Y a usted, ¿quién le preguntó?
SOLEDAD JARQUÍN EDGAR
No estamos discutiendo nada nuevo y cómo siempre la pregunta es ¿y a usted quién le pregunto?
La decisión de las mujeres al aborto, provoca toda clase de sobresaltos entre grupos determinados por la ideología patriarcal, machista y conservadora y reduce, como siempre, el cuerpo de las mujeres a la propiedad colectiva, pero en específico a la propiedad de los otros.
Pareciera que las mujeres no pueden ni deben tomar una decisión por ellas mismas, de ahí que las ideologías religiosas intenten consecutivamente imponer sus razones, que no permiten contemplar el fondo de la desigualdad a la que están sujetas las mujeres, todas, pero de forma fundamental, las que viven en carne propia la desigualdad provocada por la pobreza, esa que no da ninguna oportunidad, ni para evitar ni para prevenir un embarazo y que frente a su realidad deben someterse a un aborto insalubre aunque en ello se les vaya la vida; o las muchas niñas y adolescentes violadas por familiares o desconocidos y para no pecar se les obliga a parir.
Las propuestas legislativas que se definirán en la Cámara de Diputados de Oaxaca son un ejemplo del jaloneo que va más allá de los propios consensos legislativos, algunos de ellos llevados a posiciones retrógradas que son simplemente inexplicables, igual que ha sucedido desde hace siglos.
Resultan inquisitorias algunos cuestionamientos a las diputadas Laura Estada Mauro, Hilda Graciela Pérez Luis y Rocío Machuca Rojas, quienes encabezan los dictámenes con proyecto de reformas a los artículos 312, 313 y 315 y las fracciones II, III y IV, y la adición a la fracción V del artículo 316 del código penal para el Estado Libre y Soberano de Oaxaca. Además, del dictamen con proyecto de decreto que reforma el octavo párrafo del Artículo 12 de la Constitución Política local.
De esta forma se garantizará el derecho a la vida desde la 13 semana de gestación y no desde el momento de la concepción como se establece actualmente, y se amplían las consideraciones de las excepciones legales, desde la piedra fundamental del derecho de las mujeres.
Sin embargo, insisto, hay quienes se sienten con la atribución de intervenir, porque siguen pensando que las mujeres no pueden hacerlo por su propia cuenta, lo que ha provocado el clandestinaje en el aborto y la consecuencia grave de la muerte de las mujeres, además, claro, de la criminalización y judicialización, que hoy provoca que al menos 49 mujeres enfrentes procesos en esta entidad.
Hoy, como sucedió hace algunos años cuando se reconoció la vida desde el momento de la concepción, la jerarquía católica y otras iglesias, así como los grupos políticos de poder conservadores, pretenden doblegar a las y los integrantes del Congreso. Igual que hace algunos años, cuando cayeron redonditos algunos de los representantes legislativos de la “izquierda”, con promesas de bodas suntuosas en el templo de Santo Domingo, bautizos y primeras comuniones. Nuevamente, reitero, ha trascendido esa práctica, mediante llamadas telefónicas y reuniones para “dialogar” que buscan que la mayoría de la diputación, compuesta por Morena, cambien el sentido de su voto para la sesión del próximo miércoles 25 de septiembre.
Sin duda, si eso sucede significará un retroceso para las mujeres y una clara violación a los derechos humanos mediante subterfugios que laceran la Laicidad del Estado mexicano. En cambio, si las propuestas avanzan estaremos hablando de un nuevo estado mexicano que reconoce el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y se concretaría, finalmente, una añeja petición de las mujeres.
Las tres diputadas han sido objeto de cuestionamientos distintos, hechos por hombres, en los medios de comunicación y han circulado expresiones que rayan en el odio, lo cual es a todas luces peligroso. La tarea del patriarcado es mal informar, con dogmas religiosos inventados por humanos, empleando para ello púlpitos, salas de cines y diversos medios de comunicación que se cuadran frente a esa ala del patriarcado.
Así hemos testificado los embates de grupos religiosos y asociaciones civiles que pretenden polarizar las ideas con encuestas, específicamente; con marchas y con “procesiones” de la feligresía hasta el recinto legislativo, donde incluso, han celebrado ceremonias religiosas en su pretensión de exorcizar la mente y el corazón de quienes habrán de decidir. Así llegaron algunos diputados a la sesión del congreso, algunos, como Jorge Villacaña, pidió que se retirara su firma del dictamen y otros para invocar a una consulta pública.
Lo cierto es que eso revela una supina ignorancia sobre los derechos humanos y, en específico, los derechos de las mujeres, que como ya se ha dicho y así debe ser, ni se negocian ni se consultan.
Quienes han guardado hermético silencio o estratégico silencio, como si no fuera importante la decisión, son algunas integrantes del gobierno estatal y de los gobiernos locales, de las instancias de la mujer, cuya labor no es otra que velar por el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres. Y no es que se note su ausencia, lo que se nota es que están muy lejos de comprender la realidad de las mujeres, lo que confirma, una vez más, que a muchas el cargo les quedó grande. Otras guardan silencio por instrucciones de sus gobiernos, sus jefes.
Despenalizar el aborto hasta la 12 semana y corregir el artículo 12 constitucional que reconocería a la persona al momento de su nacimiento debería concretarse este miércoles, puede ser un miércoles para la historia o para el olvido, veremos de qué está hecha la diputación oaxaqueña: será garantista, como plantea la constitución, o será patriarcal.