Al año se registran en México más de 20 mil inventos: IMPI
Zacatecas, Zac.- Con el esfuerzo conjunto entre el Área de Ciencias de la Saludde la UAZy el Consejo Zacatecano de Ciencia, Tecnología e Innovación (Cozcyt), se impartió en el Campus UAZ Siglo XXI la conferencia Propiedad Industrial e Intelectual, por parte de David Cortés Castro, especialista del Instituto Mexicano dela Propiedad Industrial (IMPI), quien tuvo entre sus escuchas al investigador Rafael Esparza Herrera, al coordinador del Área de Ciencias dela Salud, Alfredo Salazar de Santiago, y a la directora del Cozcyt, Gema Mercado Sánchez.
En su intervención, Salazar de Santiago expresó que la actividad parte de un reciente convenio entre la dependencia gubernamental y el Área a su cargo, con el objetivo de que la propiedad intelectual “tenga nombre y apellido” y de que los investigadores universitarios se enteren de los procesos indispensables para que las innovaciones o inventos reconozcan el trabajo de quien lo realiza.
A la vez, comentó que es “sólo una pincelada” de los frutos que dará el convenio firmado con el Cozcyt, y del proceso de internacionalización en el que debe estar presentela UAZ, que no sólo significa las estancias de estudiantes y docentes, sino las publicaciones en revistas indexadas y el registro de patentes, “necesarias para aprovechar la creatividad y generar nuevos conocimientos”.
En sintonía con lo dicho por Salazar de Santiago, Gema Mercado señaló que el organismo bajo su responsabilidad tiene varios convenios, pero que uno de los más fructíferos es el que se tiene con Ciencias dela Salud, “porque se lo toman muy en serio y lo llevan cláusula por cláusula”.
Después, a propósito del tema de la propiedad intelectual, aseguró que es una “tarea pendiente” en el estado, tal vez por falta de cultura o de conocimiento, comentando al respecto que en el año 2006 no hubo ningún registro de patente en Zacatecas.
Literalmente, Mercado Sánchez dijo que en Zacatecas “tenemos la cultura de regalar el trabajo” (intelectual), y que en muchas ocasiones se hacen públicos expedientes técnicos de innovaciones o adecuaciones que valen millones de dólares y que son aprovechados por las empresas extranjeras que saben que cualquier modificación significa dinero.
Desconocimiento Para Registrar la Novedad
Por su parte, el exponente comentó que en el país se registran anualmente más de veinte mil invenciones, lo que –desde su punto de vista- es muestra de que en México existe vocación por la investigación, aunque advirtió del desconocimiento que existe para registrar la novedad, la actividad inventiva y las creaciones intelectuales.
David Cortés Castro inició su plática con algunas generalidades, como el dato histórico del que quizá sea el primer registro, otorgado porla Repúblicade Venecia en1469 aGiovanni de Spira, quien se adjudicó ser el inventor de una máquina que reproducía documentos. Curiosamente, agregó, esta persona era amigo de Gutenberg (inventor de la imprenta), “quien sabe si siga esta costumbre (del plagio)”, dijo el conferenciante.
Posteriormente, en 1884, se firmó un convenio entre países para establecer el “derecho de prioridad” y en el año de 1964 el tratado de colaboración en materia de patentes, documentos que son base para quela LeyFederalde Derecho de Autor en México establezca los derechos moral y patrimonial.
El derecho moral, según la explicación, se considera unido al autor y es inalienable, imprescriptible, irrenunciable e inembargable, en otras palabras es un vínculo entre la obra y el autor en el que este último es el perpetuo titular y el único privilegiado para realizar modificaciones a sus creaciones.
Mientras tanto, el derecho patrimonial es la garantía de explotar de manera exclusiva las obras, o de autorizar a otros su explotación en cualquier forma y sin menoscabo de la titularidad de los derechos morales. Este derecho, de acuerdo con la legislación, lo gozará en vida el autor y sus beneficiarios cien años después de su muerte.
Dentro de la plática, Cortés Castro señaló que para el IMPI “es justo y apropiado que la persona que invierte trabajo y esfuerzo en una creación intelectual recoja ciertos frutos como resultado de sus esfuerzos”. Al conceder la protección de la propiedad intelectual –concluyó– se fomentan los esfuerzos y a los creadores “y las empresas basadas en esa labor reconocerán que esta implica una ganancia financiera.