Jardín del Arte, cultura al alcance de todos en Aguascalientes
Por Benny Díaz
Aguascalientes, Ags.- El jardín del arte es desde hace más de 30 años el lugar donde los amantes de adquirir, pinturas al óleo ya sea originales o reproducciones de obras famosas, a precios accesibles. Un cuadro va de los 400 a los cinco mil pesos, según el tamaño y la madera con que se realiza el marco.
“También lo hacemos por pedido, se alguien quiere algo en especial, nos trae una muestra, ya sea una foto de revisa, postal o lo que sea, lo único que pedimos es que sea a color y con buena resolución para poder captar los detalles”, cuenta Miguel Alejandro Céspedes García.
Miguel estudió pintura en la Casa de la Cultura “hace ya casi 20 años”, desde entonces descubrió que podía ganarse la vida realizando cuadros por pedido u obras de flores, frutas y hasta religiosas.
“Las que más se venden son las de flores y frutas, a la gente le gusta adornar sus casas con ese tipo de cuadro, luego están las religiosas, pero esas cada vez se piden menos; después están las de reproducción: La Monalisa y Los Girasoles de Van Gogh son los favoritos”, cuenta.
Asegura que hay clientes que llevan años mandando hacer reproducciones para luego revenderlas en galerías. “Es que mire, ellos le ganan más pero se les hace descuento porque son personas que me compran desde hace 10, ocho o cinco años”.
Céspedes García afirma que “no tuve aspiraciones de convertirme en pintor de obra inédita, porque mire, esos viven del presupuesto gubernamental, de las becas culturales o de plano andan malbaratando sus cuadros cuando no tienen ni para comer, porque la verdad se necesita ser muy famoso para que una pintura valga mucho… o de plano haber muerto como les ha ocurrido a muchos como el mismo Van Gogh”.
El Jardín del Arte es el lugar donde encontró espacio para vender sus obras: “Antes había otros compañeros que llegaron aquí y la gente fue relacionando el lugar y ya no nos quisimos mover a otro lado. Ahora ya contamos con permiso del Ayuntamiento; después comenzaron a llegar los que venden artesanías, collares, juguetes, comida y esto se volvió un lugar obligado para los que gustan de comprar estas cosas”.
El Jardín del Arte no es otro que el jardín del Encino. Fue inaugurado oficialmente el 16 de septiembre de 1890. Tiene una inscripción en azulejo, rememorando tanto la fundación del barrio de Triana, que tuvo lugar el 7 de junio de 1565, como a su primer colono: Don Hernán González Berrocal. Consiste en un pequeño jardín arbolado con pinos, palmas y algunas flores. Lo decoran algunas bancas de hierro y una fuente central con azulejos (al parecer, ésta fue colocada en 1882), ubicada al frente del Templo del Encino.
Las bancas y la fuente después fueron cambiadas por cantera, pero sigue siendo un atractivo para todos los que visitan el templo del Cristo Negro, como se le conoce al Señor del Encino y para acabar con el cuadro, la casa donde fue el curato por años y que se encuentra a un lado del templo es desde hace décadas la sede del Museo José Guadalupe Posada, donde se encuentra la obra del grabador que se caracterizó por realizar calaveras.
Fue reinaugurado el 27 de septiembre de 2010 y cuenta actualmente con dos salas de exhibición (una permanente dedicada a José Guadalupe Posada y una más para exposiciones temporales y sede del Concurso Nacional de Grabado), Taller de Grabado, Área Infantil, Cafetería, Tienda de souvenirs y una sala para la investigación y consulta de la vida y obra de Posada.
Es por eso que en el Jardín del Arte los domingos se dan cita decenas de familias para comprar collares, aretes, bolsas y otros adornos realizados en chaquira, piedras, carrizo, entre otros.
También hay los que venden rebozos, vestidos y otras prendas hechas con manta y bordadas con flores en colores vivos.
Los clientes de estos artesanos son mayormente los que asisten a desayunar a La Mestiza o a comer al Rincón Maya.
Aprovechando está el brincolín para los niños o la venta de juguetes de plástico, el globero, o el carrito de paletas.
En torno al Cristo Negro existen varias leyendas que lo hacen ser uno de los atractivos turísticos de la entidad. Nadie sabe con exactitud de dónde lo trajeron, sólo que llegó a Aguascalientes vía Asientos y que allá lo tenía una familia.
El Encino, mejor conocido como Barrio de Triana es uno de los cuatro barrios característicos de Aguascalientes, cuna de toreros y fundado por gitanos que llegaron de Sevilla, España para establecerse en esta ciudad.
De ahí que a principios del siglo XX fuera lugar de huertas frutales donde se cosechaban duraznos, uvas, chabacanos y sobre todo granadas.
Ante la falta de agua las huertas fueron desapareciendo para convertirse en casas y ahora sólo quedan los recuerdos en los más ancianos y las leyendas.
El Cristo Negro llegó al Barrio de Triana con un familiar de los dueños de Asientos, en ese tiempo el cura Mateo José de Arteaga consiguió un lote para erigir una capilla, la cual sería dedicada al Arcángel San Miguel, el 4 de octubre de 1764. La construcción del templo actual se inició el 12 de enero de 1773.
Sin embargo entre los habitantes de ese tiempo creció tanto la devoción por el Cristo Negro que en marzo de 1796 se decidió que el templo fuera para dicha imagen, que se festeja el 13 de noviembre con una feria y culmina con una romería que recorre las principales calles del barrio.
Hay varias leyendas en torno al por qué es negro, pero dos son las más famosas: la primera es que dos hermanos peleaban a muerte por el amor de una mujer y cuando uno estaba a punto de matar al otro cayó un rayo que partió un encino y en medio quedó el cristo, negro por el fuego, lo que evitó que se consumara la tragedia.
La otra es que una gitana odiaba al cura de la parroquia por no caer ante sus encantos, por eso decidió envenenarlo y le preparó un brebaje. Cuando el sacerdote lo bebió el cristo fue el que se puso negro y al hombre no le pasó absolutamente nada.
Además la mano izquierda la tiene más grande que la otra y según la leyenda, cuando le llegue a la cúpula caerá una catástrofe sobre Aguascalientes.
Por años se creyó que la imagen era de Encino, en los años 90’s el cura Salvador Jiménez mandó analizar el cristo y resultó que fue hecho con madera de mezquite y la mano está más grande porque el artesano que lo realizó utilizó una rama verde y ésta creció.
Por la creencia que la madera se conservaba mejor pintada, fue que le pusieron pintura negra
El edificio tiene características arquitectónicas propias de fin del siglo XVIII; es decir, pertenece a la última manifestación del barroco en su modalidad estípite, y presente algunas características de la arquitectura neoclásica, principalmente en la torre de tres cuerpos y su construcción en forma de cruz latina.
Uno de sus atractivos y características principales son los cuadros de gran tamaño colocados en las paredes laterales en donde se representa el Vía Crucis, obra pictórica realizada en 1798 por Andrés López.
En El Encino nacieron figuras como Alfonso Ramírez Calesero y su hermano, el actor Ernesto Alonso; además en la Plaza de Toros se encuentra una réplica de la imagen ante quien se encomiendan los toreros que se presentan en el lugar antes de enfrentarse al toro.