Cobarde asesinato del periodista Enrique García
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Apenas, el amanuense leía una frase de Ortega y Gasset: “El mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los dejan matar”. Hoy, nuevamente el gremio periodístico se viste de luto. En esta ocasión no fue la pandemia, pero si un virus, el del crimen, ese mal para el que no hay vacuna, y menos doctores. El asesinato del periodista Enrique García no tiene que ver con sus publicaciones –porque era un hombre bueno y pacífico-, tiene que ver con la maldad, el vicio, las drogas, la falta de empleo, tiene que ver con la nula capacidad de las policías por hacer frente a la cobardía de un asesino.
Tan miserable es quien mata, como la autoridad que lo permite y cobra por la impunidad en la que viven los criminales. Esto ya no es un juego, ni un ejercicio de frases y promesas políticas, porque este país es dirigido por la incapacidad y la mediocridad. Le corresponde a la Fiscalía, como siempre, iniciar una carpeta de investigación y sin resultados; le corresponde a la CODHEM vigilar que se esclarezca esto, o de nada servirán, ni la Visitaduría Adjunta de Atención a Periodistas y Comunicadores, ni tampoco la Unidad Especializada en Delitos contra Periodistas, cuyas oficinas son un módulo pequeño al lado de la Fiscalía en Toluca, y que tiene para este año, un presupuesto de más de 28 millones de pesos.
Habla iracundo el periodista, encabronado y con un nudo en la garganta, con tristeza también, pero esperanzado en que se esclarezca este crimen y se dé con estos criminales que operan en Toluca y Metepec, y en todo el estado, y el país… Caray. Hasta pronto Enrique…
Colofón. – La maldad por el poder y la perversidad del ser humano
No degustará nada el hacedor sotanero, pero cabila sobre la frase del escritor y profesor de Ciencias Políticas, Alan Wolfe: “Debemos tener cuidado a la hora de enfrentarnos al mal, pues este nos confunde fácilmente”.
Mire, en el caso de los 43 de Ayotzinapa. De esa tragedia del 26 de septiembre de 2014. En 2015, óigalo usted bien, en 2015, y como parte de la entonces llamada “verdad histórica”, la PGR identificó los restos de Joshivani Guerrero. El gobierno federal actual, descartó la validez de esos resultados, y ahora, en junio de 2021, dan a conocer el dictamen del laboratorio de Innsbruck, de Austria, que confirma que son los restos de Joshivani Guerrero. Y entonces ¿cuál fue la diferencia del 2015 al 2021? Parece absurdo todo este circo mediático, pero además ¿por qué decirlo con tanto bombo y platillo? ¡Ah! Quizá porque ya se presentó el peritaje preliminar sobre la tragedia de la Línea 12 del metro y querían desviar la atención al informe que, incrimina a Marcelo Ebrard y lava las manos de Claudia Sheinbaum. En la carrera presidencial, parece que inició el fuego amigo en el nido morenista.
Ya para concluir con el tema de la maldad, mire, usted vio las imágenes en televisión y redes sociales, en las que un sujeto, Diego Helguera, intencionalmente atropelló a dos mujeres en Iztacalco y arrastró a una de ellas, sobre el asfalto, por cuatro calles y huyó. Ahora, el sujeto de marras amenaza con suicidarse y evitar la cárcel. Terrible sin duda alguna. Entre la maldad por el poder y la ira social, las cosas en México no cambian y, como los políticos, en esto, somos solo simples espectadores de la violencia… Hasta otro Sótano y cuídese.
Twitter @raulmanduj