Daños colaterales I
JUAN GÓMEZ HERNÁNDEZ*
Después de un año de haber dado a conocer en una conferencia de prensa una serie de irregularidades cometidas presuntamente por la administración de la ex gobernadora Amalia García Medina, el contralor interno del gobierno estatal, Guillermo Huizar Carranza, no ha podido sancionar a la ex mandataria estatal.
Desde aquella conferencia de prensa a la que citó a todos los medios de comunicación local y que incluso, coincidentemente estuvo presente un reportero de el diario El Universal de la ciudad de México, Huizar Carranza ha tenido un solo discurso y una sola obsesión: Amalia García Medina.
Pero después de un año, no ha logrado nada.
Sus propios compañeros de partido se lo han recriminado. El actual legislador local por el Partido del Trabajo, Saúl Monreal Ávila, le ha dicho que no ha podido castigar a ninguno de los ex funcionarios de la administración pasada que presuntamente habrían incurrido en daño patrimonial o en alguna otra responsabilidad administrativa.
El revés más fuerte sin duda, lo recibió el pasado 30 de noviembre cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio a conocer que la Sala Primera emitió por unanimidad de sus magistrados, el juicio de amparo indirecto en re visión 634/2011 en el que se concede el amparo solicitado por la ex gobernadora zacatecana, respecto del procedimiento iniciado por el Contralor Interno del estado en su contra.
Ese mismo día en un intento por contrarrestar los efectos del amparo otorgado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la ex mandataria estatal, el contralor interno convocó a una apresurada conferencia de prensa en la que, retador, dijo que la resolución del máximo órgano de justicia del país no eximía de responsabilidad a García Medina.
Si no la exonera de responsabilidad ¿porqué no ha podido sancionar a ningún ex funcionario?
Un ejemplo de lo anterior es sin duda la campaña que enderezó al ex director del ISSSTEZAC, Víctor Roberto Infante González, quien en una entrevista radiofónica reviró la serie de acusaciones que el contralor había vertido en diferentes medios de comunicación. Entre otras graves acusaciones lo acusó de servir a los intereses del ex gobernador Ricardo Monreal y no a los del actual mandatario Miguel Alonso Reyes.
Curiosamente en el pasado festejo del Día del Servidor Público Infante González recibió de manos del Ejecutivo del Estado un reconocimiento por su actuación al frente del Issstezac, en una ceremonia en la que, por supuesto, estuvo presente Huizar Carranza.
Desde entonces el contralor no ha tocado el tema de las finanzas del Issstezac.
Un revés más.
El actual contralor tiene un serio problema:
Su desempeño lo ha centrado en una estrategia de linchamiento contra la ex mandataria a la que no ha podido fincar responsabilidades, porque ha incurrido en varios errores, por ejemplo, basar en parte sus argumentos jurídicos en una Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos y Municipios de Zacatecas que no fue refrendada por el Secretario de Gobierno respectivo durante la administración (1998-2004) en la que fungió como Secretario de Finanzas.
En una palabra, el funcionario no tomó en cuenta el marco legal vigente puesto que la Constitución del Estado de Zacatecas establece expresamente como obligatorio, el refrendo de todas las leyes y decretos como requisito sine qua nom para su aplicación.
Huizar Carranza es el protagonista de esta historia y es también el responsable de los errores que se han cometido.
No tiene excusas.
El problema para Huizar Carranza es que no tiene una salida política en puerta: en el Partido del Trabajo no hay condiciones para refrendarle la confianza que en un momento le tuvo el actual senador Ricardo Monreal, quien le sugirió que se afiliara mejor al PRI.
En contraparte en algún momento al inicio de la actual administración, hubo un acercamiento para su incorporación a este partido político, pero el ex dirigente del Partido del Trabajo y ex diputado federal por el PRD lo desestimó.
Sin embargo su permanencia no abona al fortalecimiento del gabinete alonsista.
Todo lo contrario.
* Periodista
