Jerez… Miel y veneno a la vez
RICARDO EVODIO CABRAL VERA
Una idea alocada
No cabe duda de que el festival de la Tostada llegó para quedarse y aquella idea que al ser incubada a algunos pareció descabellada, exagerada y fuera de todo orden, hoy es uno de los mayores atractivos en materia turística para nuestro municipio.
Será la séptima ocasión que se realice en forma interrumpida y el de Fernando Uc Jacobo, será el tercer gobierno que respalde el proyecto que se llevó a efecto por vez primera en el año 2011, a iniciativa y por acuerdo unánime del Ayuntamiento 2010-2013.
La tostada bañada en salsa, surgida a partir de la venta cotidiana del llamado duro con sal, se ha convertid en un producto de identidad, que a su vez ha tenido sus derivados, como las ya famosas tosticarnes que en poco tiempo también tienen una consolidación en el paladar de los que aquí vivimos y quienes visitan esta tierra.
Todo en tostada
Esos jerezanos, todo se quieren comer en tostada, dice un promocional que circula en redes sociales y que habla precisamente de las cualidades que distinguen a Jerez, como su arquitectura, su riqueza culinaria y naturalmente la belleza de las mujeres, entre otros aspectos.
Evidentemente hay muchas cosas de la cocina local que no se sirven en tostada, pero es cierto que en algunos casos llega a funcionar no sólo como el típico “tentenpié”, sino que ocasionalmente tiene funciones de platillo del día en algunos hogares, aunque no quiere decir con ello que los jerezanos nos alimentemos sólo de tostadas.
Sin embargo, es un hecho que a partir del festival inicialmente tan criticado, ha incrementado el gusto por este antojito jerezano y si anteriormente resultaba un buen negocio para las familias que se dedican a esta actividad productiva, hoy vemos algunos lugares que parecen restaurantes al aire libre y los comensales sobre todo en este tiempo de vacaciones llegan a contarse por decenas.
Jerez es único
La actividad se ha disparado y ahora se habla de un padrón de 30 establecimientos, casi todos ubicados en el comercio informal, en alguna esquina u otros sitios donde su clientela los ubica, los cuales se dedican a la producción y venta de esta botana, dando empleo a por lo menos tres personas cada uno en lo que es el proceso de elaboración y venta; en algunos casos son el doble o más trabajadores que participan en las diversas tareas.
Esto se ha expandido a varios municipios, la capital, Fresnillo, Villanueva y otros lugares, donde los microempresarios del duro y la tostada de aquí, han abierto alguna sucursal, e incluso, han surgido comercios a los que les ponen un nombre atractivo, que tenga que ver con Jerez, pero en la realidad nada tiene que ver con los tostaderos de esta tierra y en algunos casos, ni siquiera se asemeja la consistencia de la tostada freída en cazo con manteca, ni mucho menos al sabor de la salsa.
A la altura de la historia
Sin duda cada edición del evento es una buena oportunidad para superar lo realizado en las anteriores y como ha ocurrido con otros atractivos como la Jerezada, el Carnaval y la propia Feria de Primavera, se pueden hacer innovaciones que enriquezcan las ideas de los anteriores y cada gobierno le suma su distintivo.
Aun no se sabe cual es el sello que el Ayuntamiento en turno le aportará a esta naciente tradición, pero suponemos que existe alguna idea que se hará notar una vez que inicie la fiesta.
Para esta edición, el gobierno municipal, con el departamento de turismo a la cabeza, ha estructurado un programa muy completo, sin embargo se considera un tanto tardío el arranque y se aprecia cierta improvisación, por lo que se espera que el evento no sea solamente para salir del paso y cumplir con un acuerdo de cabildo.
Seguramente a final de cuentas, el VII Festival de la tostada estará a la altura de la calidad acostumbrada, pues hay que decir que en este periodo vacacional, se ha dado una importante presencia de visitantes que esperan disfrutar de lo que se les pueda ofrecer para hacer más amena su estancia.