Geovanna Bañuelos propone penas más severas por maltrato animal
Ciudad de México.- La senadora Geovanna Bañuelos de la Torre propuso establecer penas de uno a siete años de prisión y de 300 a dos mil días de multa para quienes cometan dolosamente actos de maltrato o crueldad animal.
Mediante una iniciativa que adiciona un nuevo capítulo al Código Penal Federal en materia de maltrato animal, la legisladora propone tipificar el delito de crueldad o maltrato animal entendido como toda conducta que ponga en peligro la vida de una especie animal, cuando se le cause daño temporal o permanente; lo mutile dolosamente, lo prive de la vida, se difunda material en el que se le infrinja daño con fines distintos al periodismo o a la denuncia.
“La reforma busca castigar con mayor severidad los casos en los que se ponga en peligro la vida del animal, se cause daño permanente, o se mutile sin justificación veterinaria”, explicó Geovanna Bañuelos.
Además, resaltó que las penas se agravarán en casos en los que el maltrato provoque la muerte del animal tras un sufrimiento prolongado.
“Combatir el maltrato y la crueldad contra los animales es esencial para construir una sociedad más ética, justa y sostenible. La protección de los derechos de los animales contribuye a la construcción de un mundo más compasivo y equitativo”, aseveró la legisladora por Zacatecas.
La senadora Geovanna Bañuelos también abordó un tema relevante en la era digital: la difusión irresponsable de imágenes o videos de maltrato animal en redes sociales. La reforma sancionará estas acciones cuando no se realicen con fines periodísticos o de denuncia, pues consiguen revictimizar a los animales afectados, aclaró.
Geovanna Bañuelos reiteró la importancia de esta reforma como un paso hacia una sociedad más justa y humana: “Al sancionar el maltrato, reconocemos que el respeto a los seres vivos es un reflejo directo de nuestra calidad moral”.
Finalmente, enfatizó que el maltrato y la crueldad contra los animales es inaceptable, “una conducta humana que tiene graves consecuencias en el tejido social, por lo que no podemos permitirla, y mucho menos normalizarla”.
LNY/Redacción