Con Ramiro Flores en Villa de Cos, ni diálogo, ni soluciones
OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO
En cada proceso electoral se repite la historia, es tiempo de las promesas, los compromisos y el llamado a otorgar el respaldo a través del voto para conquistar tal o cual responsabilidad pública, para una vez en el poder, trabajar sin descanso por la gente y resolver la problemática que se padece.
Pero una vez en el poder, son pocos los que honran su palabra y se esfuerzan por trabajar con efectividad al servicio de la gente. La diversidad partidista no genera muchos contrastes y sin importar el color de las siglas que postulen a los candidatos, las excusas, explicaciones, negativas y pretextos son el común denominador del actuar de los gobernantes.
A lo largo de 43 años los Antorchistas hemos sufrido una y otra vez acciones en ese sentido, las promesas de campaña y compromisos adquiridos se convierten rápidamente en desdén y menosprecio de los gobernantes hacia el pueblo que ejerció la democracia y llevó al poder a quien lo convenció en el proceso previo.
Hoy la historia se presenta en Villa de Cos. Al inicio de la administración que encabeza Ramiro Flores Morán, mis compañeros expusieron modestas peticiones por escrito para la atención de servicios básicos y acciones de orden social para familias de las comunidades y colonias del municipio. La respuesta inmediata fue una retahíla de negativas y excusas, justificaciones y pretextos sobre la situación financiera del municipio, pero absolutamente ninguna esperanza de solución.
En los posteriores encuentros la tónica fue la misma, solo que se agregó un nuevo elemento, ahora pedían la lista de solicitantes para determinar qué acciones podían atenderse, solo que ante la interrogante sobre qué tipo de apoyos o beneficios, la respuesta era la misma, vamos analizar, nos reuniremos con el consejo para determinarlo. En realidad, no se trataba de resolver nada, sólo se tenía la intención de meter al laberinto burocrático a los peticionarios, para que una vez entregadas los nombres vinieran de nueva cuenta las excusas. Ante esto, no quedó otra alternativa que iniciar las protestas masivas y la primera de ellas se efectuó el 3 de julio de los corrientes, obteniéndose desdén y menosprecio del Alcalde que no solo ha ignorado las peticiones sino que además le suma el desprecio a sus gobernados, pues argumentando una reunión de trabajo en la capital se negó atención (cosa que puede ser cierta), pero no se propuso una fecha alternativa de audiencia, se nota desprecio en su máxima expresión.
Los Antorchistas no solo pedimos, trabajamos sin descanso en la gestión de acciones de beneficio común; la carretera Villa de Cos – Charco Blanco por más de 10 millones es una prueba de nuestra actividad en beneficio de las familias de este municipio, pero no solo eso, está en marcha la gestión de varias obras de infraestructura educativa que beneficiarán no sólo a los militantes del antorchismo, sino a centenas de familias del municipio, por ello resulta del todo inaceptable el trato recibido por el Alcalde Flores Morán.
El fenómeno no es nuevo, desde el surgimiento del antorchismo hemos enfrentado no sólo a personajes demagogos, sino también represivos e intolerantes, lo mismo a quienes padecen de amnesia y olvidan sus promesas de campaña, en todos los casos el camino ha sido siempre luchar al lado del pueblo oprimido con firmeza y determinación hasta vencer la cerrazón y la irresponsabilidad de los gobernantes, esta vez no será diferente y el antorchismo de Zacatecas está dispuesto a sumarse a la demanda de sus hermanos de Villa de Cos quienes enarbolan solicitudes justas.
Ramiro Flores Morán debe saber que los antorchistas de Villa de Cos no están solos, que no se equivoque, somos una fuerza social invencible y esta capacidad la brindan los más de 45 mil antorchistas de Zacatecas que defenderemos con todos nuestros medios la legalidad y justeza de sus demandas, por lo expuesto hago un llamado oportuno a que dialogue con la dirigencia, que acuerden acciones sociales que resuelvan los problemas de nuestros representados y que se respete el derecho de organización. Esperemos que así sea.