Defendamos el derecho a la vivienda

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

En reiteradas ocasiones me he referido a los derechos constitucionales y la gran dificultad de materializarlos, esto sucede a grado tal que no constituye ningún despropósito afirmar que tal disociación implica hablar de que son “derechos de papel”, que resulta muy complicado cumplir, pues a pesar del marco legal que los especifica y quien debe coadyuvar a su concreción en la realidad no es así.

Hoy quiero traer a cuenta un fragmento del artículo cuarto, que es uno en los que se enlistan un cúmulo de tópicos en los que se abordan cuestiones como: la igualdad entre el hombre y la mujer, el derecho a decidir el número de hijos; sobre  la salud, el  agua potable, la cultura, el deporte, los derechos de la niñez y también el derecho a la vivienda. Francamente resulta curioso e inexplicable el que se abordan temas tan disímbolos y que sólo se digan generalidades; pareciera como si sólo se tratará de contemplar tales aspectos a efecto de cubrir la formalidad, pues no se explicita qué hacer ante el incumplimiento de los mismos y como obligar a la autoridad a cumplirlos. Sin embargo a efecto de que sirva como recurso educativo y arma de lucha en nuestra actividad diaria, quiero referirme al tema de la vivienda y para ello considero útil citar textualmente:

“Toda familia tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”.

Así nada más. Lo dicho, es una absoluta generalidad, tendríamos que preguntarnos primero, ¿qué implica una vivienda digna?, ¿cuándo se habla de decorosa, se refiere al número de habitaciones o los servicios como agua entubada y energía eléctrica? Al señalar los apoyos necesarios ¿de qué ordenamiento legal estamos hablando?, ¿qué tipo de apoyos se proporcionarán?, ¿quién los ejecutará? Y podríamos lanzar otras tantas preguntas pero con lo anterior se ilustra sobre la imprecisión y generalidad referida.

En este, como en muchos otros casos, siempre dentro del marco legal y enfrentando dificultades de todo tipo hacemos múltiples esfuerzos para hacer efectivo lo contenido en la ley. Resulta necesario resaltar que lo hacemos a contracorriente, pues incluso no pocas veces implica riesgos y peligros que no frenan bajo ninguna circunstancia nuestra labor.

Es el caso  de cerca de 300 familias del Fraccionamiento Arte Mexicano en Fresnillo que liderados por Guillermo Guerrero Viramontes y Manuel Ramírez que han lidiado con negativas, descalificaciones, e incluso a principios de año había riesgos de la privación de la libertad del dirigente sin que esto constituya temor o claudicación, al contrario, venciendo todo, ahí siguen cada vez más hermanados y dispuestos a luchar.

Desde el principio la historia ha sido por demás compleja, primero se expuso al gobierno anterior la carencia de la vivienda y se procedió a llenar estudios socioeconómicos a efecto de determinar quién calificaba para acceder algún crédito u apoyo extraordinario.

Cuando finalmente se expuso una propuesta el precio era desorbitante, inalcanzable para cualquier familia que labora como obrero o peón; luego se registró un ir y venir de propuestas para aminorar los costos y terminó la anterior administración con un compromiso de palabra sin respaldo documental alguno.

Al arribo de la actual administración se ha expuesto reiteradamente la voluntad de los solicitantes de pagar a precio accesible sus lotes, pero solo queda en veremos sin concretar nada. En los últimos días me han informado que volvió el acoso, y al desdén se suma la hostilidad que padecen quienes anhelan tener la certeza de su patrimonio, por ello resulta urgente y necesaria la intervención de los más altos funcionarios del gobierno del estado a efecto de que se hagan efectivos los derechos constitucionales.

Hago un llamado también a los antorchistas de todo el estado a que nos mantengamos atentos al curso de esta gestión, pues están de manifiesto una vez más los famosos “derechos de papel”, que solo existen por escrito en la Carta Magna y que para materializarlos hay que luchar con firmeza y determinación. En lo inmediato se requiere acudir a escuchar el estatus de nuestra gestión el próximo martes a la subsecretaría de vivienda, esperamos encontrar avances, pero de no ser así no quedará otro camino que intensificar la lucha sabiendo la justicia ampara a estas familias que anhelan un pedacito de México donde construir su patrimonio.