La violencia sexual, nuevo argumento en JVM
LUCÍA LAGUNES HUERTA *
La sexualidad ha estado encubierta del morbo y de la opresión, ha sido usada una y otra vez como una moneda de chantaje, pero que una candidata a la Presidencia que dice estar a favor de la igualdad convoque a las mujeres a usar el chantaje sexual para poder ganar, no sólo es aberrante, sino que fortalece la violencia sexual.
Por más que la candidata ha intentado convencer que ella es diferente, sin aclarar a qué o de quiénes, y por más que se esfuerza en adoptar un discurso de género una y otra vez, su convicción sexista brota: de los pantalones para gobernar ahora pasa al “cuchi cuchi”.
Frente a dos mil mujeres en Mazatlán, Sinaloa, la candidata del partido conservador que durante los últimos 12 años ha gobernado México, convocó a las mujeres a usar su sexualidad como un mecanismo de coerción contra sus parejas si no quieren votar. “¡Ay de aquella pareja que no vaya (a sufragar) porque no le hacemos ‘cuchi cuchi’ en un mes!”, exclamó.
Aun cuando quiera disminuir el impacto violento de convocar a las mujeres al chantaje sexual, Josefina Vázquez Mota trató de aclarar que el comentario era una “broma, sin ninguna otra dimensión ni particularidad”, aseguró tras el debate organizado por Yosoy132, según registró el diario El Universal.
La excusa de lo dicho por Josefina Vázquez Mota es tanto o más lamentable que la arenga del mitin el pasado fin de semana. Es como cuando un macho en una reunión social antes de iniciar un chiste sexista, se adelanta a disculparse diciendo con todo respeto para las mujeres, y lanza una burla sexual contra ellas.
Nada disculpa la violencia, no se puede apelar al humor como una excusa para ella, quien lo hace traiciona una y otra vez el camino a la igualdad de las mujeres, y fortalece que la violencia contra ellas y el chantaje sexual es cosa de risa.
La perspectiva de género, la convicción por la igualdad, no es un discurso que se aprenda o se imponga dependiendo de la coyuntura, es una convicción que marca la vida misma, el actuar cotidiano, y por supuesto la propuesta política.
Desde el inicio de la campaña, la candidata panista ha intentado convencer a las mexicanas de que ella representa a todas las mujeres. Hoy en sus spots intenta fortalecer la idea de que la lucha cotidiana de las mujeres por la sobrevivencia diaria es la misma lucha de Josefina, y que por la discriminación vivida –como acto de justicia– hay que votar por ella.
Como Josefina no representa a todas las mexicanas, ya hay una campaña en las redes sociales deslindándose de ella porque una y otra vez su convicción conservadora sobre el mundo, y en especial sobre las mujeres, sale y se revela como el “cuchi cuchi”.
No basta con tratar de aprenderse un discurso, hay que creérselo y ser consecuente.
Twitter: @lagunes28
*Directora general de CIMAC.