Ciudad educadora y el valor de la ciencia
MANUEL IBARRA SANTOS
Es incontrovertible que el reto del siglo XXI, para crear las bases de la prosperidad en una sociedad y saltar los dilemas y la trampa de la violencia criminal, se encuentra en el compromiso de invertir en educación, ciencia y cultura. Forjar los cimientos de una ciudad educadora, sería lo socialmente ideal para Zacatecas, a pesar de sus rezagos en la materia.
Una ciudad educadora que trascienda la tradicional responsabilidad de la escuela siempre tendrá que conceder prioridad absoluta a la inversión cultural y a la formación permanente de su población. Esto es lo esencialmente importante, educar para producir riqueza, bienestar, justicia y felicidad. Todo lo demás será secundario.
Una ciudad es educadora cuando -además de sus tradicionales funciones económica y política-, desarrolle, reconozca y ejercite una tarea educadora cuyo objetivo sea la promoción y formación de todos sus habitantes, empezando por los niños y los jóvenes.
La pregunta es sí Zacatecas puede ser una auténtica ciudad educadora. Diariamente en periodos de clases, por las calles de la capital del Estado se desplazan más de 45 mil estudiantes de educación media superior y superior, sin contabilizar los alumnos de enseñanza básica. A esto se agrega la monumental arquitectura que distingue a la nuestra como una extraordinaria ciudad museo.
Qué hacer entonces para que efectivamente Zacatecas sea una ciudad educadora y no una ciudad cantina que ruidosamente despierta las noches de fin de semana y dolorosamente muere al ritmo de las campanas de catedral en el transcurrir de los días. Ésta es sí, una responsabilidad de la autoridad en todos los niveles, pero también de la sociedad en su conjunto.
A propósito de esto, con la finalidad de reflexionar y discutir un nuevo paradigma de ciudad, sin que pierda la esencia de lo local, los días 10 y 11 de este mes, auspiciado por la UNESCO, se realizará en Zacatecas el Seminario Internacional “Gobernanza Local y Ciudad Educadora”, en el que estará presente la Doctora Marina Canals, secretaria general de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (AICE) y especialistas de cinco países.
En la actualidad esta organización mundial adherente de la UNESCO cuenta con la membresía de 477 ciudades declaradas como educadoras, en 45 países de los cinco continentes. La finalidad de la realización de este evento académico es conducir la probabilidad de que Zacatecas avance en la línea de consolidarse como ciudad educadora. ¿Se podrá? Sin duda que sí.
La ciencia factor de cambio, por encima de la política
Los hombres del Renacimiento establecieron convencidos que la ciencia, más que la política, es la palanca transformadora de una sociedad. Parece que no estaban equivocados.
Hoy en día, los países desarrollados han comprendido que la única vía para garantizar competitividad, producir justicia y bienestar, es invirtiendo en ciencia. Tal vez por eso, Estados Unidos de Norteamérica canaliza en promedio al año más de 300 mil millones de dólares en investigación científica. China, el gigante asiático y motor de la economía mundial, destina 130 mil millones de dórales y Japón 125 mil millones.
En México el presupuesto para ciencia supera muy apenas los seis mil millones de dólares y en los últimos años se han visto reducidos los apoyos en becas en posgrados en el país y el extranjero.
Zacatecas, en materia de infraestructura y desarrollo científico, se encuentra en el lugar 28 de 32, revelando esto los desafíos que tenemos enfrente.
Nuestro Estado requiere, para forjar un mejor destino, constituirse en espacio promotor de la ciencia y la educación de calidad. De lo contrario no habrá salida a nuestros grandes problemas.
LNY/Redacción