Pelean legisladores por encabezar comisiones
México, DF.- Cada que inicia una legislatura, los diputados y senadores se disputan la presidencia de las presidencias de cien comisiones ordinarias de trabajo en el Congreso, que les traen desde poder político, control financiero, poder de negociación y consenso, hasta un ingreso mensual adicional a sus dietas y recursos humanos, que puede incluir asistentes, secretarias, chofer, oficinas y presupuestos para viajes, foros y contratación de todo tipo de servicios.
El número de integrantes de cada bancada es proporcional al porcentaje de comisiones a repartir, pero hay una selección de temas que los partidos pelean y jalonean pues significan poder.
En la lista del top de comisiones están las relacionadas con recursos financieros: la de Egresos, que decide cómo se reparte cada peso del presupuesto federal anual y que en 2012 ascendió a más de tres billones de pesos; la de Hacienda, en la que se cabildean los ingresos y cualquier modificación fiscal, principalmente en materia de impuestos, y la de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, en la que se revisa y se conoce el uso de los recursos públicos.
Entre las comisiones de carácter político está la de Puntos Constitucionales, que suele integrar los mejores perfiles en materia de derecho y humanismo; Gobernación, y Estudios Legislativos, que en el Senado filtra casi todos los temas que llegan al pleno.
También se encuentra la comisión de Relaciones Exteriores, que incluye una agenda interminable de invitaciones para recorrer el mundo, pues es la representación legislativa en foros y encuentros internacionales.
Hay una lista de comisiones que se mueve según la coyuntura. Por ejemplo, actualmente las más solicitadas son las del Trabajo; de Seguridad, Justicia y Defensa Nacional; de Comunicaciones y Transportes y Derechos Humanos
En la Cámara Alta
En la disputa por presidir una comisión legislativa no solo está en juego la obtención de recursos millonarios para la operación y funcionamiento de estos cuerpos deliberativos, sino el fracaso o éxito de una reforma o creación de una ley.
Ulises Corona, académico del Centro de Estudios en Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en funcionamiento del Congreso, comentó que el partido o grupo que preside una comisión es el que “administra” el tiempo político para frenar o acelerar la aprobación de una iniciativa.
“Las comisiones legislativas de trabajo se han convertido en cotos de poder, cotos de decisión política”, expresó.
Así, el presidente de una comisión puede citar a una sola reunión para discutir un tema, convocar con poco tiempo y provocar que no haya quórum o simplemente no agendar un encuentro de trabajo y dejar que una iniciativa muera.
La Distribución
De las 59 comisiones ordinarias, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado busca presidir 24 en función del número de senadores que tiene (52), nueve órganos más que en la pasada legislatura, según el documento “Comparativo de integración de las Comisiones por número de senadores entre las LX y LXI y LXII y LXIII Legislaturas”.
Al Partido Acción Nacional (PAN) le correspondería presidir 18 comisiones; al Partido de la Revolución Democrática (PRD), 13 (una menos), mientras que al Partido Verde Ecologista de México, dos o tres.
En esta proyección basada en la cifra de integrantes de cada bancada, al PT –integrada por cinco miembros– le tocarían una o dos presidencias.
Cabe mencionar que sólo hay una senadora de Movimiento Ciudadano, Layda Sansores, y una de Nueva Alianza, Mónica Arriola.
El politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Guillermo M. Cejudo, cuya línea de investigación es la rendición de cuentas en México, lamentó que tanto en el Congreso, como en las legislaturas locales, hay un “incentivo perverso” debido a que presidir una comisión da “prebendas presupuestarias y burocráticas”, como una secretaria, una oficina más grande o un chofer.
“Las razones para decidir el número de comisiones tienen más que ver con arreglos políticos, que con la importancia de la sustancia”, expresó el especialista.
De acuerdo con la Tesorería del Senado, cada mes se destinan 18 millones 975 mil pesos a las fracciones.
La distribución es controlada de manera “discrecional”; por los grupos parlamentarios entre los presidentes y secretarios de un cuerpo legislativo. Además, se contratan a 382 personas para asesoría y asistencia a legisladores y comisiones, así como a 58 secretarios técnicos, cuyo sueldo es de entre 20 y 60 mil pesos.
La Cámara Baja
La 62 legislatura en la Cámara de Diputados ampliará la gama de comisiones ordinarias, pues se propone crear al menos 11 más, para llegar a 55, pero deberá reformar la Ley.
Ser presidente de comisión significa también tener control de recursos económicos adicionales. Por ejemplo, los presidentes de la comisión de Hacienda tienen un “poder económico”, pues manejan temas de aduanas y tienen relación de primer nivel con la Secretaría de Hacienda.
También suelen obtener poder político en la presidencia de la comisión de Presupuesto, debido a que se negocia la repartición de recursos.
Otra de las comisiones más peleadas por los diputados es la de Economía, que regula leyes como la de Comercio y se tiene vínculo directo con la élite empresarial del país.
Los presidentes de comisiones reciben cada mes más de 438 mil pesos para gastos, recursos que pueden usar a discreción. Se les otorgan oficinas y asigna personal a su disposición. Además, reciben vales de comida, gasolina, dos teléfonos celulares, así como un automóvil con chofer.
Con información de: El Universal