Juventud resiliente: El culpable no es Tello
RODRIGO RODRÍGUEZ OLVERA
Culpar al gobernador o al presidente de México de la crisis de la UAZ es solamente repartir culpas a las figuras más mediáticas solo por su condición de haber sido electos por la vía del sufragio popular, si bien son los representantes populares, culpar del déficit financiero de la universidad a tales personajes es irrisorio.
Entonces ¿hay culpables? A mi punto de vista han sido una serie de circunstancias de varias décadas donde señalar un solo sector como responsable del lastre financiero sería inequitativo para todos los que de alguna manera y a conciencia le hacen daño a esa institución, del otro polo, también hay gente valiosa, que día con día e incluso durante décadas se esforzaron e hicieron de las ciencias del conocimiento una forma de vida y de evolución social por medio de la UAZ.
El gobernador cumple su labor al decir que se busca de todas las vías el pago de prestaciones a los trabajadores de dicha universidad y también es sincero que es un problema que como la seguridad puede solucionarse de manera conjunta con la federación, sin embargo, el presidente Andrés Manuel hace evidente el descontento de que a pesar del presupuesto que con mucho empeño se le otorga a la UAZ siempre estén en números súper rojos, casi tirándole a morado moretón.
El legítimo derecho a manifestarse tenemos todos los ciudadanos, una cualidad inherente e irrenunciable, lastimosamente la afectación como cierre de vías de comunicación puede generar repudio social y es lo que menos se ocupa en estos tiempos para causas tan complejas.
Las protestas siempre deben de ser por una causa justa como la que se vive, sin embargo, si se hicieran mesas sinceras de dialogo con sindicatos, trabajadores no sindicalizados, jubilados, de una manera interna para después hacer una propuesta real al gobierno local y federal de una solución que implique sanear las finanzas, se aplaudirá más que tomar el boulevard en una hora pico y repartir culpas al gobernador y al presidente, cuando la responsabilidad es homogénea, de todos, no solo de las partes electas de manera popular.
Nos leemos la próxima si Dios, adiós.
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