El valor de la unión y de la conciencia

LENIN CAMPOS CÓRDOVA

Narra el poeta cubano José Martí (La Habana Cuba, 1853-1895), un cuento de cuatro hindús ciegos del Indostán de Asia, quienes querían saber cómo era un elefante. «Vamos -dijo uno- a conocer el elefante manso de la casa del rajá”, en seguida, los cuatro se dirigieron al palacio de aquél para presentarle su petición: «Venimos, a que nos deje ver con nuestras manos que son los ojos de los pobres ciegos, cómo es la figura de su elefante manso», entonces, les contestó el rico príncipe: “los hombres deben aprenderlo todo por sí mismos y no creer nada sin preguntar, ni hablar sin entender, ni pensar como esclavos lo que les mandan pensar otros”; por lo cual, los cuatro ciegos se fueron a ver con sus manos al elefante manso; al llegar, se acercaron a tocarlo, uno se le abrazó por una pata, el otro se le prendió a la trompa, el otro le sujetaba la cola. “Ya sé, decía uno, el elefante es alto y redondo como una torre que se mueve”… “No es verdad, decía otro, el elefante es largo y acaba en pico”… “¡Falso y muy falso! –le respondían- ¡El elefante es como un badajo de campana! ¡Todos se equivocan, todos!, el elefante es como un plato y no se mueve!” Discutían los invidentes en su confusión pero ninguno de ellos, por sí mismo, logró comprender cómo es un elefante.

Es inconfundible el estilo narrativo casi poético de la prosa martiana, cuyos párrafos traigo a cuento, porque, como se verá al final, tienen que ver con la suerte de los pobres de nuestro país.
En la actualidad, en nuestra realidad económica se profundiza la pobreza y desigualdad, pues, según J.Boltvinik, de 120 millones de mexicanos que somos, 100 millones al menos padecemos y somos víctimas del pauperismo en sus distintas variantes. Otros analistas, cuyos nombres no menciono en obvio de espacio, afirman además, qué, resumiendo la complicadísima numerología que estudia la ciencia estadística, nuestra nación está dentro de los 25 países con mayores niveles de desigualdad, o sea que nuestro país está dentro de aquellos que tienen una de las más grandes brechas que se interponen entre los que disfrutan la riqueza sin trabajar y los que trabajan para producirla, pero que están excluidos de su disfrute. En otros términos, pero refiriéndose a lo mismo, Gerardo Esquivel, investigador de la UNAM, sostiene que México es uno de los países más desiguales del mundo, lo cual va indisolublemente unido al hecho de que varios mexicanos sean de los hombres más ricos del mundo, de tal manera que tampoco es casualidad que el volumen mayor de la riqueza en México esté concentrado en solo 10 familias, solo diez apellidos sean, en la práctica, los de los hombres más ricos y poderosos de México.

Al estar así las cosas en la actualidad, se desprende de ellas que la realidad económica es totalmente adversa para quienes luchan por su existencia diaria trabajando con sus manos, y es indiscutible que las grandes mayorías que componen esta clase social sufren de manera progresiva e incesante todo género de privaciones y padecen, como nunca antes, la más lacerante pobreza, de la cual se derivan todos los vicios y males sociales como la delincuencia organizada y espontánea, el desempleo, la alta marginación, la mala alimentación y la hambruna, etc. Como consecuencia ineludible de lo anterior, las clases trabajadoras de nuestro país quisieran tener la libertad y el poder para cambiar de raíz su situación, aunque para donde volteen éstas a mirar todo está oscuro y, llegados a este punto, es donde la situación de los pobres y desamparados de México entero resulta muy parecida, en lo esencial, a los ciegos del cuento del gran patriota cubano.

Por lo tanto, la gente humilde de nuestro país aspira, quizá sin saberlo, a su emancipación, pero, tras de su aparente ceguera siente que la opresión aumenta y, a pesar de su falta de luz, siente en carne viva el flagelo de la miseria, sus múltiples derivaciones y carencias, alcanzando tan solo a dolerse de su situación desde su individualidad o en el micromedio más próximo a su existencia como seres humanos; es decir, los menesterosos, que son la gran mayoría si se comparan con quienes concentran la riqueza, por la enorme extensión y multiplicidad de las formas de la pobreza serían capaces de cambiar la situación del país si pusieran en juego todo el peso de su número, pero por desgracia no conocemos el enorme valor de la unidad, ni la importancia de conocer, de hacer conciencia de que todos los pobres somos hermanos del mismo dolor y, por tanto, estamos como los cuatro cieguitos del cuento.

Don José Julián Martí Pérez, quien entre otras cosas es un patriota universal y puro, como para nosotros lo son Hidalgo y Don Benito Juárez, también tenía razón cuando dijo que para luchar por la libertad es necesario luchar por la patria, es decir, que los pobres debían tener patria para tener su libertad y que: “El amor, madre, a la patria no es el amor ridículo a la tierra ni a la yerba que pisan nuestras plantas, es el odio invencible a quien la oprime; es el rencor eterno a quien la ataca y tal amor despierta en nuestro pecho el mundo de recuerdos que nos llama a la vida otra vez”, lo cual a mi ver es indiscutible.

La situación desesperante que vivimos las mayorías actualmente, nos dice que la patria está enferma y es necesario que todos juntos luchemos por aliviar sus males, que es necesario que quienes producen la riqueza con sus manos tengan el derecho y la posibilidad de disfrutar de ella y, por tanto, que también tengan patria para poder desarrollarse plenamente.

Por eso, el Movimiento Antorchista Nacional te invita a engrosar sus filas y a hacer crecer entre todos a la única organización nacional que defiende los intereses de los pobres de México, y para hacerlo con éxito necesitamos unirnos, tener conciencia social de nuestra situación y circunstancia y ser cada día más y más simpatizantes, para mirar mejor entre todos al elefante del cuento y no quedarnos ciegos para siempre, por no tener conciencia del gran valor y sentido que la unidad de los pobres significa para lograr una patria más libre, más democrática, más soberana y más justa con todos sus hijos.

Atentamente Unión, Fraternidad y Lucha

* Dirigente del Comité Regional Norte del Movimiento Antorchista Nacional

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