Combate al nepotismo: prioridad para Zacatecas
MARTÍN ÁLVAREZ CASIO
El nepotismo electoral es una práctica que, históricamente, ha manchado la democracia en México. Consiste en otorgar privilegios a familiares y amigos en detrimento de la equidad y la transparencia, lo que pone en riesgo el verdadero ejercicio democrático y la posibilidad de que todos los ciudadanos accedan a cargos públicos en igualdad de condiciones. En un contexto electoral donde deben defenderse principios como la imparcialidad y la transparencia, es imprescindible establecer regulaciones claras que impidan el nepotismo en todas sus formas.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe explícitamente prácticas que favorezcan intereses particulares en el ámbito electoral. Sin embargo, las leyes existentes no han sido suficientes para erradicar el nepotismo, que en la práctica se manifiesta de diversas maneras en la política mexicana. La reciente iniciativa de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, que prohíbe que los candidatos a cargos de elección popular tengan parentesco directo con quienes ya ocupan estos puestos, es un primer paso significativo. No obstante, es crucial que el estado de Zacatecas tome la iniciativa de ir más allá y ampliar el alcance de esta polémica reforma.
Es evidente que el nepotismo no se limita a la sucesión directa de un familiar en un cargo, sino que se extiende a la participación de parientes en áreas de influencia política. Permitir que familiares de funcionarios en funciones o candidatos contendientes se postulen en el mismo distrito o municipio, o que ocupen cargos de suplentes, daña la integridad del proceso electoral. Estas prácticas generan un ambiente donde las oportunidades no son verdaderamente equitativas y donde los ciudadanos ven limitado su derecho a elegir libremente a sus representantes.
La propuesta de regular el nepotismo debe ser vista como una oportunidad histórica para que la Legislatura de Zacatecas demuestre su compromiso con la democracia. Al prohibir que familiares de funcionarios y aspirantes a cargos de elección popular puedan contender en las mismas áreas, se busca garantizar una competencia justa. Con ello, se evitaría que ciertos grupos políticos se perpetúen en el poder al colocar a sus allegados en posiciones estratégicas, lo que desvirtúa la esencia misma de la contienda electoral.
Además, fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones debería ser uno de los principales objetivos de todos los actores políticos. La presencia de familiares en cargos de elección popular no solo reduce la legitimidad de los procesos democráticos, sino que también alimenta la percepción de que las decisiones políticas responden a intereses particulares en lugar del bienestar colectivo. Al implementar regulaciones que desincentiven el nepotismo, se generaría un ambiente más propicio para la participación ciudadana genuina y para la renovación de liderazgos.
La captura del poder por parte de grupos familiares ha sido una constante en la política mexicana. Por ello, en los próximos días se presentará una reforma a la Constitución Local de Zacatecas, con el potencial de limitar estructuras de poder heredadas que han mantenido a la ciudadanía en un ciclo de clientelismo y desconfianza hacia sus representantes. Fomentar la inclusión de todos los sectores de la sociedad en el ámbito político no solo enriquecería el debate democrático, sino que también contribuiría a un sistema político más representativo y menos susceptible a la manipulación.
Por todo ello, es urgente regular el nepotismo en Zacatecas. Aprovechando el debate nacional, existe la posibilidad real de construir un sistema político más justo e igualitario, demostrando que el verdadero interés de sus integrantes es el bienestar de la sociedad zacatecana. La lucha contra el nepotismo no debe ser un mero discurso, sino una prioridad en la construcción de una democracia sólida y representativa.
LNY/Redacción