El bla, bla, bla ante el crimen organizado
RAÚL MANDUJANO SERRANO
El bla, bla, bla ante el crimen organizado. -Mientras degusta de un café americano, acompañado de una galleta casera de mantequilla, el andador de los pasillos informativos sabe, entiende y tristemente acepta, que el crimen organizado no tiene fin. Es, incluso, parte del paisaje de las sociedades contemporáneas, pero ¿ocultarlo? ¿Hay que decir que se trata de una campaña mediática y sensacionalista contra el gobierno? parece el argumento más estúpido (se disculpa el amanuense por usar la burda palabreja) para no reconocer que, en las políticas contra la inseguridad, la policía nunca está, o debe llegar tarde.
Los ataques del narco en Jalisco, Guanajuato, Ciudad Juárez y Baja California, se magnificaron en los medios, pero esas malditas escenas se repiten diario en todos lados, la Ciudad de México, Guerrero, Michoacán, Edomex, Morelos, Tamaulipas o Zacatecas, y después de cada huella sangrienta causada por el hampa, es cuando aparece la autoridad o dígame, durante esos ataques ¿Vio a elementos de la Guardia Nacional? ¿Del Ejército? ¿O de las policías estatales o municipales? ¡No! parece que les avisan. Y luego llegan los chistoretes discursivos: “por estos hechos se inició la carpeta…” “se iniciaron las investigaciones…” “no pararemos hasta dar con los responsables…” … bla, bla, bla.
Ante lo que los medios conservadores decimos sobre lo que aparentemente no existe y todo está bien, Estados Unidos alertó a sus ciudadanos a no venir a México. Porque, por más que las políticas del “bienestar” insistan en ocultar, no hay un solo rincón en el que el crimen organizado no tenga presencia. Es el cáncer que poco a poco extermina a un país que, de su gobierno, sólo recibe paliativos, porque carece de medicamentos para combatir la huella de esta enfermedad y su metástasis asesina y degenerativa que, ya sea con Fox, Peña, Calderón u Obrador, se enquistó, causando más dolor y víctimas. Callar lo evidente, no ayuda a calmar el miedo.
Colofón. – El hampa en Toluca
Le diré algo –externa el incómodo periodista-, Toluca, o todo el edomex, no deberían alzar campanas triunfalistas. En la capital, por ejemplo, la delincuencia está desatada, son constantes los asaltos violentos de un par de hampones o varios, abordo de una motocicleta, que operan en la zona que comprende las colonas Santa María y San Pedro Totoltepec, Miltepec, Geovillas Independencia, la Crespa, la Guadalupe o las Flores, pero aun cuando quedan evidenciados estos atracos en redes sociales, para la inoperante policía, si no hay denuncia burocrática, no se puede hacer nada. El discurso de la impunidad.
O qué tal ahora, con esos videos de los asaltantes de Santos Degollado, y que ¡ojo! ¡No son nuevos!, tienen años operando así, y lo hacen también después de la seis de la tarde, sobre Lerdo, asaltando a empleados gubernamentales, a la altura de ese mismo tramo y dígame –continúa el escribano- ¿ha visto policías en la zona cuidando? ¡No! para nada, ellos andan con sus compañeras agentes cazándolo, a usted, a nosotros, para infraccionarnos por faltas viales. ¡Ah! pero, eso sí, ya hacen operativos para aparentar trabajo, en esa zona ubicada a una cuadra del Palacio estatal. Y son de esos operativos ¡bien acá!, hasta con drones y toda la cosa, pero ¿Qué curioso? ¿No le parece? Sólo cuando los malditos medios o las tontas redes publican, es cuando, dizque hacen algo.
En lo local se gasta el presupuesto reinaugurando guarderías o en pomposos eventos para anunciar lo que no da resultados, o en aparentar orden vial y bacheo, pero, carajo, en Toluca no sólo existe el centro. Es mi opinión. Hasta otro Sótano.
Twitter: @raulmanduj