Claveles Verdes: “Defender la familia, pero ¿cuál?”
HERACLIO CASTILLO VELÁZQUEZ
Van a decir que cómo doy lata con lo del matrimonio igualitario en Zacatecas habiendo tanto tema sobre diversidad sexual del que puedo hablar, pero la verdad es que la reforma al Código Familiar para permitir la unión entre parejas del mismo sexo ha acaparado la atención en las últimas semanas, especialmente en esta última en la que las diputadas locales Geovanna Bañuelos y Lorena Oropeza se echaron la bolita sobre la demora en la discusión de la iniciativa y que finalmente devino en un teléfono descompuesto.
La legisladora petista Geovanna Bañuelos, en entrevista radiofónica para Espacio Abierto, se comprometió a que a partir del lunes 6 de noviembre se citará a las comisiones unidas de Seguridad y Justicia y Derechos Humanos para la discusión de la iniciativa, presentada en agosto pasado por la diputada perredista María Elena Ortega. También reafirmó su compromiso por llevar el dictamen al pleno en el actual periodo ordinario. En suma: tendremos un resultado sobre la iniciativa al cierre del 2017.
Por lo que se sabe, Geovanna Bañuelos ha sido una de 12 legisladores que han expresado su intención de votar a favor de la iniciativa, aunque al momento de presentarse al pleno este número puede ir a más o a menos, dependiendo del cabildeo con las diversas fracciones parlamentarias en el que ha participado activamente Fabiola Gilda Torres, secretaria General de Gobierno, además de organizaciones como Sí Acepto, Eclipse Lésbico, Hijas de la Luna, Lunas de Hipatia AC, entre otros.
Claro que no será miel sobre hojuelas. Mucho antes de presentarse la iniciativa ya había resistencias entre grupos conservadores como la Unión Nacional de Padres de Familia de Zacatecas, algunos con espacios en prestigiados medios de comunicación que dieron voz a discursos cargados de homofobia, y las muestras de rechazo continuaron especialmente después de la Marcha del Orgullo LGBT+ en Zacatecas, secundadas (o respaldadas) por el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló. Aclaro: Monseñor es una persona respetable, coincido con él en muchos puntos de vista y hasta le tengo aprecio porque contagia su alegría, aunque en algunos temas difiero.
Hace apenas unos días la organización Derechos del Concebido AC, dirigida por María Guadalupe Escobedo, colocó un espectacular junto a reconocida mueblería propiedad de Noé Limón González, en cuyo mensaje se lee: “Diputados escuchen. Respeten el matrimonio hombre + mujer en Zacatecas”. Aquí convendría precisar que la iniciativa presentada para reformar el Código Familiar respeta el matrimonio entre hombre y mujer, pues no lo anula, sino que amplía el abanico de garantías para la formación del tejido social: la familia.
Una iniciativa que afecte otros derechos, ya lo he dicho, claramente no prosperaría. En teoría, desde el Poder Legislativo se trabaja para ofrecer derechos a quienes no los tienen y garantizar que se lleven a la práctica. Esta iniciativa tiene ese propósito. El hecho de que se apruebe (o no) nada tiene que ver con la baja que se ha registrado en el número de familias integradas por padre, madre e hijos en los últimos años (hoy apenas representan el 69.7% de los hogares en México, según el INEGI).
Actualmente hay más divorcios que matrimonios igualitarios; si estos grupos pretenden defender la familia “natural” (para usar sus palabras), creo que deberían buscar la eliminación del divorcio, que sí representaría una amenaza para la perpetuidad del modelo nuclear de familia. Si lo que les preocupa es la posibilidad de que familias homoparentales puedan adoptar una vez aprobado el matrimonio igualitario, les tengo noticias: gays y lesbianas desde hace mucho que pueden adoptar (y lo han hecho) sin necesidad del matrimonio. Les sugiero leer el Código Familiar a este respecto.
Si les preocupa el “sufrimiento” al que estarán sometidos los hijos de familias homoparentales, eduquen a sus propios hijos (y a ustedes mismos) en la cultura de la no discriminación. ¿Que si qué ejemplo les darán a los niños? Bueno, ya hemos visto que los hijos con padre y madre no necesariamente son ejemplo de valores. ¿O debo recordar el caso de Guadalupe López Villasana, empresaria zacatecana de la tercera edad supuestamente (por aquello del nuevo sistema de justicia penal) agredida por un funcionario público con padre y madre?
Desde este espacio seguiré insistiendo en la aprobación de la reforma al Código Familiar para permitir que parejas del mismo sexo puedan compartir un mismo proyecto de vida. Gays y lesbianas también tienen derecho a ser infelices porque el matrimonio, hay que admitirlo, no es enchílame otra. Con matrimonio igualitario hablamos de derechos, no de sacramentos. Si el cuerpo humano está integrado por diferentes tipos de células, no veo por qué el tejido social deba estar integrado únicamente por un tipo de célula. La diversidad y la pluralidad es lo que nos enriquece.