La izquierda, el camino que se bifurca… siempre a la izquierda
JOSÉ NARRO CÉSPEDES
Hoy, a 28 años de la fundación del PRD, cada una de las luchas que el partido decidió dar, siguen vigentes.
Durante años, el PRD insistió sobre los riesgos de la recomposición del antiguo régimen autoritario e irónicamente, las dirigencias de los últimos años fueron los primeros en la fila para acelerar el proceso de regresión a la vieja hegemonía, lo cual ha conseguido que los otrora simpatizantes y militantes del Sol Azteca volteen hacia otras opciones de izquierda (entiéndase Morena) y sumir al PRD en un raquítico 6% de posibles electores, dejando muy atrás el 18% que llegó a tener en otros tiempos, lo cual le daba un peso real sobre las decisiones de este país.
El PRI fue derrotado y regresó.
Se instaló, con la llegada del PAN al poder, un narco estado, caracterizado por la corrupción, los moches y la ampliación de un régimen que incrementó ofensivamente la desigualdad.
La pobreza en el país se profundizó y el número de personas en situación de pobreza en el último bienio en México es, según el Coneval de 53 millones 418 mil 151, de los cuales, 9 millones 375,581 de mexicanos están en pobreza extrema.
La dependencia alimentaria, tan solo con la apertura agropecuaria del TLCAN en México se incrementó, al igual que la pobreza alienta la migración y la pérdida de la diversidad genética y la destrucción de la naturaleza. El TLCAN suprimió paulatinamente muchas leyes que preservaban derechos fundamentales de los trabajadores y campesinos y el campo mexicano ha sucumbido bajo la competencia desleal de los productos subsidiados norteamericanos, que han inundado los mercados nacionales.
La polarización social en el campo es creciente; la migración de la población rural llega a 300 mil personas por año en condiciones inhumanas; más de un mexicano muere cada día al tratar de cruzar a Estados Unidos, y esa realidad no la quiere reconocer el Gobierno porque su único interés es servir a las corporaciones del sector agroalimentario.
Los gobiernos del PRI y el PAN diseñaron y operaron la llamada Reforma Energética, donde PEMEX fue desmantelado para incrementar una clara dependencia energética, toda vez que importamos casi mil 900 millones de dólares al mes, unos 63 millones de dólares al día en productos básicos para la economía como la gasolina automotriz y el gas natural, lo cual significa ganancias obscenas para unos cuantos mexicanos, entre las que se encuentran familias del círculo del poder en México, como la familia Salinas.
El 13.5% del territorio mexicano ha sido concesionado a empresas mineras y vastas extensiones del Golfo de México se encuentran en manos de compañías que buscan extraer hidrocarburos. Además, 12 corporaciones operan la mayoría de los gasoductos que atraviesan el país y para 2029 el sector privado producirá la mayor parte de la electricidad en México. Representan las 25 mil 506 áreas concesionadas al capital privado, que actualmente desarrollan en ellas mil 327 proyectos, la mayoría en la fase de exploración.
Y en este México dividido, las últimas 5 dirigencias del PRD, han decidido abandonar estas luchas para luchar por su sobrevivencia corriéndose a la derecha y como estrategia para sobrevivir y conservar los privilegios de la alta burocracia partidaria, llaman a traicionar la historia, la línea política y los principios del partido y tocan las campanas para llamar al perredismo a aliarse con el PAN y muy probablemente votar por un candidato panista, llámese Margarita, Anaya, Moreno Valle o algún otro albiazul.
Llaman a votar por la guerra contra el narco con sus 150 mil muertos resultados de este conflicto y los casi 150 mil desaparecidos; el PAN perdió, desde Fox, la oportunidad de generar toda una transición, sobre todo en lo que tiene que ver con la lucha contra la desigualdad, la corrupción. El panismo que ofrece el PRD es el resultado de la insuficiencia de políticas y diseño de políticas públicas como las de inseguridad, la guerra irracional contra el narcotráfico.
Los gobiernos panistas fueron conquistados por lo más negativo de la cultura priista y contra eso estamos los perredistas reales
Pero para la dirigencia actual del PRD, la discusión está cancelada. Los que nos oponemos a que el PRD siga corriéndose a la derecha somos expulsados o estamos amenazados a ello. La discusión y la generación de propuestas, fundamento de la Democracia está cancelada y sólo se acepta la imposición y el vitoreo sin razones a las decisiones de las cúpulas dueñas de las burocracias partidarias.
Estamos seguros de que el camino del PRD, como lo ha sido históricamente, debe ser a la izquierda y buscar el poder para para trasladarlo a la sociedad misma para construir un México más justo. El PRD debe dejar de pensar en su sobrevivencia y en la de sus prerrogativas y dar la pelea para que, desde la izquierda, aliarse a las fuerzas que puedan cambiar el rumbo del país.
Hoy, ante el proceso electoral de 2018, el camino real a la izquierda lo encabeza Andrés Manuel López Obrador y llamamos a todo el perredismo a discutir seriamente, de cara a la sociedad, acerca de la necesidad de fortalecer una Gran Alianza de la Fuerzas de Izquierda para construir el México por el que la izquierda mexicana ha dado la vida de tantos hombres y mujeres valiosos.
Tenemos que ser conscientes con el llamado de la historia.