Coaliciones del PRI y el PAN, apología a la corrupción y caos
SAÚL MONREAL ÁVILA
En los albores del accidentado proceso electoral 2017 – 2018 en el que ya estamos inmersos, destacan como luz de neón sobre el cielo nocturno la enorme corrupción del régimen que se niega a abandonar el poder, la rampante impunidad que provoca que 9 de cada 10 delitos no se castiguen, y el evidente caos en el que estamos viviendo, con sus efectos en inseguridad, en ineficiencia, indolencia desatención y demás males que los diferentes niveles de gobierno se empeñan en que los pasemos por alto con telenovelas, series y demás distractores, y ahora… Anaya y Meade sacándose sus trapitos sucios al sol
Aún está flotando en el ambiente el malestar social por los 22 gobernadores del PRI acusados de presuntos desvíos con EPN desde el año pasado, por un increíble monto total de aproximadamente 258 mil millones, cifra superlativa aun siendo conservadores, y esto no es simple especulación electorera de partidos de oposición, esto es de acuerdo a denuncias penales y resultados de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), entre los que por supuesto, se encuentra el tristemente célebre Miguel Alonso Reyes, padrino político de Alejandro Tello Cristerna, por los niveles de dispendio durante su periodo. Hasta el momento sólo cinco de ellos han sido detenidos o tienen orden de aprehensión y cuatro han sido denunciados ante la Procuraduría General de la República (PGR). Entre sus señalamientos destacan la “inexplicable” posesión de ropa de lujo, mansiones, un banco o hasta ranchos incluso con lago incluido.
En el caso que compete a nuestra entidad, Miguel Alonso Reyes, quien encabezara la cuestionada administración anterior por sus niveles de corrupción y dispendio, y ahora premiado con la dirección del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Hoy enfrenta denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) por delincuencia organizada, enriquecimiento ilícito y desvío por mil 307 millones de pesos durante su periodo en la gubernatura en Zacatecas (2010-2016). De acuerdo con las dos denuncias más importantes interpuestas contra él durante la administración de MAR, hubo un desvío de 307 millones de pesos de recursos públicos mediante 24 empresas fantasma, así como un desvío de mil millones de pesos en gastos de Comunicación Social. Ese es el nivel de corrupción revelado a la luz pública de quien se dice en pasillos, hoy dicta ordenes al actual Ejecutivo.
Y, por tanto, en el renglón de endeudamiento público no podemos andar bien: De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto la deuda pública federal se ha incrementado 69.75 por ciento. Al cierre de 2017 se reportó un saldo neto de 10, 088,979.7 billones de pesos, el mayor incremento desde que se tiene registro, en el año de 1990.
En enero pasado, el análisis de la BBC resalto en un encabezado: “¿Cuánto deben los países de América Latina?”, y reveló que México es el segundo país de la región con la mayor deuda pública, donde a cada mexicano le tocaría pagar 2 mil 827 dólares (unos 53 mil 713 pesos a tipo de cambio de 19 por dólar) de ese monto. Especialistas en materia económica coinciden en que la razón del incremento en la deuda pública federal es porque el Gobierno gasta más de lo que recauda, además de destinar mayores recursos al pago de intereses que a la deuda misma, y nos preguntamos: ¿Mas allá de los detalles técnicos no tiene nada que ver los altísimos niveles de corrupción en esta deuda? Estamos seguros de que sí, especialistas y analistas financieros estiman que por lo menos el 10% del presupuesto nacional se pierde en estas corruptelas, pero pudiera ser una cantidad mucho mayor.
Y ahora, el novel y ambicioso candidato de la Alianza “Por México al Frente”, integrada por PAN, PRD y MC, Ricardo Anaya, y José Antonio Meade Kuribreña, encabezando la coalición «Todos por México«, del PRI, PVEM y Nueva Alianza se han dedicado a sacarse los trapitos sucios al sol, en un affaire en el que la sociedad está informándose adecuadamente de quienes son ellos en realidad, Anaya es señalado de realizar operaciones de lavado de dinero a través de transacciones inmobiliarias, señalándose irregularidades en operaciones de lavado de dinero por 54 millones de pesos que involucran a una empresa de Anaya en la presunta venta de una nave industrial.
A Meade se le acusa de estar involucrado en la famosa “Estafa Maestra” Panistas señalan que se han logrado detectar 3 “ejemplos concretos que resultaron de una revisión de la cuenta pública”, por lo cual exigió una indagatoria para que se puedan deslindar responsabilidades, el primer caso es el referente a un desvío de recursos a la Universidad Politécnica de Chiapas en 2015, cuando Meade estaba al frente de la Secretaría de Desarrollo Social, pues se le pagaron a esta 400 mdp por diversos servicios, mismos que nunca fueron acreditados. El segundo, refiere al daño patrimonial, falsificación y sustracción de documentos públicos en convenios con las universidades Nezahualcóyotl, Politécnica de Texcoco y del Sur del Estado de México. En el tercero, se empleó un esquema similar al de la llamada “Estafa Maestra”, pues en 2016 se firmó un contrato por 70 mdp de pesos con la Universidad de Zacatecas, recurso del cual dijo, no se pueden comprobar los supuestos servicios brindados, además de que existen pruebas de subcontratación, según los quejosos panistas en este verdadero batidero de lodo, en un “affaire” en el que ambos candidatos estarían inmiscuidos hasta el cuello.
Es claro que hay nerviosismo en el PAN y el PRI, donde ven esfumarse poco a poco las posibilidades que seguir detentando el poder, cuando ambos partidos han sido cómplices y coparticipes en hundir al país en esta debacle de corrupción, uno y otro son lo mismo, y por eso es absolutamente necesario un cambio de régimen, solo así podremos iniciar una limpia y una reconstrucción del país, de sus instituciones corrompidas por los intereses de la elite de poder, e incluso, de la reconstrucción del tejido social, con su necesaria escala de valores, si la sociedad quiere, el 1 de Julio próximo en la cita que los mexicanos tenemos con la historia en las urnas, y pasar así la hoja del peor periodo de nuestra nación en la historia moderna para iniciar una nueva etapa.