos grupos, sobre todo en la Costa Chica y la Montaña de sureña. El primer comando social apareció en Santa Cruz El Rincón, municipio de Malinaltepec, integrado por voluntarios de 36 comunidades, decididos a frenar los asaltos, violaciones sexuales y abigeato que asolaban la región. Actualmente, está conformada por más de 70 poblados y cuentan con una página oficial: www.policiacomunitaria.org, que es alimentada por la Coordinadora Estatal de Autoridades Regionales.
Pero ¿Por qué nació? –Insiste en cuestionar el kamasutra de las posiciones informativas-, pues en Guerrero, porque sus comunidades eran y son saqueadas, sus cosechas robadas, sus mujeres violadas, sus hombres asesinados. Entre pueblos es tanta la distancia, que cometer delitos asegura impunidad. Si se denunciaban, nadie investigaba, es más, las mismas autoridades los perpetraban. La gente tenía que hacer algo, y lo hizo. Con escopetas, machetes y pistolas hicieron su propia justicia. Lo incongruente de las cosas es que llegaron a no juzgar, sino a matar. Se presume que en la última semana han asesinado a 2 presuntos criminales y estadísticas no oficiales de sus trabajos como vigilantes, refieren que la reciente década, ejecutaron a 50 probables maleantes, sin que nadie fue presentado ante alguna autoridad. Se amparan ante una legislación suya, una la ley del monte, sin que esto suene a la trova chentiana del charro de Huentitán.
Ahora bien ¿Por qué aparecen en Morelos, Michoacán y el Estado de México? ¿Por qué se levantaron los indígenas de Chiapas? ¿Por qué nació el EZLN? ¿El EPR? Seguro es por las mismas razones que en Guerrero… Cuidado, el semáforo ya está en rojo. ¿Gente armada? ¡Aguas! ¡Cuidado! Esto no es una broma…
Colofón: El Chompiras en el CCH
La noticia es que los secuestradores del CCH Naucalpan accedieron a liberar a su víctima. Lo hicieron bajo advertencia a la UNAM de que no intenten nada contra los plagiarios y liberen al resto de la banda, además de exigir una mesa permanente de diálogo para que les sean cumplidas el resto de sus exigencias… Y, en esto de las preguntas, el amanuense cuestiona ¿Se cumplirán sus demandas? Si es así ¿Por qué? ¿Quién se creen qué son estos vándalos y criminales?
Mientras degusta de una exquisita tostada de camarón y nuevamente, de una plácida bebida fermentada de barril escarchada, el creador de las aventuras irreverentes, rememora que hace unos días, aún cuando se quiso mantener en el sigilo, se ligó a un supuesto estudiante de nombre José Luis Ramírez Alcántara, El Chómpiras, con la toma violenta del CCH. Lo curioso del asunto es que éste sujeto, por medio de fotografías, se encuentra también vinculado con el asalto a una gasolinera y los actos vandálicos del 1 de diciembre de 2012. En las gráficas aparece este individuo lanzando bombas molotov contra la policía.
El viernes 1 de febrero, como parte de la misma pandilla, destrozó instalaciones del CCH Naucalpan. El martes 5 roció gasolina y amenazó con quemar vivos a maestros de ese plantel a quienes mantenían retenidos, entre ellos una profesora embarazada. Horas después prendió fuego a la Dirección; otras fotografías lo sitúan golpeando a vigilantes de la UNAM y causó destrozos en el campus. La pandilla del Chompiras también ha sido identificada como la misma que lideró las acciones violentas en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
La pregunta sería ¿Por qué no van a la cárcel? El Código penal del DF sanciona hasta por 45 años de prisión los “daños en propiedad ajena y ataques a la paz pública en pandilla”. Pero evadió a las autoridades capitalinas amparado en la protección del peje AMLO, quien el mismo 1 de diciembre consideró que “no había motivo para usar la fuerza bruta contra los estudiantes” y los llamó así, a sabiendas que no lo eran y estaban encabezados por Ignacio del Valle, líder de Los Atencos. Hoy, estos sujetos, vándalos y porros, delincuentes y criminales, destruyen planteles en nombre de la autonomía universitaria, él, el Chompiras y los otros, protestan en contra de la prohibición de vender drogas dentro del plantel, negocio del cual viven… ¿Habrá impunidad?
De refilón: El precio del pollo sube, los guevos también… Que guevotes, decían, ¡”Que guevotes”!!
La del estribo: ¡Soy un diputado!
Cuentan que en su otra vida, los periodistas Sergio Macedo y Adrián Ojeda eran un topo y una serpiente que vivían en lo más profundo de la tierra. Por obviedad, Macedo era ciego y Ojeda nunca había podido salir a la superficie. Como ambos sólo se conocían por voz y no sabían como eran, decidieron tocarse, tantearse y así descubrirlo. Ojeda, o sea la serpiente, comenzó: Tienes pelos, tu hocico está muy afinado, tu nariz es pequeña… ¡ya sé, dijo Macedo, soy un topo!. Ahora él tantearía a Ojeda. A ver, eres frío, te arrastras y tienes unos colmillos muy grandes… Entonces Ojeda lo interrumpe y grita ¡No puede ser! ¡¡Soy un diputado!!… soy un abogado!… Hasta otro Sótano. [email protected] tw: @raulmanduj
