Con cultura también se lucha contra la pobreza de México

JACOBO CRUZ

Tuve la oportunidad de participar en la reunión semanal de antorchistas que se celebró en la Casa del Estudiante de Guadalupe, donde destacó el evento cultural lleno de colorido, zapateados y sones y las personas reunidas disfrutaron de diversas muestras de folclor nacional de estados como Sinaloa y Jalisco porque la organización a la que pertenezco tiene claro que mediante la cultura también se lucha contra la pobreza de México.

Los activistas sociales que convocaron, se  mostraban satisfechos por el regocijo que les ofreció el Grupo Folclórico Trancoso a cargo del maestro Jorge Eduardo Ramos Badillo, quien está comprometido con la formación artística de decenas de jóvenes que se han acercado a la cultura  que al mismo tiempo les abre nuevos horizontes que los aleja del consumo de drogas y les brinda una mejor formación como seres sensibles ante la desgracia humana, que es una característica de la mayoría de los artistas del pueblo.

A nosotros nos queda claro que la cultura es una mensajera de los pueblos, sabemos que bien practicada entre la gente, esta se convierte en un símbolo de identidad, pertenencia y unidad de las naciones del mundo.

Los antorchistas reconocemos que la cultura se posiciona como un retrato espiritual de los pueblos, sostenemos que representa todo lo que ha hecho a lo largo de su historia; de lo que sueña ser y quiere ser en el futuro, pero es necesario proyectarse en el desarrollo conservando su independencia y protegiéndose al mismo tiempo de la invasión cultural de los países capitalistas liderados por Estados Unidos que pretende ser ejemplo universal de progreso, pero lo hace invadiendo y destruyendo lo que encuentra a su paso incluyendo el folclor autóctono para dominar a los seres humanos en el mundo.

Esta labor no es nueva, en cada oportunidad se realizan eventos como la Espartaqueada de Tecomatlán, Puebla o el Concurso del Folclor Internacional organizados por el Movimiento Antorchista en el teatro “Macedonio Alcalá” de Oaxaca donde participan los hijos de obreros y campesinos para demostrar sus habilidades y técnicas con el objetivo de hermanar a la humanidad sabiendo que la cultura es alimento del alma que no se debe separar de la vida material.

Los antorchistas tenemos claro que no se trata de contratar a profesionales sino de lograr que los jóvenes sencillos aprendan las bellas artes para divulgarlas entre el mismo pueblo que no tiene la oportunidad de acudir a los escenarios de paga y disfrutar de grandes producciones por su condición de pobreza; pero en reuniones como la descrita al inicio pueden acceder a la cultura de forma gratuita.

Los zacatecanos coinciden que las causas verdaderas que provocaron la pobreza material y cultural es la división de la sociedad en clases sociales, en consecuencia unos se quedaron con los medios de producción, entre ellos las tierras fértiles, las máquinas y las  herramientas no dejando nada para el resto de la humanidad que sólo tiene su fuerza de trabajo (que se sobreexplota al igual que los recursos naturales desde la aparición del sistema esclavista hasta la actualidad), donde se ha perfeccionado un capitalismo que en apariencia es un modelo de libertad y derechos, pero genera la pobreza de los obreros del mundo que reciben un salario miserable e insuficiente para cubrir sus necesidades básicas.

La sociedad mexicana actual no es un invento de la 4T, pero lo cierto es que desde el año 2018 se sembró la idea que mediante el reparto de dinero los mexicanos iban a salir de la pobreza, pero lo que vemos al final del sexenio es una mayor concentración de la riqueza en manos de un reducido grupo de personas que lo tiene todo, dominan todo y trabajan de forma coordinada para que todo siga igual; y por el otro extremo están las clases populares  que solo tienen su fuerza de trabajo para venderla al mejor comprador condición en la que sobreviven las familias de obreros, campesinos, amas de casa, jornaleros, profesionistas, es decir, donde están agrupados todos los pobres de México.

Por todo lo dicho, en las reuniones de Antorcha donde se presentan actos culturales como los descritos, se explica la urgencia de lograr una sociedad equitativa donde el estado mexicano garantice vivienda digna, un sistema de salud de calidad, además de instalaciones deportivas y culturales con maestros bien pagados para que apliquen todo su entusiasmo en preparar a la juventud mexicana que le devuelva confianza y alegría al pueblo, que a seis años del morenismo no alcanza la reconstrucción del tejido social sumamente dañado por la violencia que ha cobrado la vida de más de 180 mil personas cuando la gente ocupa paz, seguridad y empleo para salir adelante, lo que no se ve como propósito de la 4T.