Se unen pueblos mágicos de Zacatecas y Guanajuato; van por crecimiento conjunto
Pachuca, Hgo.- Los Pueblos Mágicos de Zacatecas: Pinos, Nochistlán, Teúl, Jerez, Sombrerete y Guadalupe; y los Pueblos Mágicos de Guanajuato: Mineral de Pozos, Yuriria, Comonfort, Dolores Hidalgo, Jalpa de Cánovas y Salvatierra, implementarán acciones que coadyuvarán a un crecimiento y reconocimiento de ambos estados.
Lo anterior, como parte de la firma de hermanamiento entre ambas entidades en el marco del primer Tianguis de Pueblos Mágicos, evento realizado aquí en Pachuca.
Este acuerdo se dio luego de que la Secretaría de Turismo de Zacatecas, representada por Eduardo Yarto Aponte, y los comités de los seis Pueblos Mágicos de la entidad se reunieran en mesas de trabajo y recorridos con la la secretaria de Turismo de Guanajuato.
En ellas se encontraron similitudes culturales, gastronómicas, arquitectónicas y tradiciones por lo que con este hermanamiento, los destinos incluirán promociones y difusiones en las expresiones culturales y tradiciones regionales.
También se intercambiarán experiencias y el sector tendrá capacitaciones; crearán nuevas estrategias y campañas promocionales en apoyo mutuo con el fin de que los 12 Pueblos Mágicos capten a más turistas.
Los destinos colaborarán en la búsqueda de segmentos y realización de iniciativas de promoción, integrarán bases de datos de asistentes en exposiciones, ferias turísticas y encuentros empresariales y gubernamentales para incentivar el intercambio económico y el desarrollo de negocios.
Jerez, el «más alegre» y primer Pueblo Mágico de Zacatecas se encuentra en un valle agrícola con gran belleza natural debido a la Sierra de Cardos. La fiesta más antigua del estado se celebra aquí desde 1824, y es la Feria de la Primavera, la cual comienza el Sábado de Gloria y dura una semana.
Nochistlán, el «más musical», fue fundado en 1532, por eso está considerado como la segunda cabecera municipal más antigua de Zacatecas. Su nombre proviene del náhuatl que significa «lugar de tunas» y aquí puedes encontrar diversos atractivos turísticos.
Pinos, el «más danzante», fue fundado en 1594 y en su pasado se encuentran vestigios de riqueza minera que le permitió construir estupendos edificios religiosos. Algunos de ellos son la Parroquia de San Matías, edificada entre los siglos XVII y XVIII, cuyo museo tiene obras de arte sacro que datan del siglo XVIII.
Sombrerete, el «más fotogénico» y en donde historia, gastronomía y cultura zacatecana se conjugan armónicamente en este Pueblo Mágico, fundado en 1555. Uno de los sitios que más sobresale de Sombrerete es la Capilla de la Candelaria, considerada como la primera construcción sacra que tuvo el pueblo, ornamentado con un altar de piedra y gran estilo colonial. y Guadalupe
Teúl de González Ortega, el «más delicioso» tiene una zona arqueológica mesoamericana que es, quizás, una de las más importantes del estado. Este pueblo fue fundado por españoles, por eso existen construcciones que datan de los siglos XVIII y XIX.
Y Guadalupe, el más «virreinal» y joven de los Pueblos Mágicos de Zacatecas, que con su estilo barroco y cantera rosa, tiene un claustro en el que se exponen pinturas virreinales, además de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Jardín Juárez.
Por parte de Guanajuato, Mineral de Pozos, en San Luis de la Paz, se ha distinguido por su misticismo y magia cuyo atractivo principal son sus vestigios arquitectónicos y minas; Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional, se caracteriza por sus coloridas artesanías de Mayólica que encantan a la vista, además de sus nieves exóticas.
Salvatierra, considerada la primera ciudad del estado, posee el templo y convento del Carmen, construidos entre 1644 y 1655; Yuriria, conocida por su enorme laguna también conserva antiguas capillas del siglo XVI.
Jalpa de Cánovas, en Purísima del Rincón, tiene un aire de grandeza colonial, belleza arquitectónica y hermosos paisajes naturales, que la convierten en una comunidad ícono del municipio; Comonfort, privilegiado en arquitectura civil y riqueza en su paisaje escénico y lo genuino de sus habitantes y sus manifestaciones religiosas y gastronómicas.
LNY/Redacción