Juventud resiliente: El ave canta, aunque la rama cruja
RODRIGO DE JESÚS RODRÍGUEZ OLVERA
“El ave canta, aunque la rama cruja, debido a que confía en el poder de sus alas y no en la propia rama” plasmó en uno de sus tantos poemas el jarocho Diaz Mirón, refiriéndose a la confianza para poder realizar alguna acción con un grado de estoicismo ante las adversidades, sin embargo, colocando la frase con su significado tenebroso, puede expresar egocentrismo, radicalismo y una serie de adjetivos calificativos no gratos.
En días recientes la mandamás germana y condecorada por Forbes doce veces seguidas como la mujer con mayor poder en el planeta, Ángela Merkel, se vio envuelta en una serie de padecimientos físicos que encendieron las luces ámbar de la comunidad europea, al observar públicamente (y en actos oficiales) temblores incontrolables, pero no extremos en la parte troncal y miembros superiores del cuerpo de la canciller.
El análisis social-político nos arroja aristas desde donde se puede observar una verdadera líder estoica, valiente y arrojada a culminar en este caso los actos oficiales sin alterar el protocolo aún con los padecimientos que fueron evidentes, por el contrario, nos muestra también, la fragilidad física de una persona que no está físicamente apta para el trabajo de la toma de decisiones de un país tan importante para el mundo como lo es Alemania, inclusive podría rayar en la irresponsabilidad y egocentrismo de no saber decir “hasta aquí”.
En muchos países existe la división de poderes políticos constitucionales, en donde estos gozan de total autonomía pero siempre unidos umbilicalmente teniendo un proceso cíclico, no obstante, la figura del poder ejecutivo o del o la presidenta en turno es la que siempre se roba la cámara y es donde los ciudadanos realmente se sienten representados (tengan la facultad de elegir o no a los demás miembros de los poderes que interactúan en los países) es por esto que las personas que representan a los cargos presidenciales y el estado de salud (físico y mental) de las mismas, tienen tanto impacto entre los habitantes de los países y los lideres de grupos u organismos mundiales.
Si bien las legislaciones propias de cada territorio marcan un proceso complicado para la sustitución de un presidente, canciller, primer ministro o cualquier figura semejante, es necesario mediar entre el verso que hago mención en el titulo de esta columna, es decir, confiar en las alas aunque se resquebré la rama, pero yo le agregaría: no engañarse si se sabe que las alas no dan ni para un buen aterrizaje.
Nos leemos la próxima, si Dios, adiós.
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