Fuego Cruzado | Necesitamos cambiar la conversación

CUAUHTÉMOC CALDERÓN

Mientras en estados como Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango, Coahuila, Nuevo León y Jalisco la conversación gira en torno a productividad, inversiones, crecimiento económico y estrategias de desarrollo, en Zacatecas seguimos atrapados en una espiral de grilla y mediocridad política. Aquí, el debate diario no versa sobre cómo atraer empresas, generar empleos o mejorar nuestras condiciones de vida, sino sobre qué funcionario metió la pata, cuál es la nueva torpeza del gobierno en turno o qué politiquero está peleando por una migaja de poder. Nos hemos convertido en espectadores de un teatro político lamentable, donde el interés público queda relegado a un segundo plano.

La ineficacia gubernamental ha marcado el ritmo de nuestra conversación, y eso tiene que cambiar. No podemos seguir permitiendo que los políticos ineptos nos impongan una narrativa de crisis, conflicto y retroceso. Zacatecas debe ser un estado donde la discusión pública se enfoque en la productividad, en la creación de oportunidades, en la innovación y en el crecimiento económico. Mientras en otros estados los empresarios, académicos y ciudadanos están forjando alianzas para atraer inversiones y concretar proyectos de alto impacto, aquí seguimos sumidos en la inercia de la politiquería barata.

No es casualidad que Zacatecas esté rezagado en competitividad y desarrollo. Nos hemos dejado atrapar por una agenda dictada por la inoperancia y la falta de visión. Es momento de recuperar el control de la conversación, de impulsar el debate sobre cómo hacer crecer la economía, cómo mejorar la seguridad, cómo fortalecer el turismo y la industria, cómo generar empleos y cómo crear un entorno donde los ciudadanos puedan prosperar.

Los políticos han demostrado que no tienen la capacidad ni la intención de cambiar esta realidad. Si ellos no van a marcar un nuevo rumbo, nos toca a nosotros hacerlo. Los empresarios, los ciudadanos, los líderes sociales y académicos tenemos la responsabilidad de establecer una nueva narrativa para Zacatecas. No podemos seguir a merced de los errores y la incompetencia de quienes gobiernan. Es hora de hablar de productividad, de progreso, de resultados concretos y de futuro.

Zacatecas no está condenado a la ineficiencia y al rezago. Pero para salir de este hoyo, primero tenemos que cambiar la conversación.

Del fuego, la renovación.

Hoy, el nombre de esta columna cobra un significado especial. Hace unos días, un incendio devastador redujo a cenizas Gran Sonora, un restaurante del cual soy socio. Lo perdimos todo. Pero en medio de la tragedia, he recibido miles de mensajes de apoyo, muestras de solidaridad y respaldo incondicional de la comunidad.

En los momentos más duros es cuando se descubre el verdadero espíritu de la gente. Zacatecas es fuerte, su comunidad es unida, y cuando estamos juntos, no hay obstáculo tan grande que pueda vencernos. La reconstrucción ya comenzó, no solo de un negocio, sino de una comunidad que sigue demostrando que cuando nos unimos, el fuego solo nos hace más fuertes.

El fuego sigue ardiendo.

Nos leemos el próximo lunes.