Claroscuros en la Procuraduría
GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ
El nombramiento de la nueva titular del Centro de Justicia para Mujeres en el estado de Zacatecas despertó el episodio de supuestos, claroscuros y sospechas en los procesos de procuración de justicia local que la ex directora, Mara Muñoz Galván, decidió ventear al definir su salida de la administración pública local.
En el terreno mediático, más que en el legal, la confrontación entre la ex funcionaria, organizaciones de mujeres feministas y la Procuraduría de Justicia del Estado mantienen empantanadas las acusaciones de una probable red de encubrimiento dentro de la Policía Ministerial ante posibles hechos constitutivos de delito.
El movimiento táctico más reciente en este conflicto impregnado de mediatismo fue puesto en marcha en un desplegado publicado en las páginas de algunos diarios locales. Dentro del documento signado por “Mujeres Activistas, Feministas, Académicas, Políticas y de la Sociedad en General” y despachado a la Secretaría de Gobernación, la titularidad de Fátima Encina Arroyo es puesta en duda por -otra vez- conjeturas de su probable participación en la obstrucción de justicia para aclarar la querella por la violación de Rosa María N.
Sin aportar documentales fehacientes ante el juicio de la opinión pública, espacio donde sumariamente las denuncias de la ex directora Muñoz Galván han pretendido desahogarse, en un principio se habilitó parcialmente la ausencia de pruebas por la respuesta y diligencia con que las autoridades procedieron a distanciarse de los señalamientos que la ex directora vertió sobre el mando del Subprocurador de Investigaciones, Jesús Manuel Valerio Pérez.
Por un lado, el Procurador, Francisco Murillo Ruiseco, en conferencia de prensa al día siguiente de la movilización mediática que emprendiera Mara Muñoz para difundir la versión de su salida, aseguró que no podía afirmar ni desmentir las aseveraciones de la ex directora. Ahí mismo, el titular del Ejecutivo, Alejandro Tello, se mostró “obligado” a investigar los supuestos ya mediatizados, por el simple hecho de que había conocido del mismo a partir de las informaciones que inundaron los noticieros.
Enfáticamente, el gobernador invitó a la denunciante a formalizar sus señalamientos ante las autoridades correspondientes. La respuesta imitaba su réplica sobre las acusaciones de corrupción de algunos funcionarios de la pasada administración ventiladas en los espacios públicos, pero sin denuncia oficial que mediara esas versiones de los pasados manejos ilícitos. El gobernador desestimó entonces que la ex directora del Centro de Justicia había evadido una de sus responsabilidades vertebrales, que era dejar constancia de lo actuado ante los controles correspondientes.
En solicitud de información pública con el folio 00258817, resuelta por la Unidad de Transparencia de la Procuraduría de Justicia del Estado, la Unidad de Asuntos Internos y Derechos Humanos de dicho cuerpo de justicia manifestó que:
“… en los Libros de Gobierno con los que cuenta esta Unidad de asuntos Internos y Derechos Humanos, no se encontró registro alguno de queja interpuesta por la entonces directora del centro de Justicia para Mujeres en contra de funcionarios de esta Dependencia por obstruir procesos de Investigación en contra de probables delitos cometidos por Agentes del Ministerio Público local por violencia en contra de las mujeres zacatecanas, como de ninguna otra índole.”
Esto implicaba que buena parte de los esfuerzos realizados por Mara Muñoz -y en contrasentido a sus funciones sustanciales y de protección de los derechos de las féminas- la ex directora en ningún momento dejó constancia de lo acusado frente a los órganos de control interno adecuados para expresar el cúmulo de irregularidades que habría encontrado al desempeñar las tareas de defensa de las garantías de ese grupo vulnerable, así como de la prevención de la violencia contra las mujeres.
Como se manifestó en este espacio el pasado 11 de abril: “Los argumentos de Mara pudieran ser tangibles y contener veracidad suficiente, empero, el no haberlos procesado como responsable de la transversalidad de las políticas de género para la procuración de justicia y la prevención de la violencia con enfoque de género” contrariaba su cruzada contra las instituciones.
El conflicto permanece y seguirá creciendo en el terreno de los señalamientos y la mediatización de los mismos debido a que la parte “interesada” en develar el probable intricado de complicidades y abuso de poder al interior de la Procuraduría de Justicia no utilizó las herramientas a su alcance que sujetaran a la autoridad a un proceso de investigación exhaustiva que comprometiera sus alcances con la presión en los medios informativos.
En juego estaba la posibilidad de conocer la probable red de tráfico de influencias en la Policía Ministerial, pero el interés de grupo se ciñó al interés individual. En su momento Mara negó buscar una candidatura en los próximos comicios, sin embargo, el pasado 10 de junio como partícipe del Foro “Por México Hoy” saludó el proyecto de izquierda.
¿Quién reivindica ahora a Rosa María N.? En palabras del gobernador: él está “obligado”.
Twitter: @GabrielConV