La severa e irracional confrontación de las ideas

MARÍA DEL SOCORRO CASTAÑEDA DÍAZ

Los últimos días de este 2018, y más concretamente la Nochebuena, han dejado en el ambiente político y social mexicano una sensación de incertidumbre, a partir de un acontecimiento tan infortunado como impresionante. Un accidente aéreo en el que fallecieron el coordinador de la bancada panista en el Senado de la República, Rafael Moreno Valle y su esposa, la gobernadora del estado de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo, junto a otras tres personas[1] puso en evidencia el que tal vez sea uno de los puntos más débiles de la sociedad mexicana en este momento: la severa e irracional confrontación de las ideas, que nos está llevando directamente a un ambiente de hostilidad.

Entendámonos bien: no es que hasta antes del accidente o incluso previo a la elección del presidente Andrés Manuel López Obrador la situación fuera muy diferente. En los últimos años, los mexicanos hemos estado continuamente manifestando diferencias de opinión a partir de la situación política, que, si bien a muchos no les interesa, a todos nos afecta.

Ya en los tiempos de las campañas por la presidencia de la República en 2006, las posturas extremas eran evidentes. Entonces, en la contienda por ocupar el más alto cargo del país, sinceramente no había muchas posibilidades de elección[2] y el aparato priísta actuó para hacer que Enrique Peña Nieto, uno de los personajes más obscuros de la historia mexicana, obtuviera el triunfo y, con todo respeto, nos hiciera la vida imposible durante seis años. Su presencia durante la campaña y su posterior desempeño (tan pobre como su personalidad) provocaron que los mexicanos que están al pendiente de la política y también aquellos menos interesados, tomaran partido por él o se manifestaran continuamente en su contra. Lo que sucedió durante todo el sexenio, fue que, para difundir las posturas extremas, los usuarios cada vez más numerosos de las redes sociales se dieron vuelo con una cantidad impresionante de contenidos que sirvieron para evidenciar una buena parte de las deficiencias del entonces presidente, que fue objeto de bromas tan pesadas que resultaban sorprendentes sobre todo para personas de mayor edad, que jamás habrían siquiera imaginado que la figura presidencial fuera tan abiertamente satirizada e incluso vilipendiada.

Lo cierto es que el propio presidente se encargó de proporcionar material a los internautas, que aprovecharon cada una de sus bromas insulsas, de sus actitudes torpes, de sus gazapos que más bien parecían voluntarios.

Durante los seis años pasados con Peña Nieto como titular del Ejecutivo, además de las personas abiertamente contrarias a sus tonterías, fueron apareciendo en las redes sociales los llamados bots, que no son otra cosa que programas informáticos que simulan el comportamiento humano[3]. Tales herramientas fueron utilizadas por los encargados de defender a Peña con el fin de aparentar que un número importante de usuarios estaba a favor de sus acciones. El asunto era iniciar y proseguir durante un tiempo indeterminado la discusión constante entre quienes juzgaban a Peña Nieto como un incompetente y quienes ciegamente lo defendían a capa y espada, aunque ciertamente estos últimos no eran verdaderos ciudadanos.

Y este asunto de los bots, instrumentos de la confrontación planteada al inicio, viene a colación porque justamente a raíz de la muerte de Moreno Valle y su consorte, se desataron toda clase de suspicacias en las redes sociales, y no obstante que los hechos ocurrieron en una fecha tan señalada, justo el 24 de diciembre, el hashtag #AMLOasesino se convirtió en tendencia y, de acuerdo con algunas publicaciones[4], se desató una especie de guerra virtual entre los simpatizantes del presidente y esos robots, activados por desconocidos opositores y financiados por unos igualmente misteriosos mecenas empeñados en hacer quedar mal a la nueva administración federal.

El asunto no paró ahí. La respuesta de los simpatizantes de AMLO fue el hashtag #ConLaTragediaNo, La campaña para insinuar que el Ejecutivo federal había tenido algo que ver, por ejemplo, incluyó la difusión de un video en el que se podía observar la caída de un helicóptero que después se aclaró no era aquel en que viajaban Moreno Valle y Martha Erika Alonso. La información que circuló iba desde versiones inverosímiles de una presunta farsa montada por las víctimas para escapar de una auditoría, hasta las acusaciones directas hacia el presidente.

El asunto es que todo se complicó para López Obrador porque la elección misma de la gobernadora de Puebla fue un asunto para él muy desagradable, dado que su partido finalmente no fue favorecido por el voto popular, según la resolución del Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación, y ella desairó al Congreso local y rindió protesta ante el Tribunal Superior de Justicia[5]. En una de sus actitudes poco apegadas a la imagen de prudencia que un presidente debería conservar, AMLO consideró, por una parte, que no era adecuado visitar el estado de Puebla ni solo ni en compañía de la gobernadora, y, además, desacreditó la decisión del Tribunal, que consideró “equivocada” y “antidemocrática”, ante una elección que, desde su punto de vista “no fue limpia ni libre”[6].

Así, el accidente de la gobernadora y su marido y la ausencia de López Obrador en los funerales fueron una combinación favorable para que los detractores del presidente de México pusieran en marcha la campaña en redes sociales, y que la confrontación se avivara sobre todo cuando se escucharon acusaciones de “asesinos” durante la ceremonia luctuosa, ante la Secretaria de Gobernación y en ese momento representante del Ejecutivo Federal, Olga Sánchez Cordero[7].

El asunto es que, ante las acusaciones y la campaña de desprestigio, de frente a las suspicacias, el presidente de México al parecer olvidó otra vez -como cuando no avaló el triunfo de la hoy extinta gobernadora- que ya no está en campaña, que sus posturas partidistas deberían quedarse a un lado, y que ante todo hoy es un jefe de Estado que debería evitar llamar “conservadores” a quienes se manifiestan como sus opositores.

Otra vez AMLO bajó el nivel y decidió enfrentar a los “mezquinos” que sin pruebas lo acusaron de la muerte de los personajes de la política poblana y afirmó que se trata de “grupos neofacistas que están muy enojados por el triunfo de nuestro movimiento y tratan de mancharnos, de afectarnos, no lo van a lograr, al contrario, por eso abordo esto con toda transparencia”[8].

En momentos de crisis como el que acabo de narrar, el presidente genera una profunda confusión, porque sencillamente no se puede comprender si ya asimiló su papel o si no le bastaron cinco meses para entender que ya ganó las elecciones y que ahora es el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, con muchas más obligaciones que aprovechar su (por demás inoportuna) conferencia de prensa matutina para subirse al ring con la intención de demostrar que quienes están en su contra tienen tales o cuales características que no les dan la calidad moral suficiente para descalificarlo. Y queda claro además que no habla de una descalificación a su gobierno o a su investidura, sino de un desprestigio hacia lo que llama su “movimiento”. Todo parece indicar que más que titular del Ejecutivo, López Obrador se siente una especie de caudillo.

Decididamente alguien tiene que decirle al presidente mexicano que no tiene necesidad alguna de insultar y mucho menos de confirmar sus insultos. Porque lo hizo, aunque usted no lo crea, pues por si fuera poco, al día siguiente, tras las críticas por los términos utilizados, remató: “No les ha gustado lo que les dije a los que promueven el odio. A lo mejor no debí utilizar la palabra ‘mezquino'[…] A lo mejor debí decir que son tiempos también (y), desgraciadamente, de canallas»[9].

El punto es que en realidad ninguna de las dos partes tiene la razón. Por un lado, los detractores del mandatario deberían moderarse y considerar que un atentado con tan graves consecuencias sería una torpeza mayúscula que ningún gobierno se puede permitir, mucho menos si tiene poco menos de un mes de haber iniciado su periodo de mandato. Caer en una acción no sólo criminal, sino por demás burda, no sería lo más conveniente para nadie, y sinceramente, en este sentido habría que decir que ni siquiera el gobernante más torpe daría un paso tan equivocado.

Por otra parte, tampoco el presidente ha tenido la prudencia que exige su investidura y al parecer se ha olvidado de que ahora, y precisamente gracias al uso de las Tecnologías de Información y Comunicación, sus acciones tan precipitadas forman parte de lo que se llama Nueva Diplomacia Pública, que “se caracteriza por la construcción de relaciones” y que tiene también mucho que ver con la imagen del Estado mexicano ante otros estados, sólo que ahora, en lugar de llamarla “prestigio”, se denomina “poder blando”, y tiene que ver directamente con el modo en que un Estado se relaciona con el entorno internacional “a causa del atractivo de su cultura más que de la influencia militar o económica”[10].

¿Qué capacidad de desarrollar estrategias exitosas de Diplomacia Pública podrá tener un país como el nuestro que, por un lado, tiene ya encima el peso de una imagen de violencia extrema, aunada a una lamentable corrupción, si además agregamos las actitudes de un presidente que no puede contener sus emociones?

En la medida en que López Obrador olvide su triunfo como tal, haga a un lado la actitud partidista y triunfalista, deje de autoconcebirse como dueño de la razón y se prepare para convertirse realmente en un jefe de Estado, todos los mexicanos podremos aspirar a un ambiente político y social más limpio, en el que no haya espacio, ni siquiera en las redes sociales, para difundir información especulativa, pero sobre todo, lograremos un entorno donde no sea admisible iniciar una discusión al tú por tú con un mandatario que, francamente, debería tener preocupaciones más profundas y nervios de acero para evitar confrontaciones  inútiles.

El tema del accidente no tiene más solución que una investigación profunda que, al parecer, se llevará a cabo gracias a la presencia de especialistas que provienen de Canadá[11]. No había necesidad de agregar nuevos calificativos a los detractores al gobierno de López Obrador. Ni mezquinos, ni neofacistas, ni fifís, ni nada.

Es indudable que el mandatario tiene asesores, la cuestión es pensar si realmente él los está escuchando. Por el bien de todos, es necesario, si no es que urgente, que al presidente se le pase de una buena vez la sensación del triunfo (si no es que triunfalismo) reciente. La confrontación, efectivamente, no le hace bien a nadie en el país, pero lo grave es pensar que ninguna de las partes tiene prudencia y que una de dichas partes es, ni más ni menos, que el mismísimo presidente de la República.

[1] Disponible en https://elcomercio.pe/mundo/mexico/martha-erika-alonso-rafael-moreno-valle-mexico-mueren-gobernadora-puebla-esposo-accidente-helicoptero-noticia-591032

[2] Disponible en https://cronicasdesdelabota.blogspot.com/2012/06/

[3] Disponible en http://www.enter.co/chips-bits/apps-software/que-son-los-bots-y-por-que-deberian-importarte/

[4] Disponible en https://vanguardia.com.mx/articulo/bots-desatan-guerra-contra-amlo-por-accidente-de-martha-erika-y-rafael-moreno

[5] Disponible en https://www.proceso.com.mx/563836/a-medianoche-martha-erika-rinde-protesta-como-gobernadora-ante-magistrados

[6] Disponible en https://www.proceso.com.mx/563836/a-medianoche-martha-erika-rinde-protesta-como-gobernadora-ante-magistrados

[7] Disponible en https://www.ntv.com.mx/2018/12/25/asesinos-gritan-a-olga-sanchez-en-funeral-de-erika-alonso-y-moreno-valle/

[8] Disponible en https://www.animalpolitico.com/2018/12/conservadores-ambiente-mezquino-amlo-ceremonia/

[9] Disponible en https://adnpolitico.com/presidencia/2018/12/27/son-tiempos-de-canallas-dice-amlo-por-acusaciones

[10] Disponible en https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/32701083/Diplomacia_Publica.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1546225549&Signature=S81mSjm2ewjHNLtuizuRkgzPFGg%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DDiplomacia_Publica.pdf

[11] Disponible en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/canada-envia-especialistas-para-investigar-accidente-en-puebla

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