Mentiras
GERARDO DE ÁVILA GONZÁLEZ *
Los acontecimientos de la semana pasada en la Universidad Iberoamericana, para muchos la -universidad de los ricos-, nos obliga, irremediablemente a reflexionar sobre el abucheo que sufrió el candidato puntero: el priista Enrique Peña Nieto.
De entrada, creemos que lo ocurrido en la Ibero, no es un asunto menor. Que fue incorrecto, sí; que podemos estar de acuerdo o no, también, pero no debe ser motivo para posturas intolerantes, represiones, ni crucifixiones modernas, por parte de quienes no comparten la libre expresión de las ideas.
Sólo como mero referente, veamos qué señala el artículo 6 constitucional: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de terceros, cuando provoque algún delito, o perturbe el orden público”… Y otras cosas más.
Si dicho episodio se hubieran suscitado en la UNAM, en las calles, en algún restaurante, o en otros importantes foros, hubiera sido entendido, pero no, ocurrió en la Iberoamericana, la universidad donde se supone estudian los hijos de los políticos, empresarios, dirigentes, académicos, hombres de dinero, etc.
Se dio pues, donde está la gente bien, donde la educación cuesta y sólo acceden a ella unos cuantos. De manera que, de aquí en adelante, ningún candidato a la presidencia está exento de ser increpado por el presente y futuro de México: la juventud. El foro, será ya lo de menos. ¡¡¡Parece que México despierta!!!
No compartimos la idea de quienes acusan que los jóvenes que han alzado la voz son mandados por otros candidatos, en especial, por López Obrador. Nos parece, que el PRI minimiza la inteligencia del México moderno.
Las dudas…
¿Por qué abuchearon a Enrique Peña Nieto? ¿Fue espontánea la reacción de los jóvenes estudiantes? ¿Hay alguien atrás de estas manifestaciones? ¿Hizo bien el CEN del PRI en descalificar las protestas de los jóvenes? ¿Por qué intentar callar a los estudiantes? ¿Tendrá alguna repercusión el 1 de julio? ¿Son los candidatos a la presidencia los culpables? ¿Hay desesperación? ¿De quién o quiénes?
Éstas y otras preguntas son las que debemos reflexionar. No hacerlo, es rehuir a la importancia que reviste el tema. México vive momentos cruciales y más que nunca requiere de la participación ciudadana, entre ellos, los jóvenes.
En un primer acercamiento, nos parece, que la reacción del Presidente Nacional del PRI, el senador Pedro Joaquín Codwell, de satanizar a los jóvenes de la Ibero fue equivocada y poco madura. Nadie defiende lo indefendible y el experimentado político lo hizo, con poca suerte.
Intentar callar a los jóvenes de las universidades, pública o privada, no sólo es un error, sino una torpeza política que puede tener serios costos.
De tal suerte pues, que el dirigente de los priistas en México, no sólo se equivocó, sino que se mostró intolerante ante el despertar de un sector de la juventud mexicana.
¿Y así el PRI quien regresar a Los Pinos? ¿Y así Enrique Peña Nieto quiere ser el presidente de la República? ¿Este es el nuevo PRI? Cuando la intolerancia llega es porque se han agotado las ideas. ¿Por qué la ira hacia Peña Nieto? Hasta ahora nadie la ha explicado.
Nadie escapa…
Resulta evidente, que a partir de estos sucesos, priistas, panistas e izquierdistas deben entender que la sociedad está harta y está reaccionando. Las mentiras como forma de política causan indignación en varios sectores de la sociedad.
Insistimos, podemos estar de acuerdo o no con las manifestaciones de los jóvenes de la Ibero, pero crucificarlos por su acción, no abona a un México democrático. Los abucheos a Enrique Peña Nieto, a Josefina Vázquez Mota, a Gabriel Quadri, y seguramente en su momento a López Obrador, no deben molestar a los aludidos, sino hacerlos reflexionar.
La clase política actual, todos los partidos debe entender que México está harto de la inseguridad, el desempleo, la falta de desarrollo, la pobreza, la desigualdad, etc, pero sobre todo, de las mentiras y de las promesas incumplidas.
La sociedad mexicana debe votar libremente el 1 de julio, sin presiones, pero a partir del razonamiento, de lo que dicte la conciencia. Los acontecimientos de la Universidad Iberoamericana, es apenas una pizca del despertar de una sociedad.
A dónde queremos llegar con esto, a que la clase política dominante, entienda que el país ha cambiado. A nadie debe asustar lo ocurrido en la afamada institución de educación superior. El sistema represor no debe regresar. Se suponía que ya era una prueba superada.
Si el PRI quiere regresar a Los Pinos está en su legítimo derecho, la sociedad tendrá la última palabra, pero las posturas intolerantes de Pedro Joaquín Codwell son una mala señal. México no merece esto.
Para el anecdotario:
1) Otra semana más para recordar en Zacatecas. Las balaceras y enfrentamientos en Guadalupe, Jerez y la capital, nos recuerdan que las cosas no marchan bien. Nuevamente, el Estado fue nota nacional, tanto por las balaceras como por las “mantas” que aparecieron en cuatro municipios: Calera, Fresnillo, Guadalupe y Zacatecas. Más allá de los caídos y heridos, la realidad es que los tiempos de paz se fueron para ya no represar. Y por si esto fuera poco, el único helicóptero que se tenía se desplomó y no logró ayudar a las y los jerezanos que vivieron horas de plomo.
* ¿Qué no están aquí las fuerzas federales?
2) La comunidad intelectual nacional e internacional lloran su muerte. Se adelantó en el camino, quien para mucho era la voz intelectual más respetada de México en el extranjero: Carlos Fuentes. Como bien señala Elena Poniatowska, “se está muriendo una generación de mexicanos pensantes”. Lo peor del caso, es que no hay a la vista quiénes pudieran ser los sucesores. El afamado escritor obtuvo todos los premios, menos uno: el Nobel de Literatura. ¿Lo necesitaría?
* ¿Quién sigue?, es ahora la pregunta.
3) Para el rector Francisco Javier Domínguez Garay no hay elementos para echar atrás la elección para rector celebrada entre el 5 y el 9 de mayo. Por lo pronto, el ex candidato perdedor Alfredo Salazar de Santiago, acudirá a todas las instancias para impugnar lo que llamó una “elección fraudulenta”. La realidad es que ganó Armando Silva Cháirez y será el nuevo rector a partir de septiembre. De entrada, el rector electo ha mostrado voluntad política para el diálogo con la otra fuerza universitaria. Vamos a ver hasta dónde le alcanza la dignidad y el orgullo a la gente de Alfredo. Buenos de los dos Alfredos.
* El acuerdo político es el camino, pues finalmente, la UAZ es más que un rector.
En mi opinión.
(*) Periodista.