Con singular alegría. Comunicación para la Salud
GILDA MONTAÑO
A cargo del Estado fundamentalmente está proporcionar a hombres y mujeres, los servicios informativos adecuados sobre cómo planear a la familia de acuerdo con sus propias necesidades. La tarea ha sido encomendada a diversas instituciones –ya que se trata de un problema cultural complejo- entre las que se pueden mencionar al Sistema de Desarrollo Integral de la familia; al Sector Salud en su conjunto: el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría de Salud, al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado; a la Secretaría de Educación Pública, a la Secretaría de Desarrollo Social, y más adelante a la Secretaría de la Mujer. Pero el Estado no interviene en las decisiones que hombres y mujeres adopten sobre la paternidad.
Los medios de comunicación podrían ser una vía efectiva para su educación y su información. Esta no ha sido ni suficiente ni adecuada, para hacer llegar a las mujeres los distintos métodos de planificación familiar. Y cuando nos referimos a que en este momento existe un problema grave de salud pública, ya que las adolescentes se están embarazando, es momento de crear una política pública de comunicación social al respecto.
Del compromiso de la sociedad depende que el nuevo papel de la mujer basado en la perspectiva de género sea un éxito. Se requiere de un cambio cultural que establezca relaciones igualitarias entre mujeres y hombres.
Observamos que, entre las jóvenes de 16 a 20 años, existe una tasa de embarazos de 122 por cada mil y el grupo donde la fecundidad es mayor, es el comprendido entre los 24 y 30 años, donde una de cada 3 mujeres da a luz cada año. En los años posteriores disminuye.
Común entre los adolescentes, el embarazo es ahora en México un grave problema de salud pública, ya que a nivel mundial anualmente ocurren medio millón de muertes relacionadas con embarazo y parto, 80% de los cuales acontecen en países en desarrollo.
Es terrible esto que les voy a platicar, pero por Dios que es cierto. Se tiene contemplado en las últimas estadísticas que leí, dentro de varios documentos creíbles y respetables, que las niñas de diez añitos, ya se están embarazando. ¿Se imagina usted a una criaturita siendo violada, o ultrajada, que quede embarazada? ¿De quién? Ni lo imagina, pero puede ser de su mismo padre, de su tío, de su hermano, de su primo, abuelo, o al que le pase por enfrente la idea de que… ¿y por qué no? si viven en el mismo cuarto, y duermen casi casi en la misma cama… Es terrible, digo. Una niña cuidando a un niño. ¿Y la madre? Prefiere callar, o por vergüenza, o por miedo. O por las dos cosas. Pocas, se atreven a denunciar ante a las autoridades.
¿Y las autoridades qué hacen? Se mueren de risa ante la gravísima situación que tienen enfrente todos los días, de asaltos, secuestros, violaciones, muertes, descuartizados, choques, asesinatos, huachicoleos… todo lo que ya nos acostumbramos a oír a diario, en las noticias. Ya se nos hizo, el absurdo cotidiano.
Nuestro objetivo, como gobierno, por encima de cualquier acontecimiento, es crear una política pública en el área específica de comunicación gubernamental, para enseñar a las mujeres jóvenes de zonas urbanas marginadas y zonas rurales –que son las que más necesitan información– a tener conocimiento de lo importante que es su cuerpo y del funcionamiento de este. Así pues, si quieren tener hijos, que los tengan con plena responsabilidad.
El marketing de comunicación que proponemos se suscribirá al Estado de México, dentro de nuestro país y a su capital: Toluca. La información que tenemos en este momento es la siguiente: El Estado de México se convirtió en la entidad número uno a nivel nacional en cuando a embarazos adolescentes al registrar 53 mil 329 partos de jóvenes menores de 19 años, lo que representa el 15 por ciento. Y eso si no tomamos en cuenta a las de 10 a 18 añitos.
Educación, formación, información, conocimiento, poder, ganas y ejecución. O al revés. Así merito. U objetivos, metas, estrategias y calendarización. Llevo pregonando esto hace 34 años…Háganme caso. Ya no tenemos agua…