Pemex de los mexicanos
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID *
En las últimas décadas se ha dado una fuerte discusión en torno a la participación o no de la iniciativa privada en la extracción y comercialización del petróleo mexicano. Hay voces que apoyan fuertemente esta sugerencia. En el PRD crees que lo mejor es que el energético se mantenga en las manos de los mexicanos.
En el Sol Azteca contamos con una propuesta de reforma energética que por sobre todas las cosas exige que la paraestatal Petróleos Mexicanos siga manteniendo la conducción central y dirección estratégica de la industria petrolera, garantizando la seguridad energética de las próximas generaciones de manera suficiente, continua, económica, diversificada y de alta calidad.
Eso sí, la paraestatal debe efectuar su trabajo siempre respetando al medio ambiente, impulsando el desarrollo sustentable y propiciando una transición energética a fuentes alternativas de energía.
Quiero aprovechar este espacio para dar a conocer a la población los ejes estratégicos en los que el PRD sustenta su propuesta de Reforma Energética: cambio en el régimen fiscal, autonomía presupuestal y de gestión, fortalecimiento de la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos; y tarifas, precios y subsidios de los combustibles y la electricidad para un acceso equitativo a la energía
Otros de los ejes prioritarios en los que se basa la propuesta perredista es en convertir al fondo de estabilización de ingresos petroleros en un organismo financiero, impulsar la investigación y desarrollo tecnológico y lograr la transición energética, cuidando el medio ambiente y con desarrollo sustentable.
Estos puntos son de vital importancia si se quiere que el Estado continúe como órgano rector y por ello el cambio de régimen fiscal en Petróleos Mexicanos es una condición necesaria, pues se requieren de recursos económicos adicionales para aplicar una agresiva política de inversión pública canalizada a la exploración y producción; transformación industrial de hidrocarburos; autosuficiencia de insumos petroquímicos y productos derivados; mantenimiento, comercialización, distribución, transportación, almacenamiento, investigación y desarrollo tecnológico e internacionalización de Pemex.
Tenemos que reconocer que hasta ahora Pemex no ha podido cumplir con su objeto en gran medida por la falta de inversión pública, dada la pesada losa fiscal que carga nuestro organismo público. El Régimen Fiscal actual en Pemex ha desdibujado por completo su objeto de abastecedor de energéticos y ha puesto por encima a la Secretaría de Hacienda para ajustar las finanzas públicas de nuestro país.
En concreto, la carga fiscal de Pemex es muy cercana al 70 por ciento como proporción de sus ingresos totales. Es decir, 70 centavos de cada peso que entran a Pemex, se van a la Secretaría de Hacienda por concepto de impuestos, derechos y aprovechamientos, dejando plenamente descapitalizada a nuestra paraestatal.
Ante ello, se requiere disminuir sustancialmente la tasa fiscal sobre producción petrolera y reducir la base impositiva modificando el límite máximo de deducción en inversiones, costos y gastos; que se ha mantenido sin cambios desde 2005.
La autonomía presupuestal de Pemex es una segunda necesidad para garantizar el objeto de la paraestatal como abastecedora de energéticos. La Reforma Energética de 2008 suponía cierta autonomía en el manejo del presupuesto en la paraestatal. Sin embargo, nuevamente la Secretaría de Hacienda, a través del Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, le arrebató la posibilidad de hacer uso de sus recursos propios con base en su Plan de Negocios que es aprobado anualmente por el Consejo de Administración de Pemex.
En cuanto autonomía de gestión tenemos que aceptar que la organización de Pemex a través de subsidiarias ha aumentado de manera innecesaria los gastos de administración y complicado sin resultados positivos la operación. La actual estructura administrativa de Pemex con 4 subsidiarias (Pemex Exploración y Producción, Pemex Refinación, Pemex Gas y Petroquímica Básica y Pemex Petroquímica) ha evitado una política de planeación integral en materia petrolera y ha limitado la inversión en refinación, petroquímica, almacenamiento y distribución, dañando severamente a Pemex.
Es por ello, que se hace necesario restablecer a Pemex como una industria plenamente integrada, que aproveche las economías de escala, el poder de negociación, la eficiencia en la operación, el control, la seguridad industrial y evitar la multiplicación de funciones.
A la par, es necesario que la arquitectura institucional del sector de hidrocarburos se fortalezca para asegurar una política energética de largo plazo y promotora del desarrollo económico nacional bajo las premisas de eficiencia, transparencia y rendición de cuentas.
También se requiere ordenar el sistema de precios y tarifas para que refleje el costo real de la energía y el funcionamiento del sistema de suministro.
Durante los últimos seis años han pasado por el Fondo de Estabilización más de 40 mil millones de dólares que se han erogado sin un objeto concreto y en gran medida para complementar el gasto corriente del gobierno federal. Los hidrocarburos son recursos no renovables cuyo aprovechamiento no debe ser dilapidado como hasta ahora se ha hecho; por ello es indispensable que al menos una parte de ellos sean acumulados para beneficio estratégico del presente y de las próximas generaciones, para ello proponemos la constitución de un organismo financiero encargado de:
a) Acumular y rentabilizar los ingresos petroleros que ahí se depositen.
b) Vincular los rendimientos del Fondo a propósitos nacionales de largo plazo como las pensiones, la educación, y/o la investigación científica y tecnológica.
c) Constituir un instrumento cuyos rendimientos también pudieran garantizar la estabilidad del presupuesto federal ante cambios repentinos en los precios internacionales del petróleo.
En estas acciones que se proponen hacer es de vital importancia que todas ellas respeten el medio ambiente o de lo contrario, la solución no sería integral.
Esta es la propuesta que el PRD promueve en materia energética y estamos seguros que de llevarse a cabo la industria petrolera mexicana tendría otra historia.
*Representante del PRD ante el IFE.