¿Y la congruencia?
OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO
Una y otra vez se dan manifestaciones de hartazgo popular que obedecen al rechazo de la ciudadanía ante el doble discurso de políticos de todos los partidos, en tiempos de campaña construyen arengas grandilocuentes con las que nos convencen sobre su visión para solucionar algún problema, pero al asumir el cargo muchas de las veces se actúan en absoluta discordancia con lo declarado generando molestia entre la ciudadanía al observar tal incongruencia.
A nivel nacional vemos como el Presidente López Obrador que se hace llamar defensor de los pobres, amparado en la lucha contra la corrupción implementa acciones que van en contra de las mayorías, suprimiendo programas de impacto social como PROCAMPO, PROSPERA, Seguro Popular y acciones de obra pública como el Ramo 23, entre otras; al demandar al titular del ejecutivo que acredite su dicho sólo ha sostenido que se trata de hechos conocidos por la opinión pública justificando así sus determinaciones, aunque eso implique un incremento drástico de la pobreza como lo demuestran los datos del INEGI que acreditan un aumento de más de 3 millones de pobres o signifique también condenar a la gente a padecer la falta de medicamentos, etc.
Localmente las cosas no distan mucho de ese cuadro, amparados también en el combate a la corrupción y partiendo del respaldo obtenido en las urnas, hoy vemos como se desgarran las vestiduras quienes fungen como Diputados y exigen sendas investigaciones al pasado, pero a la par de ello justifican los atropellos que cometen amparados en las nuevas maneras de hacer política. Quienes ayer se quejaban de ser avasallados en la toma de decisiones en su condición de minoría, hoy que son mayoría atropellan deliberadamente como sucedió con la conformación de las comisiones legislativas donde impusieron la composición de estas y la titularidad sin tomar en cuenta los perfiles y experiencia, pues al fin y al cabo de lo que se trataba era de mostrar su poderío. Los marginados de ayer se convierten hoy en verdugos.
Pero la joya, quien gana el premio de la incongruencia es la Senadora Soledad Luévano Cantú, no sólo porque históricamente se ha dedicado a criticar desde las redes sociales y poco ha hecho para demostrar su compromiso con Zacatecas, sino además por su recurrente histrionismo ante la anterior administración local que dan cuenta de una larga carrera de protagonismo y contradicciones que son del dominio público.
Recientemente tenemos una prueba de lo anterior, en los primeros días de septiembre se dio a conocer la propuesta del titular del ejecutivo del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que fue presentado ante la Cámara de Diputados, donde se presentaba un recorte de poco más de 500 millones en el tema educativo y no se contemplaban recursos para los tramos carreteros de Zacatecas- Aguascalientes y la autopista a Guadalajara, de inmediato surgieron las declaraciones en Facebook condenando la actitud tecnócrata del Secretario de Hacienda y llamando a la insubordinación popular para exigir un trato justo presupuestalmente para Zacatecas.
Vino después la colocación de mantas en diversos puntos del estado pidiendo más recursos y un trato digno, posteriormente se dio cuenta en las redes sociales y medios de comunicación de la convocatoria a todos los legisladores federales para que acudieran a reuniones donde se abordaría la urgencia de crear un frente común para cumplir el objetivo señalado.
La campaña continuó y la prensa dio cuenta de que en la Ciudad de México se colocó un espectacular que clamaba: “SR. PRESIDENTE: NOS SENTIMOS ABANDONADOS, ZACATECAS NECESITA SEGURIDAD Y PRESUPUESTO JUSTO” Atte. SOLEDAD LUEVANO. SENADORA POR ZACATECAS.
Empero, rápido se puso al descubierto que estábamos ante un acto de incongruencia y la supuesta defensa de Zacatecas era sólo show mediático, pues recientemente se votó en la Cámara de Senadores la miscelánea fiscal y a propuesta de las Senadoras Claudia Anaya y Geovana de la Torre, se pedía una modificación del artículo 275 para que regresará el llamado Fondo Minero y con ello se edificará obra pública en Zacatecas y la sorpresa fue, que precisamente la Senadora que antes se desgarraba las vestiduras, ahora simple y llanamente traicionaba en los hechos a la gente y de nueva cuenta la cínica respuesta fue el combate a la corrupción, sumando con ello elementos de juicio a la historia de incongruencia que genera malestar entre los ciudadanos.
Vale la pena dejar claro que el problema no es propio de partidos y previendo la lluvia de respuestas, por adelantado digo que no se trata sólo del caso de la Senadora en cuestión, pero es precisamente un botón de muestra de una práctica común que evidencia a la clase política y que convendría modificar tal actitud a efecto de ganar el respeto ciudadano y sobre todo que se destinen recursos federales para la atención de problemas impostergables en el estado.