Juventud resiliente: Oro Negro
RODRIGO RODRÍGUEZ OLVERA
La producción y venta de barriles de petróleo es una fuente de ingresos y posteriores egresos para mercados emergentes como lo es el de nuestro país, de la venta de barriles depende en gran medida el desarrollo de políticas públicas en los estados, financiar deuda o adquirir más de la misma.
El más reciente estudio nos demuestra que la producción de barriles de crudo para su venta tiene una tendencia al alza, por ejemplo, México se ubica en el “top ten” de esta selecta lista de vendedores, por arriba de Venezuela, pero debajo de China y de los ya famosos Emiratos Árabes.
Hasta aquí todo es miel sobre hojuelas, sin embargo, recordemos que hablamos de recursos finitos debido a su composición química, y tarde o temprano desaparecerá, y lo preocupante es planificar de donde se obtendrán los egresos del país cuando el petróleo llegue a su fin.
Existen alternativas, pero que hasta el momento son poco viables, como la dependencia de las remesas que se tambalean a cada instante por la estira y afloja del Tratado de Libre Comercio, o consolidarse en turismo que más que enfocar al país en esos sectores de crecimiento por ahora son solo un extra a las entradas que reditúa el oro negro.
Existen pues indicios de que aún hay reservas para unas cuantas décadas, sin embargo, las nuevas tecnologías con un alto grado de protección al medio ambiente ponen en tela de juicio que el petróleo siga siendo aquel súper producto natural con el que Dios otorgó su generosidad a algunos países, es pues tiempo de planear una reestructuración en los métodos de obtener dinero para el seguimiento y consolidación de políticas públicas en el futuro.
Nos leemos la próxima si Dios, adiós.
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