Lección Electoral
JUAN GÓMEZ *
La victoria de Barack Obama sobre Mitt Romney durante la semana pasada acaparó la atención de los medios de comunicación en nuestro país por varias razones, pero sobre todo por dos:
La amplia participación de la comunidad hispana –en especial la mexicana- en la votación y por el ejemplo de civilidad democrática que dio el candidato perdedor Mitt Romney, al aceptar su derrota y mostrar su solidaridad con el presidente Obama, a quien deseó suerte y éxito en un momento difícil para su país.
Los candidatos norteamericanos se enfrascan en una fuerte lucha por el poder presidencial, utilizan todo tipo de recursos para vencer a su contrincante, pero en los últimos años le han dado al mundo y a los mexicanos en lo particular, una lección de caballerosidad política.
En nuestro país los políticos se enfrascan en una fuerte lucha por el poder presidencial, utilizan todo tipo de recursos para vencer a su contrincante, pero jamás utilizan la caballerosidad para aceptar la derrota y desearle éxito al triunfador.
Pero la otra gran lección de las elecciones norteamericanas es la amplia y decidida participación de los hispanos en los comicios presidenciales.
El presidente Obama obtuvo el 71 por ciento del voto latino en tanto que el republicano Mitt Romney solo el 27%, por la campaña de denostación y ataque en contra de los inmigrantes.
En Zacatecas y en México el voto migrante en los comicios locales ha sido poco estudiado, porque los gobernantes no han promovido su participación, y solo se han aprovechado del envío de sus remesas al país y al estado.
Los políticos mexicanos sólo han utilizado el sacrificio de estos hombres y mujeres para enviar dinero a sus familias.
En nuestro estado algunos gobernantes aprovecharon el envío de estas remesas y la solidaridad de los migrantes con sus pueblos y comunidades, para implementar el programa 3X1 que consiste en la realización de obras en las comunidades.
Pero ningún gobernante le ha dado una auténtica y genuina representación en la estructura de gobierno y menos en la política al migrante zacatecano.
Es aberrante que en el Instituto Estatal de Migración durante las administraciones de los gobernadores Ricardo Monreal y Amalia García, no se haya designado a un migrante al frente de esa dependencia.
Por otro lado el pasado 31 de mayo la LX legislatura aprobó con 19 votos a favor y nueve en contra la nueva Ley Orgánica de la Administración Pública de Zacatecas, con la cual se fusionarán varias dependencias entre las cuales se pretendía incluir al Instituto Estatal de Migración (IEEM).
De haberse aprobado el cambio del citado instituto a subsecretaría, se le habría despojado de su carácter de entidad desconcentrada de la administración pública estatal, con lo cual, se habría violentado su origen y estatus jurídico.
Sin embargo la presión de grupos migrantes y de diputados de oposición evitó consumar dicha reforma.
En la actualidad el Instituto Estatal de Migración tiene un consejo consultivo facultado para la toma de sus decisiones, patrimonio propio y constituye un instrumento para la atención de los migrantes y para instrumentar programas interinstitucionales.
En el discurso los gobernantes se suben a la cresta del fenómeno migratorio al que utilizan para simular un compromiso político y personal. Se toman fotos para manipular una identidad que carecen.
Se pasean en los lugares y fechas comunes para brindar en los convivios del “Día del Zacatecano” en los Estados Unidos y en la ciudad de México, pero no traducen en políticas públicas y modificaciones constitucionales en acciones a favor de los derechos políticos de estos hombres, que abandonaron su país por la falta de oportunidades para ellos y sus familias.
Tampoco generan condiciones de transparencia, eficiencia y honestidad en el manejo de los recursos que envían para las obras del 3X1.
Los gobernantes y los políticos en los congresos han sido incapaces de generar las condiciones democráticas para que los migrantes puedan elegir a sus gobernantes. Es por ello que la votación de mexicanos en el exterior es bajísima, ínfima, infame.
Hoy los migrantes zacatecanos tienen un Día dedicado a su festejo, un monumento en su memoria y una representación mínima en el congreso, pero siguen en el olvido de la clase política gobernante.