¿Qué tan libres somos para expresarnos?

LUCÍA LAGUNES HUERTA

El pasado lunes se conmemoró el Día Internacional de la Libertad de Prensa en todo el mundo, la fecha nos da la posibilidad de reflexionar sobre los temas que se ligan a esta, como es la libertad de expresión como un derecho de todas y todos.

Para quienes ejercemos el periodismo tener garantizadas las condiciones para expresarnos es fundamental para cumplir con nuestra labor social de informar.

¿Qué tan libres somos las periodistas mexicanas para expresarnos? es la pregunta que con propósito de este día hay que hacernos, especialmente cuando hay más periodistas en este oficio.

Las periodistas seguimos remando contra corriente para hacer valer nuestro derecho a la libre expresión y una de las razones tiene que ver con las violencias que enfrentamos por ser mujeres y periodistas.

Tres son los espacios principales donde las periodistas enfrentamos estas violencias que limitan nuestro trabajo, uno son nuestros centros de trabajo, la otra las coberturas informativas que realizamos y la tercera, los espacios digitales.

Estos tres segmentos se identifican claramente en los diferentes informes y reportes que sobre violencia contra mujeres periodistas se dieron a conocer a propósito del Día Internacional de Prensa.

Sobre las redacciones y medios de comunicación como espacios laborales, las periodistas enfrentamos acosos y hostigamiento, que impactan en nuestras vidas y por supuesto en nuestro desarrollo profesional y en nuestra tarea social.

Ya lo mostraba el acoso data que dieron a conocer las PUMS sobre las entrevistas que realizaron en 2019 entre 392 periodistas, tres cuartas partes de ellas habían vivido en su trabajo algún tipo de acoso, hostigamiento o agresión sexual.

¿Cómo hacer un periodismo libre con el enemigo en casa? Aquí las autoridades laborales tienen una tarea pendiente, de muchas.

En las coberturas ni se diga. Cómo reportar con libertad si quien te agrede, intimida o amenaza es de quien estas reportando o a quien estás investigando.

De acuerdo con datos que tenemos en CIMAC en 2020, el año más violento para las periodistas, registramos cada 34 horas una agresión contra una periodista por el trabajo que estaba realizando. En lo que va de este año llevamos 83 casos y la lista, por desgracia, sigue creciendo.

¿Cómo informar libremente, si sobre ti está la amenaza? Como lo vimos recientemente en el caso de las periodistas Gloria Reza, Jalisco y Mariana Escobedo en estos días.

El espacio digital se ha convertido en el megáfono de las violencias que enfrentan las periodistas, los impactos de las violencias son brutales.

Dos pensamientos como mecanismo de protección son recurrentes en las periodistas: dejar de hacer periodismo y limitarse en sus informaciones, según reporta el informe “Incorporando la perspectiva de Género en los mecanismos de Protección de México, Irak y Afganistán”, de GAMAG que dicho sea de paso, integra a las tres naciones más peligrosas para ejercer el periodismo.

¿Cómo garantizar el derecho a la información que requiere toda sociedad para fortalecer su autodeterminación y actuar público, si las mensajeras están siendo atacadas?

Y si además del ataque, la impunidad sigue como si nada, como ocurre en estos momentos en Quintana Roo, donde las autoridades Judiciales siguen sin localizar a los policías que dispararon conta la manifestación feminista y contra periodistas el pasado 9 de noviembre, el círculo de la violencia sigue dando vueltas.

Construir la libertad que requerimos para expresarnos e informar a la sociedad sigue siendo el talón de Aquiles de nuestra democracia.