Morena se aferra al poder, pero todo empeora en México

JACOBO CRUZ

Han transcurrido los cuatro primeros años del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, como Presidente de México y hasta el momento no sabemos en qué consiste la cuarta transformación, de lo que sí estamos seguros es que  no se trata de un proyecto de unidad nacional para hacer frente a los enemigos del exterior que siempre acechan al país para adueñarse de los recursos naturales y explotar a la mano de obra de los trabajadores, por el contrario hemos sido testigos del divisionismo, de la incertidumbre y del encono social que el mandatario ha promovido desde 2018 abusando de la investidura presidencial.

A los mexicanos nos queda claro que la persecución no es algo nuevo, pero los gobiernos del pasado tenían a gente que se dedicaba al trabajo sucio, en cambio, ahora, es el mismo presidente el que se dedica a acusar a sus oponentes políticos por el fracaso de su gobierno y lo seguirá haciendo hasta que termine su mandato en 2024.

Otra herencia que vamos a recibir cuando López Obrador se vaya a descansar a su rancho, es lo que aplican también muchos alcaldes y otros representantes populares al desconocer los derechos ciudadanos y volcarse en contra de sus representados; ahora se han vuelto especialistas en incitar a la violencia y en construir discursos de odio en contra de la población cuando les reclama obras, apoyos y acciones de gobierno para hacer frente a necesidades específicas en sus poblados.

Y lo más lamentable del proceder de los morenistas se da en un ambiente de crispación social debido a la delincuencia que ha alcanzado niveles incontrolables, cuando los mexicanos buscamos paz, tranquilidad y empleo para sacar adelante a nuestras familias ante el amontonamiento de problemas que las familias deben resolver.

La postura del presidente y sus seguidores no contribuye a la reconstrucción del tejido social y a la pacificación del país, siendo que cada día tiene un nuevo oponente al que se le avienta con el aparato de gobierno y mayor agresividad para defender su palabra como la única válida en un país que se imaginaba sería el más democrático de la historia reciente.

Sin embargo, hay mexicanos cegados por el poder del dinero de los programas sociales que defienden a López Obrador como el mejor presidente, sin embargo, ha aumentado el precio de todos los productos de consumo básico: el huevo, leche, pan, azúcar, etc., ya es imposible de adquirirlos y lo mismo sucede con el precio de los combustibles como gasolinas, a pesar de la promesa de que al llegar Morena al poder está costaría solamente 10 pesos. Pero no es sólo eso, también tenemos que padecer los impuestos como el predial y la tenencia vehicular, donde se hicieron ajustes en las tarifas (que no aumento), que para el caso viene siendo lo mismo.

Pero aún quedan cerca de dos años para que López Obrador entregue la banda presidencial a su sucesor, pues será el 2 de junio de 2024 cuando los mexicanos acudamos a las urnas a escoger al presidente número 66 quien habrá de reemplazarlo, pues parece que no tiene intenciones de reelegirse y sí muchas ganas de alejarse de la política porque en el fondo sabe del daño que ha hecho a los ciudadanos que callan a cambio de los apoyos monetarios que reciben.

Queda poco tiempo para que Morena defina a su candidato presidencial de 2024 y pesar de que han sido señalados por violar la ley con actos anticipados de campaña, ellos simplemente responden que están ejerciendo sus derechos y otras frases justificadoras por la abierta campaña de promoción con recursos del erario sin que haya alguien que les ponga un alto.

Dentro de los destapados de López Obrador parece que la favorita a sucederlo es Claudia Sheinbaum, mientras que Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal no se quieren quedar atrás en la búsqueda de alcanzar la silla. Y así es que Morena sigue aferrada al poder como si tuvieran acciones exitosas meritorias de aplausos y reconocimientos para que sigan gobernando a México

Morena se encuentra sumido en una crisis profunda donde los intereses personales y de grupo se imponen al propósito de contribuir al desarrollo de todos y se exhiben como ambiciosos vulgares e incongruentes que les importa sólo el poder y dinero.

En este escenario se adelanta que el presidente heredará el puesto a quien le garantice la continuidad de sus proyectos y cuide los negocios familiares, por lo tanto, terminará por imponer al que le demuestre total fidelidad para extender su poder, porque gobernar no sólo significa tener el cargo, sino dominar las decisiones trascendentales.

Por todo esto los mexicanos debemos preguntarnos: ¿Qué proyecto novedoso y de impacto social pueden ofrecer  los candidatos morenistas?, ¿qué medidas desarrollarán para impulsar el empleo y el alza del salario?, ¿con qué acciones se disminuirá la violencia e inseguridad?, porque con las becas del bienestar, programa estrella de AMLO, no se ha logrado la paz, tranquilidad y trabajo que urgen en México.