Una agenda para ellas

JORGE ÁLVAREZ MÁYNEZ *

Que hoy se conmemore el Día Internacional de la Mujer tiene, por sí mismo, el mismo valor al Día de San Valentín o a cualquier otra festividad. Pero no se trata de eso.

Quienes pretenden escapar del lugar común de la celebración, y recurren a frases como “no hay nada que celebrar”, terminan también simplificando el tema, y cerrando las puertas de un necesario debate sobre la equidad de género, que es el propósito fundamental del 8 de marzo.

Sobre todo, en un país como México, donde la violencia intrafamiliar afecta a siete de cada diez hogares, y de manera increíble, es la primera causa de muerte de mujeres en nuestro país.

A la violencia, el machismo y los abusos (emocionales, físicos y económicos) hay que agregarle nuestra aún más vergonzante impunidad: solo uno de cada diez casos de violencia son denunciados, y tan solo el 1% de ellos son juzgados con una sentencia.

Frente a esa aberrante realidad, hay mucho que hacer. No solo en México, sino particularmente en Zacatecas. Pero el signo de la clase política es la mediocridad.

Sé que a muchos les parece severo y exagerado que me refiera en esos términos; que muchos dirán que es “complicado llegar a acuerdos”, y que la unidad es muy difícil de conseguir. Pero esas son patrañas.

No hay ninguna explicación racional, ni en términos políticos ni en términos ideológicos, de por qué Zacatecas es un estado tan rezagado en la materia. Y me explico:

¿Hay algún partido que en sus documentos básicos se oponga a castigar la trata de personas? ¿O alguno que se oponga a erradicar y combatir el feminicidio?

Por supuesto que no. Y entonces, ¿Por qué somos uno de los pocos estados de la República que no ha legislado en ninguno de estos rubros? Simple y sencillamente por falta de voluntad.

Durante este primer año y medio de funciones de la LX Legislatura, hemos ingresado al pleno diversas iniciativas con perspectiva de género: el tema de las obligaciones familiares, la tipificación del feminicidio, la ley para familias monoparentales (según publicó el Inegi esta semana, el 31% de los hogares en México lo encabeza una mujer) y elevar a rango constitucional los Objetivos del Milenio de la ONU (entre los cuales, la equidad de género cobra un lugar preponderante).

Ninguna de esas iniciativas ha sido tomada en consideración por las Comisiones respectivas; y no se ha citado, siquiera, a la primera reunión de análisis de dichas propuestas. Ello, pese a que el pretexto con el que los legisladores locales se negaron a incrementar los periodos ordinarios de sesiones fue que durante los recesos “se enfocarían al trabajo en Comisiones”.

Nuestras iniciativas están sustentadas en una lastimosa realidad de Zacatecas que el Poder Legislativo no puede, simplemente, decidir no ver.

El pasado martes, la activista Xochitl Meseguer a través de la campaña en Redes Sociales denominada “las niñas también cuentan”, señalaba cómo el 6% de las muertes en mujeres adolescentes son homicidios y el 11.5% son suicidios, relacionados en la mayoría de los casos a violencia de género.

Siete de cada 10 niñas zacatecanas realiza trabajo doméstico, y el número de delitos cometidos contra niñas creció un 29.7% en el estado entre los años 2010 y 2011. No actuar frente a esos obstáculos al desarrollo es, por decir lo menos, inadmisible.

Ojalá que la dispendiosa campaña que la Legislatura anunció esta semana en la que “no importa el color, sino en la unidad”, pueda en este mes de marzo ser útil para que los diputados locales expliquen por qué no han dictaminado iniciativas que, tanto a nivel de ideología, como de principios y plataforma programática, deberían unificarnos.

El mejor homenaje que los legisladores podemos rendir a las mujeres zacatecanas es aprobar una agenda de reformas pensada en ellas.

*Diputado local

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