8M: Nos roban amigas, nos matan hermanas…
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Si, está es una frase de “Canción Sin Miedo”, de Vivir Quintana… “Cantamos sin miedo, pedimos justicia; Gritamos por cada desaparecida; Que resuene fuerte «¡nos queremos vivas!»; Que caiga con fuerza el feminicida… Un mensaje enérgico, para un momento histórico que exige un cambio, una respuesta, sororidad, asertividad y empatía, comenta el hacedor de los editoriales irreverentes, mientras observa –desde la ventana de su oficina- como cientos y cientos de mujeres marchan. Es una imagen viva, bella, genial –dice-, manchada sólo por el discurso político, por el miedo “machista” cobijado en la perorata gubernamental.
Mire, por allá del 2015, Trump, siendo candidato presidencial por E.U., propuso un muro contra la inmigración. En realidad, era más que eso, era una reafirmación del atrincheramiento en el “America first”; “Construiré un gran muro, y nadie sabe construir mejor que yo”, insistía. En 1961, en Alemania, terminó la construcción del Muro de Berlín, que fue considerado como un emblema de la Guerra Fría, de la división de Europa y occidente. Pero ¿sabe usted? Ni el muro de Trump se hizo, ni el de Berlín sigue en pie. Las vallas de Palacio, los muros, ahora contra la justicia que demandan nuestras mujeres, por muy altos que los pongan, no son suficientes para frenar esta demanda social.
La referencia no parece justa, pero, la relación conflictiva del presidente con el feminismo no es nueva, no es empático con ellas, pero este año, su muro fueron las vallas, el discurso que intentó minimizar este movimiento, los despliegues de seguridad en el país fueron el emblema más polémico del Día Internacional de la Mujer. La indignación convirtió el cerco en un “muro de la memoria” contra la violencia, contra el “México feminicida”. Que siga su lucha. Muchos lo apoyamos.
Colofón: Un país de asesinos y asesinados
Mientras degusta de un buen coctel de camarón con aguacate (el amanuense se siente empoderado), el hacedor sotanero reflexiona que nadie tiene la culpa de que cualquiera decida matar, que quiera ser parte del crimen organizado, que asesine mujeres o robe, pero si, el presidente, los legisladores, senadores, alcaldes y gobernadores, de cualquier partido, son responsables de permitir que eso ocurra, de no legislar para que se fortalezca la prevención, investigación y persecución de los malditos que nos quitan la vida.
Mire, y son datos del propio gobierno, aclaro, en lo que va del año, se ha registrado 660 homicidios dolosos, es decir, asesinatos y ejecuciones. Le doy otro dato preocupante, la ONG “Causa en Común”, dio a conocer que en México se registraron 122 feminicidios con “crueldad extrema”, entre el último trimestre del 2021 y los 2 primeros meses, del 2022… y nos quejamos porque ellas marchan y se manifiestan, porque pintan edificios, caray…
Verá usted, lo del estadio La Corregidora en Querétaro es el mejor ejemplo de lo que pasa en México. Lo explicaré con una arriesgada comparación: El estadio es México, su afición somos esos mexicanos que vivimos ahí, en un estadio o país, secuestrado por narcos, por esas barras que se disputan el territorio batiéndose en sangre con sus rivales. Los mensajes de que no habrá impunidad y cero tolerancia del gobierno, son el preámbulo de la impunidad que prevalece porque, la propia ley, no sanciona a grupos, sino a personas, así que podría estar en riesgo la justicia, como pasa en México. Estimado lector, hoy las cosas no pintan bien, por eso eduquémonos en familia, promovamos valores para no ser víctimas o victimarios, al final, todos merecemos vivir en paz. Hasta otro Sótano.
Twitter: @rulmanduj