Radar Electoral 2018. Concesionar parquímetros sería una estafa: Cuauhtémoc Calderón
GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ
Durante el sexenio de Miguel Alonso Reyes, los servicios públicos y las obras de infraestructura en Zacatecas fueron el trampolín para enriquecer a unos cuantos nuevos o viejos empresarios a partir del dinero público. Una lamentable tradición que las administraciones municipales no tuvieron problema en simular.
El mejor ejemplo de este esquema de negocios a partir del presupuesto público, lo viene a dar la pretendida instalación de parquímetros en el Centro Histórico de la capital. Judit Guerrero López, actual presidenta municipal de Zacatecas, puso en marcha un proyecto donde las ganancias para unos cuantos se imponían al beneficio público.
Ya los regidores habían advertido de esta situación. Emilia Pesci se encargó de “ponerle el cascabel al gato”. Judit (una excelente persona e íntegra funcionaria, según Ricardo Monreal) pretendía dar madruguete al cabildo capitalino.
En flagrante violación a la Ley Orgánica del Municipio, la presidenta municipal buscó aprobar un proyecto en beneficio de la empresa “APARKO”, la cual absorbería el 60 por ciento de las ganancias en el cobro del uso de parquímetros, contra un 40 por ciento de recursos que obtenía el municipio. La concesión se ofrecía, nada más y nada menos que a diez años.
Los ingresos rondarían desde los 70 hasta los 100 millones de pesos, por usar el estacionamiento más grande Zacatecas: el Centro Histórico capitalino. A razón de unos 2 mil cajones para aparcar automóviles en el primer cuadro de la ciudad, cobrando 8.54 pesos la hora en cada cajón, la empresa, de capital español, convertiría un espacio público en un fructífero negocio.
Sin embargo, los regidores resistieron a las presiones para aprobar un jugoso proyecto que ni había sido aprobado por la Legislatura, ni se había tratado al interior de las comisiones al interior del ayuntamiento. Los inversionistas españoles y Judit, se quedaron a un palmo de enriquecerse.
Ahora, en plena elección, el tema pendiente comienza a perfilarse en el debate. Cuauhtémoc Calderón Galván, candidato del Partido Verde, tiene la película muy clara. La idea de instalar parquímetros no era para beneficiar a unos cuantos del uso del tiempo y los automóviles de los zacatecanos.
Además de que la empresa en nada beneficiaba al Centro Histórico, las calles de Zacatecas se convertirían en una de sus principales fuentes de ingresos. Por ello, me explica, es necesario replantear el proyecto. No hay necesidad de concesionar lo que los zacatecanos podemos hacer.
En esta tarea, resulta prioritario impulsar el talento local para desarrollar una aplicación de celular que administre los 2 mil cajones de estacionamiento. El cobro irá directo a las arcas del municipio, a un fondo transparente que distribuya partidas para las tareas prioritarias del municipio: seguridad, limpieza y distribución y saneamiento de agua potable a las colonias.
De esta manera se deja atrás esa idea de que los servicios públicos deben de utilizarse para enriquecer a unos cuantos, y se fomenta a los desarrolladores locales.
Por el momento, la propuesta parece sensata, además de que ningún otro candidato ha fijado su postura al respecto del problema específico de estacionamientos en el Centro Histórico.
Cuauhtémoc mantiene atención en el diagnóstico real de los problemas de la capital, y no parece distraído con la campaña sucia para desaparecer su publicidad en algunas colonias y barrios del municipio. Me asegura que el ambiente tiende a polarizarse entre aspirantes, pero no tiene intenciones de distraerse en el desgaste innecesario.
¿Y los debates para cuándo?
Otro de los temas que Cuauhtémoc mantiene en su lista de prioridades es el debate entre aspirantes a la capital zacatecana. La lentitud y negligencia de la autoridad electoral le parecen incomprensibles, pero no lo desanima un factor importante: la ciudadanía está dispuesta a prestar espacios y lista para escuchar el contraste de ideas.
El IEEZ resulta prescindible para la tarea, pues el ánimo de los electores no debería condicionarse a lo que la autoridad haga o deje de hacer. Es por ello por lo que mantiene el dedo en el renglón: cualquier espacio hay que aprovecharlo para el debate. Sus rivales, por el contrario, esperan pasmosamente que la autoridad venga a adornarles el escenario y ponerles micrófonos, para justificar el gasto.
¿Y los senadores?
Las campañas de los legisladores federales, que iniciaron desde finales de marzo, parecen transcurrir en los subterráneos. Es poca la información que gotea de las y los candidatos, y su proselitismo no trasciende más allá del puñado de comunicados que envían a las redacciones de los medios.
Estamos a un mes y 5 días de la elección, y los ciudadanos todavía no tenemos ejercicios que nos permitan, ya no entender, sino al menos conocer quiénes son las y los candidatos que aspiran a representarnos en el Congreso de la Unión.
El único debate que ha promovido (ojo, no convocar, promover) la Junta Local del INE en Zacatecas es el Concurso Juvenil de Debate Político 2018, en conferencia de prensa a finales de abril. De ahí en más no se le ha visto pro-actividad al Vocal Ejecutivo y su entourage burocrático en términos de debates que, por cierto, son parte del presupuesto que con nuestros impuestos derrochan las autoridades electorales.
Matías Chiquito de León insiste en que no ha recibido solicitudes de las y los candidatos a legisladores federales, pero la ciudadanía tampoco lo ve muy movido fomentando en los medios la necesidad de que todos los candidatos le entren a los debates. ¡Lavarse las manos, cualquiera!
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