Mujeres botín de una guerra entre grupos facciosos y mafiosos en Oaxaca
SOLEDAD JARQUÍN EDGAR
El siempre condenable asesinato de Ivonne Gallegos Carreño parece dar pie a lo que han dicho muchas personas: la cada vez mayor participación de las mujeres en la política arrojará una mayor cantidad de actos de violencia. Incluso la ministra presidenta de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa, lo advirtió con preocupación hace apenas unos días.
Los datos no mienten: entre el 7 de septiembre de 2020 y el 17 de marzo de 2021, 60 personas que están en la política y 78 funcionarios sin militancia partidista han sido asesinadas, 35 de ellas son mujeres (25 %). Pero insisto, lo más grave es lo que sigue a estos asesinatos: la impunidad.
Veracruz es por ahora la entidad más letal con 17 hechos de este tipo de violencias, con cuatro sucesos más que Guerrero que ocupa el segundo lugar con 13 asesinatos de personas dedicadas a la política y funcionarios sin militancia partidista.
“Desde el pasado 7 de septiembre de 2020, (inicio del proceso electoral) y hasta el 20 de marzo de 2021, el Indicador de Violencia Política en México (IVP) de Etellekt Consultores, registró un total de 238 agresiones contra personas políticas con un saldo de 218 víctimas de diversos delitos, de las cuales 166 eran hombres y 52 mujeres.
En una gráfica de la misma consultoría, hasta el 17 de marzo, había registrado 148 asesinatos violentos, contra personas dedicadas a la política y funcionariado sin militancia, 25 por ciento de esos crímenes se cometieron en contra de mujeres.
Las entidades con mayor número de personas políticas asesinadas son Veracruz, Guerrero y Oaxaca, esta última entidad ocupa en la tabla general el lugar número 11 con siete asesinatos de personas políticas y funcionarios sin filiación partidista. A raíz del asesinato de la ex diputada de la LXI Legislatura Ivonne Gallegos Carreño, y presidenta de la Comisión de Equidad y Género, que aprobó el delito de feminicidio. Oaxaca se ubicó en el lugar siete.
Nada de qué enorgullecernos, si vemos que el asesinato es la expresión más arcaica de la violencia y cuando esta se ejerce por el hecho de ser mujeres nos muestra que como humanidad vivimos una parálisis ya que no hemos encontrado la fórmula para la igualdad social, humana, la igualdad entre mujeres y hombres. Esa fórmula que no se entiende, se vitupera, se descalifica y se le ponen toda clase de barreras para no dejarla pasar.
Y si la violencia feminicida y el feminicidio son dos ejemplos de cómo no hemos avanzado y no lo hemos hecho porque prevalece el machismo en todos ámbitos, estratos sociales, edades, en todo. En cualquier esquina donde demos la vuelta encontraremos un perpetrador, victimario o misógino dispuesto a detener los pasos de una mujer y la política no ha sido la excepción desde hace mucho y hoy, sí lo han dicho bien, porque nos tienen que ver ahí en esas palestras y en toma de decisiones, al menos por la mitad de quienes hacen política.
Pero Oaxaca, como decía mi abuelita Lucha, se cuece aparte. En la entidad las autoridades se eligen por dos sistemas: uno el de los partidos políticos, por el que 153 municipios realizan elecciones con membretes partidistas, y otro de los sistemas normativos internos, es decir, 417 partidos realizan asambleas.
Hasta hace muy poco tiempo, menos de una década quizá, había municipios donde las mujeres no elegían a sus autoridades locales y mucho menos podían ser electas, y al mismo tiempo hay historias y casos excepcionales, pero siguen siendo menos, lejos de la paridad y a pesar de las elecciones de 2018, hoy solo gobiernan poco más de 70 mujeres un municipio, recordemos también que es la entidad con más municipios: 570, entonces puede tener una enorme cifra de municipios gobernados, muchos más que en otras entidades, pero porcentualmente son pocas.
Lo real y que se debe reconocer entonces es que la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos existe. Un ejemplo son las cifras que la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca diera a conocer, tan solo entre 2020 y lo que va de 2021, la Defensoría ha iniciado 101 expedientes por violencia política de género. Se trata de agresiones a funcionarias públicas electas por el pueblo y que ocupan lugares importantes en los gobiernos locales.
Ivonne Gallegos Carreño era candidata “en firme” del PAN a la presidencia municipal de Ocotlán de Morelos, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Oaxaca. Odontóloga de profesión, fue diputada a los 29 años de edad y a partir de entonces en los últimos 11 años había estado dedicada a la vida pública y a la política. Esta era la segunda vez que pretendía ser candidata, la primera fue en el pasado proceso electoral de 2018 pero no la dejaron.
El asesinato de Ivonne Gallegos Carreño, un feminicidio en un contexto electoral, enciende nuevamente las alarmas, es una historia repetida, porque la IMPUNIDAD sigue campeando en el territorio oaxaqueño. El proceso electoral iniciado en septiembre pasado, efectivamente, pinta de mal en mal y el Estado tiene la obligación de parar esto desde ahora.
Hay quienes opinan que esté fue el recibimiento para el nuevo fiscal de Oaxaca, Arturo Peimbert Calvo. Desde esta columna hacemos votos para que eso no suceda, en verdad. Porque sería un lamentable mensaje, sería volver a poner el cuerpo de las mujeres como parte de un botín de guerra, una que muchas veces desconocemos las mujeres, una que hay entre los grupos facciosos y mafiosos del poder político real. Hoy la tarea de Peimbert es entregar resultados, entregar a los responsables del artero asesinato del pasado sábado en la carretera 175.
¿Qué sí es muy lamentable en Oaxaca? Bueno sin duda lo que nos han demostrado hasta hoy quienes procuran justicia o al menos lo que nos dejó en su actuación el hoy ex fiscal Rubén Vasconcelos, la creciente impunidad durante su gestión, la protección a funcionarios corruptos dentro de la Fiscalía, además de sus actos de omisión y negligencia.
Vasconcelos hizo parecer laxas tanto las leyes como a las instituciones. Así vimos una Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, a cargo de Araceli Pinelo López, sin mostrar resultados. Nadie hasta hoy conoce para qué sirve y qué ha hecho esta funcionaria además de cobrar y no perderse la oportunidad de estar en cuanto foro se los permiten, estilo que ya sabemos ha caracterizado a otras servidoras públicas de Oaxaca y que en el peor de los casos tienen que ver con las supuestas políticas públicas de género. No hay duda, con Peimbert Calvo al frente mucho tiene que cambiar de la Fiscalía y ya tiene por dónde empezar para devolverle a la ciudadanía algo de credibilidad.