Asesinato de Marisela Escobedo sigue impune
México, DF.- A dos años del feminicidio de Marisela Escobedo, su caso y el de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo, asesinada en Ciudad Juárez, a los 16 años, siguen a la espera de justicia.
Luz Estela Castro, directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de Chihuahua (Cedehm), abogada del caso de la hija de Marisela y quien la acompañó en su exigencia de justicia hasta que fue asesinada, afirmó que en ambos casos el Estado de Derecho “no funcionó”, tal y como ocurre con la mayoría de los asesinatos de mujeres en la entidad, a pesar de que cuenta con sentencias y recomendaciones internacionales en la materia.
La defensora de Derechos Humanos (DH) Marisela Escobedo fue asesinada el 16 de diciembre de 2010 a las puertas del Palacio de Gobierno mientras exigía justicia para su hija Rubí, víctima de feminicidio.
En entrevista telefónica, la abogada señaló que la muerte de Sergio Barraza y la captura del presunto sicario José Enrique Jiménez “El Wicked”; no resuelven los crímenes como ya lo aseguró el mes pasado el gobernador de Chihuahua, César Duarte, tras el asesinato de Barraza en Zacatecas.
Castro afirmó que al gobierno local “le cayó muy bien” la muerte del asesino confeso de Rubí Marisol, para dar por cerrado el caso, que desde una óptica de DH está pendiente y se tendría que estar investigando a quienes propiciaron la impunidad y obstaculizaron el acceso a la justicia para las víctimas.
La activista recordó que meses antes de morir, Marisela y el Cedehm lograron una sentencia de 50 años contra Barraza Bocanegra, la cual nunca se ejecutó al estar prófugo el feminicida y a pesar de que Escobedo siempre señaló que el asesino de su hija estaba en Zacatecas.
La instancia que habría incurrido en omisión y negligencia en el caso sería la Fiscalía General del estado de Chihuahua, cuyo titular es Carlos Manuel Salas.
SIN JUSTICIA
Imelda Marrufo, directora de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez, igualmente insistió que ni a Marisela ni a Rubí Marisol se les hizo justicia.
Afirmó que estos casos evidencian la incapacidad de las autoridades judiciales de Chihuahua, y recordó que la familia de Marisela denunció en su momento que “El Wicked” no es el asesino de la activista, pero la Fiscalía se negó a escuchar su versión y se dedicó a fabricar “chivos expiatorios”, a decir de las y los familiares.
Luz Estela Castro apuntó que el feminicidio de Rubí se perpetró en 2008, cuando el Estado mexicano ya había sido denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por los asesinatos y desapariciones de mujeres en la entidad.
En 2009 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) sentenció a México por el feminicidio de tres jóvenes encontradas en el predio conocido como Campo Algodonero, en Ciudad Juárez.
A pesar del fallo que ordenó castigo a los responsables, reparación del daño y medidas de prevención, los asesinatos de mujeres se incrementaron de manera exponencial: mientras en 2007 se registraron 53 crímenes, en 2010 la cifra llegó a 584, según reportes del Cedehm.
MARISELA: UNA VIDA DE LUCHA
Escobedo era enfermera jubilada del IMSS y atendía una fábrica de muebles en Juárez de la cual era propietaria. Tras su divorcio trabajó para mantener a Alejandro, Juan Manuel, Yesica, Paul y Rubí, sus hijas e hijos.
Convencida de que tendrían una mejor vida en Estados Unidos, decidió llevarlos a El Paso, Texas. Durante años cruzó continuamente a Ciudad Juárez para trabajar en el IMSS.
Cuando sus hijos mayores crecieron regresó a vivir a Juárez acompañada de Rubí Marisol, quien conoció a Sergio Rafael Barraza Bocanegra en la fábrica de muebles de Marisela. La adolescente se enamoró y procreó una niña de nombre Heidi, ahora de cinco años de edad.
Rubí Marisol Frayre Escobedo, de 16 años, desapareció en agosto de 2008, su madre, Marisela Escobedo Ortiz, presentó el reporte formal ante la Unidad de Personas Ausentes, Extraviadas y Desaparecidas en Ciudad Juárez.
Ante la inacción de las autoridades, Marisela se puso a investigar y logra ubicar a la familia de Sergio y con ellos a su nieta, pero no a su hija.
En enero de 2009 Sergio desaparece con la niña y Marisela inicia su búsqueda. Ella logra ubicarlo junto con la niña en Zacatecas.
Durante la detención por el delito de sustracción de menor, Sergio confiesa el asesinato de Rubí Marisol y dice a los policías dónde quemó y tiró el cuerpo de la joven.
La confesión de Barraza no tuvo validez porque cuando la hizo no estuvo presente un defensor; el Ministerio Público (MP) sólo pudo presentarla como entrevista.
Durante el juicio oral el feminicida es absuelto y el MP interpone un recurso de casación. Tras la liberación de Barraza, Marisela Escobedo emprendió una lucha por la justicia.
Como coadyuvante de la víctima participó la abogada Luz Estela Castro y se logró que el Tribunal de Casación anulara la sentencia absolutoria, emitiera un fallo condenatorio contra Barraza Bocanegra, y ordenara que un nuevo Tribunal de Juicio Oral realizara una nueva audiencia.
Así los magistrados determinaron que Barraza cometió el delito de homicidio agravado, le impusieron una sentencia de 50 años de prisión, y lo condenaron a pagar una indemnización de 38 mil 390 pesos a su hija. Pero el fallo nunca se ejecutó.
CAMINO LARGO
Marisela encabezó marchas, colgó mantas en eventos oficiales, hizo plantones, se reunió con organizaciones civiles… Su solicitud siempre fue que las autoridades localizaran y encerraran al asesino de su hija, a quien ella, con sus propios recursos, encontró e informó a las autoridades dónde se encontraba.
Acudió a las autoridades estatales, pidió entrevistarse con el gobernador César Duarte, marchó desde Chihuahua al DF. También solicitó audiencia con Felipe Calderón y el ex procurador general de la República Arturo Chávez, pero las puertas nunca se le abrieron.
Ante ello Marisela no calló: el 10 de mayo de 2010 marchó desnuda en Juárez y sólo se cubrió con un cartel que tenía la fotografía de su hija asesinada.
“Me privaron de mis garantías como víctima, se pusieron en el papel de abogados defensores para el homicida, mientras a mí me dejaron sin ninguna garantía y con el dolor en la piel”, criticó en esa ocasión.
“Por ello vengo desnuda únicamente con las fotografías de mi hija; esto representa que en Ciudad Juárez las mujeres estamos olvidadas”, añadió.
También en 2010 la activista se plantó frente a la cruz de clavos, en la ciudad de Chihuahua, símbolo de la impunidad e injusticia de los asesinatos de mujeres en el estado. Después se instaló frente al Palacio de Gobierno.
Por su activismo recibió amenazas de muerte y fue asesinada el 16 de diciembre de 2010, a la edad de 52 años, de un balazo en la cabeza sin obtener la ansiada justicia por la que clamó durante dos años.
Las autoridades estatales han presentado a dos presuntos asesinos. Uno de ellos en octubre pasado: “El Wicked”. Tras su captura la Fiscalía anunció el cierre del caso.
Posteriormente en noviembre, Sergio Barraza, señalado como líder de un grupo delictivo, tal como ya lo había denunciado Marisela, fue abatido durante un tiroteo entre el Ejército y presuntos criminales en la ciudad de Zacatecas.
Con información de: Gladis Torres Ruiz/CIMAC