AMLO sigue la línea de Francisco I. Madero
PEDRO JASSO CARRILLO
Su apelativo era Francisco Ignacio Madero González, nació en Parras de la Fuente, Coahuila, en fecha 30 de octubre de 1873 en la Ciudad de México, quien falleció a causa de su ideología democratizadora en fecha 22 de febrero de 1913.
Empresario y político mexicano. Su proclamación en contra del gobierno de Porfirio Díaz suele considerarse como el evento que inició la Revolución mexicana de 1910.
Durante este conflicto, Madero fue elegido presidente de México, cargo que ejerció desde el 6 de noviembre de 1911 hasta su muerte. Poco más de un año después, en 1913, fue traicionado y asesinado (22 de febrero de 1913) junto con el vicepresidente José María Pino Suárez, como resultado del golpe de estado (la llamada Decena Trágica) dirigido por Victoriano Huerta, el gran traidor de la patria.
Francisco I. Madero, cuyas ideas políticas tuvieron como objetivo esencial el restablecimiento de la democracia, calificó al gobierno del general Díaz de la siguiente manera: “tanto el Poder Legislativo, como el Judicial están completamente supeditados al Ejecutivo; la división de poderes, la soberanía de los Estados, la libertad de los Ayuntamientos y los derechos de los ciudadanos, sólo existen en la Carta Magna”, y contra esa dictadura se inició la Revolución, porque junto con Madero, muchos hombres en México creían en la bondad de la democracia.
El Porfiriato generó, a la postre, un profundo rencor social que fue engendrado, como anotamos, por las diferencias que existían sobre la propiedad y el injusto reparto de la tierra, el cual, aunado a la falta de democracia en la vida política del país, fue el detonador de la inconformidad social que empezó a aflorar desde los primeros años de este siglo y que en 1910 estalló encauzada por el llamado de Madero a las armas.
Luego de treinta años, el Porfiriato terminó, dejando como legado un país cuyo sólido aparato productivo contrastaba con una profunda descomposición y una gran disparidad en la conformación del ente social, en este sentido se puede decir que el Porfiriato, con su crecimiento económico, crea nuevas contradicciones: un aumento de la desigualdad junto con el crecimiento, junto con la diversificación, tal vez, del país. Y también el endeudamiento de las condiciones, por lo menos para un sector importante del campesino.
En la actualidad, Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado que sigue los pasos de Madero, con la bandera en alto de la democracia en México, AMLO ha participado dos veces para ser presidente y la mafia del poder o el gobierno no lo han permitido, a pesar de que las encuestas lo ubicaron y lo ubican con puntero en las preferencias electorales.
El movimiento propagado por el Tabasqueño, lo han nombrado la 4ta transformación de México, donde pretende llevar a cabo parte esencial del Plan de San Luis, que en su momento propago Madero.
Si comparamos a los personajes que se rodeó Madero, podemos comentar que AMLO es Francisco I. Madero y Peña Nieto Victoriano Huerta y como la figura de Porfirio Díaz, lo comparamos con el PRI, cada uno por su lado, el primero buscando ejercer y permitir la democracia para todos los mexicanos, el segundo usurpando un puesto que no le pertenece y el tercero como un monarca queriendo estar en el poder de manera vitalicia.
Esperemos a que la lucha emprendida por López Obrador triunfe como triunfo la Revolución mexicana.
Posdata: Cuando tienes un tejado de cristal, no les tires piedras a tus vecinos.
