Iglesia Católica pasa por una severa crisis de vocaciones
Por Benny Díaz
Aguascalientes, Ags.- La Iglesia Católica no sólo está perdiendo feligreses en cifras alarmantes ante la embestida de las sectas protestantes, sino que se enfrenta a una severa crisis de vocaciones sacerdotales, dijo en entrevista con www.lasnoticasya.com el vocero de la Diócesis, Carlos Alberto Alvarado Quezada.
El también presbítero de la parroquia del Cristo Negro del Encino, manifestó que cada año ingresan menos jóvenes al seminario diocesano y de éstos, son ordenados como sacerdotes entre un 10 ó 12 por ciento, lo que hace que sean insuficientes los ministros católicos para atender a la población.
“Hay sacerdotes que tienen a su cargo entre cinco o 10 mil personas, lo que es prácticamente imposible atenderlos a todos y es por eso que las sectas protestantes aprovechan para ‘convertir’ a aquellos que se encuentran débiles en su fe o que no cuentan con las herramientas espirituales necesarias para mantenerse firmes en sus creencias”.
Alvarado Quezada reconoció que también influye que cada día se pierdan entre 800 católicos en el país “la globalización, la pérdida de valores y sobre todo el temor a Dios. Son pocos los que saben que Jesucristo es amor, perdón y la salvación para la vida eterna y prefieren irse por el lado mundano que sólo los lleva a la perdición”.
Dijo que prueba de ello es la cantidad de embarazos de adolescentes, niños que no son deseados y que muchas veces son abandonados y hasta asesinados al ser abortados por las madres que no saben qué hacer al no tener el valor de preservar la vida.
Mencionó que la embestida de los medios de comunicación ha sido una de las causas principales para que los jóvenes vean cada vez como algo “natural” vivir el “amor” desde el sentido de erotización y no como es: “El sentimiento más noble del ser humano que lo hace descubrir el verdadero camino para llegar a Dios”.
Lamentó que cada día sean más los matrimonios que terminan en divorcio y todavía cifras mayores los que sólo viven en unión libre, “sin recibir el sacramento que los aleja de la vida religiosa y que hace que lleven a sus hijos por senderos de perdición”.
Expresó que en el Tribunal Eclesiástico existe un rezago de cuatro años, “y los sacerdotes canónigos tienen cada día más trabajo por la cantidad de parejas que toman el matrimonio como un juego y se casan bajo el pensamiento de “si no funciona me divorcio”, cosa que ante Dios es imposible, sólo en casos muy especiales como son que uno de los cónyuges sea homosexual, se niegue a tener hijos o sufra de alguna enfermedad mental severa”, finalizó.
