Lo único que ha funcionado es la participación ciudadana ante las crisis. Solidaridad para el Sureste mexicano
JOSÉ NARRO CÉSPEDES
El jueves pasado me tocó vivir en la Ciudad de México el terremoto que asoló a nuestro país y que se prolongó por más de un minuto provocando daños importantes en los estados del Sureste, como Tabasco, Oaxaca y Chiapas. Pasando el temblor, en las calles nos encontramos con personas, para los cuales, cada temblor es el recuerdo y la imagen colectiva del miedo de 1985.
Nunca pensamos que el desastre y la crisis humanitaria se hubiera dado en importantes zonas de Oaxaca, sobre todo en la región del Istmo de Tehuantepec, Juchitán, Ixtepec, Xiadani, donde se acentuaron los efectos del movimiento telúrico, además de localidades en Chiapas y Tabasco.
El Gobierno Federal hasta hoy ha reportado 98 muertos, pero nadie cree que sean sólo ellos, pues muchos creemos que la cifra puede crecer hasta más de 200 personas muertas, al tiempo que se habla de 2 millones de damnificados, y se piensa que existen 3.5 o 4 millones de damnificados en la región. Las casas, los hospitales, las escuelas están prácticamente derrumbadas.
Ante esta dolorosa circunstancia, el Gobierno (entendamos Federal y Estatal), después de cuatro días empezó a reaccionar, el presidente de la República, el viernes en la mañana, convocó a su gabinete para empezar a tomar medidas ante la crisis humanitaria que se presentaba.
Así, el actuar de los titulares gubernamentales, es lamentable, pues dejan al descubierto la política clientelar, el protagonismo político, las acciones de campaña electoral de actores de la alta burocracia y de muchos políticos que estaban en descanso volvieron a aparecer en el sureste mexicano como los salvadores de la población cuando muchos son los responsables de los agravios y de la corrupción que ha imperado en estas regiones de nuestro país.
¿Cuántos de ellos no se han enriquecido a costa de la pobreza de nuestra gente de Oaxaca y Chiapas sin hacer medidas que realmente ayuden a la población?
Hoy se está levantando un censo para tratar de cuantificar la magnitud de los graves problemas generados por el terremoto, pero la gente, lo que necesita es ayuda inmediata. Se sabe de más de 50 mil despensas guardadas, las cuales están siendo distribuidas a partir de un manejo político de la región. La ayuda no le está llegando a los damnificados, los cuales vieron como perdieron sepultados a sus familiares, sus casas y sus bienes.
Y el gobierno no actúa con la eficiencia, transparencia y vocación de servicio que esperaríamos los mexicanos. La Cámara de Diputados tiene que aprobar un paquete especial de recursos para enfrentar la emergencia. No puede ser que seamos tan puntuales para pagar los intereses de la deuda, como el Fobaproa que es fuente de corrupción, y no tengamos recursos para apoyar a los mexicanos que lo necesitan.
Exigimos al Gobierno Federal, la transparencia del manejo de los recursos y evitar el lucro del dolor de los mexicanos a partir de políticos inmersos en campañas electorales, hoy proponemos créditos emergentes para la población afectada, las micro y pequeñas empresas para reactivar la economía regional, además de que la Secretaría de Hacienda y las empresas eólicas del Istmo deben condonar, por lo menos hasta diciembre, el pago de impuestos y del servicio eléctrico
Necesitamos reactivar la participación ciudadana y que las organizaciones sociales del sureste se pongan de pie y jueguen un papel importante, para que organicen a la gente para defenderse, para volver a levanta los pueblos, las escuelas, necesitamos del apoyo solidario de los mexicanos.
No nos atengamos al gobierno, no esperemos nada de este gobierno que se ha enriquecido a cuesta y a cuenta de la corrupción. Hoy confiemos en la población mexicana que siempre ha tenido un corazón solidario.
En México lo único que ha funcionado es la participación ciudadana ante las crisis. Somos, todos, los que podamos ayudar a nuestros hermanos a salir adelante, pues el gobierno es incapaz de dar respuestas y sólo la participación ciudadana, la solidaridad la que es la fuerza para sobrepasar la adversidad que la naturaleza nos pone enfrente.
Tenemos que acopiar y auxiliar a los compañeros afectados. Tenemos que desprendernos de algo que tenemos para apoyar a los mexicanos que sufren ante la fuerza de la naturaleza. Llamamos a todos a apoyar a nuestros hermanos de la región del Istmo de Tehuantepec y de Chiapas.
Hoy es el momento para que México se ponga de pie y demos nuestro brazo solidario a aquellos hermanos que lo necesitan.