¿Buenas noticias para LyFC?
RAÚL MANDUJANO SERRANO *
Buenas noticias para LyFC.- Parece que las incansables almas del purgatorio acompañan en esta temporada a los más de 16 mil trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro –piensa el emisario de los límenes editoriales mientras sorbe un poco de yogurt natural en su desayuno-. Y es que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia del Trabajo del Primer Circuito, publicó la sentencia judicial que ordena amparar a los trabajadores determinando que es injustificada la conclusión de las relaciones laborales con LyFC, resuelta por la Junta de Conciliación y Arbitraje, por lo que CFE es patrón sustituto de estos miles de trabajadores. Una decisión que va en camino a que CFE reinstale a estos miles de trabajadores con todos sus derechos laborales señalados en su contrato laboral, antigüedad y salarios caídos desde que fueron separados de la Compañía.
Y créalo o no, apreciable leedor, esto agrada al amanuense que, aún cuando esgrimió en sus retóricas su complacencia por la desaparición del sindicato de las luciérnagas, a lo que no podría oponerse era al destino incierto de los empleados, quienes eran, al final de cuentas, los últimos culpables del aquelarre y fechorías de las cabezas del gremio electricista y menos a las formas en que fueron tratados por Calderón.
Pero bueno, ahora será la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que resuelva si acepta o no a trámite el caso ante la impugnación de la sentencia que realizó el gobierno federal a través del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE).
Veamos, explica el caminante editorial mientras dibuja en el aire un mapa conceptual. Si la Corte acepta el caso, deberá pronunciar una resolución concluyente sobre el amparo, pero, si no accediera, por considerar que no es de interés general, el trama volvería al Tribunal Colegiado y el amparo, así de simple, sería definitivo y con todas las secuelas para la CFE y para el gobierno federal. Sería un golpe seco, duro y directo para Calderón al final de su gestión, pero eso si, bien merecido.
Para el dramaturgo de las estrofas irreverentes, esto implica ser analizado y previsto por Peña Nieto. Las opciones sanas: reinstalar trabajadores y prejubilar a otros, no olvidemos que son casi tres años, desde aquel 11 de octubre del 2009, que se atentó contra los trabajadores escudándose en un sindicato perverso y parece que es más importante la rebeldía de un grupo de 500 religiosos michoacanos, que la suerte de 16 mil familias. Veremos que ocurre. Será interesante.
Colofón: Félix Morriña, víctima del miedo y la prepotencia
Lo acaecido el pasado fin de semana al colega periodista Félix Morriña, debe analizarse bajo dos consideraciones, ninguna de ellas como afrenta al periodismo, aclara el vodevil de quinto patio.
El hacedor de las crónicas mandujanescas piensa, primero, que los condóminos del conjunto habitacional Allende, de la colonia Independencia-Meteoro tienen miedo. Esto es normal ante la ola de violencia que impera en la capital mexiquense y la ausencia de policías municipales en la periferia de la ciudad, por lo que la presencia de un periodista desfachatado y poco interesado en los problemas vecinales, lo coloca como un lindante problemático (aunque este sea el último de los intereses del editorialista). Skinner, considerado padre del conductismo en la psicológica moderna, apreciaba los comportamientos de masas, a partir de los reflejos sociales, es decir, como en este caso, ante el temor, agredir.
Pero, y esto es lo criticable, que ante la simpleza de un ciudadano aterrorizado, las autoridades caigan en ese juego maquiavélico de agredir sin preguntar, es deprimente. Y mire Usted, apreciable seguidor de las andanzas sotaneras, la Policía Ministerial investiga la causal del delito para justificar ante el Juez una detención, mientras que los policuicos preventivos deben proteger a la ciudadanía ante la amenaza de un delito, pero ello tampoco les da pie para trasgredir el estado de derecho y allanar una casa para someter a una persona bajo una supuesta portación de arma de fuego, blanca o prohibida. Vamos, tendría que realizarse un protocolo de operativo y no actuar, junto con una horda de campesinos, en el linchamiento de la bruja malvada.
Que se crea que el periodista en fusilamiento acopia armas prohibidas, debería ser parte de una investigación ministerial porque, el área, es decir, el domicilio del reportero tras su detención y sometimiento criminal, no fue asegurada, es más, hasta abierta quedó al amparo de ser saqueada por los propios vecinos. Ahora ¿golpearlo una vez que fue aprehendido? Sólo ante el analfabetismo de nuestros vigilantes toluqueños podría comprenderse el hecho.
Es una lastima que por situaciones de esta naturaleza, entiéndase chismes de vecindad, se llegue a este tipo de casos sin ningún antecedente de denuncia, la queja fue que el susodicho criminal ingiere ron y brandy, escucha música y no realiza aportaciones a la mesa directiva del condominio, osease, merece ser colgado, que le corten la cabeza o le quemen los pies. La gente actúa sin recato, es obvio, pero que los gendarmes caigan en esos jueguitos esta del nabo. Ojala se aclaren las cosas y se limpie la ensuciada imagen del periodista, aunque, don Félix Morrina, cámbiese de casa, evítese penurias y más visitas al Sótano de la Procuraduría.
De refilón: Panteones
Fiel a sus costumbres y tradiciones, el potentado del escabroso Sótano realizará su anual incursión al camposanto para velar a sus abuelos y madre. Es una época dura pues, aunque para muchos es motivo de disfraces y juergas, para él son fechas de melancolía y tristeza. Pero estará allá, acompañado por su padre e hijo; el irreverente periodista comprará flor, la acomodará en los estantes destinados a ello, encenderá una fogata junto a sus tumbas, tomará café y platicará mentalmente con sus muertitos. Liberará una lágrima en silencio e intentará dormir toda la tarde…
La del Estribo: Te lo dedico
Platica Sergio Macedo, afamado periodista de Toluca, que en cierta ocasión fue con Jesús Ruiz, otro tundeteclas de no menor fama, a una fiesta de Halloween en un departamento ubicado en el quinto piso de un edificio, y cuando subieron al elevador se encontraba en éste una joven de no mal ver que se dirigía al mismo sitio. Repentinamente la luz del ascensor se apagó y en la penumbra se escuchó el ruido de un pedo. Inmediatamente después se encendió y Jesús lo señalaba con el dedo. Oye, yo no he sido –expresó Macedo-. No, te lo dedico… Hasta otro Sótano.
* Periodista
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