El desarrollo del recurso humano
ULISES MEJÍA HARO
Yo Emprendo por Zacatecas
Una de las más altas prioridades de todo gobierno debe ser la creación de más y mejores empleos que abatan el desempleo, subempleo y la informalidad, y con ello, se mejoren los niveles de bienestar social, la productividad y el crecimiento económico en sus demarcaciones.
En Zacatecas, no obstante, a que existe desempleo, los sectores ocupacionales: industria, construcción, comercio y servicios se quejan de la insuficiencia de trabajadores para cubrir sus vacantes en los diferentes puestos de trabajo de sus empresas; igualmente se quejan de la alta rotación de personal por baja permanencia debido al abandono o renuncia de los trabajadores por diferentes motivos.
Este fenómeno requiere de estudios más profundos que expliquen el contraste de desempleo y de falta de trabajadores en las empresas, cuyos resultados den origen a políticas públicas orientadas a mejorar la inserción laboral y la productividad a través de la capacitación certificada de los trabajadores, para que estos laboren en la actividad que más les guste y acomode de acuerdo a su perfil, lo que sin duda mejorará su permanencia laboral y sus percepciones económicas y con ello, la productividad y el crecimiento económico.
En este sentido, vale la pena considerar la recomendación R195 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la que sugiere, que los gobiernos deben revisar las políticas de desarrollo de recursos humanos, educación, formación y aprendizaje permanente que “hagan hincapié en el desarrollo económico sostenible, en el contexto de una economía globalizada y de una sociedad basada en el saber y la adquisición de conocimientos”, así como “en el desarrollo de las competencias, la promoción del trabajo de calidad, la conservación del empleo, el desarrollo social, la inclusión social y la reducción de la pobreza”.
La OIT plantea que las políticas de desarrollo de los recursos humanos, de educación, de formación y de aprendizaje permanente deben conceder gran importancia a la innovación, competitividad, productividad, crecimiento económico y creación de empleos de calidad. La innovación crea nuevas oportunidades de empleo, pero también exige nuevos enfoques en materia de educación y formación; así como la validación de los conocimientos y las competencias adquiridos de los trabajadores que permitan satisfacer la demanda de los empleadores y con ello, su inserción laboral con mayor permanencia y productividad. Apostar por empleos de calidad resulta rentable gracias a los progresos en materia de productividad, para lo cual se propone la inversión en la formación profesional y en la seguridad e higiene en el trabajo.
Existe una relación directa y positiva entre la educación, la formación y la productividad que se constata cuando al comparar países, los mejores resultados en términos de productividad y de crecimiento económico se obtienen en aquéllos en donde las personas están mejor instruidas. La tecnología, el otro factor invocado como clave para la elevación de la productividad, no es más que un resultado de la educación, la cultura, la creatividad y los sistemas de administración.
Para mejorar la inserción laboral y acceder a mejores puestos de trabajo con mayor remuneración, con repercusión en una mayor productividad del trabajador y de la empresa, se requiere que los trabajadores cuenten con los conocimientos, la capacitación técnica, destrezas, perfiles y competencias validadas mediante mecanismos de evaluación y certificación transparentes, con objetivos no discriminatorios y vinculados a normas, los cuales tengan reconocimiento nacional de las aptitudes profesionales y aprendizajes obtenidos de manera formal o no formal. Por lo que en el marco nacional debe incluirse un sistema de certificación confiable que garantice que las aptitudes profesionales sean transferibles y reconocidas por los sectores, las industrias, las empresas y las instituciones educativas.
De acuerdo a la OIT, el proceso de certificación requiere de la evaluación de las competencias del trabajador. Previamente el candidato debe haber conocido los perfiles de competencia y los requerimientos de desempeño práctico y de conocimientos que precisa en el área ocupacional en la que sería certificado. Tal evaluación supone la recolección de evidencias sobre su desempeño práctico y los conocimientos básicos y aplicados requeridos en su trabajo. El resultado de la evaluación se compara contra el perfil ocupacional y se establece si cumple o no con el desempeño allí establecido. En caso de ser necesario, se brinda al candidato información y facilidades de acceso a programas de formación que le permitan completar sus competencias y acceder a nuevas oportunidades de evaluación y certificación.
Javier Arreola comenta sobre el Reporte del Foro Económico Mundial 2016 (WEF), que en esta era de la Cuarta Revolución Industrial, el mercado laboral, con sus inherentes oferta y demanda está experimentando los siguientes puntos de presión: La tecnología está cambiando las industrias a un ritmo acelerado y el mercado de trabajo está en un periodo de incertidumbre; la automatización y la evolución tecnológica están forzando a empleados y a empresas a cambiar continuamente, de no hacerlo se abren grandes brechas de habilidades relevantes; otro fenómeno conectado al desempleo es la falta de personas calificadas para ciertos puestos especializados. De acuerdo al reporte WEF, las habilidades más importantes que la fuerza laboral requiere para el 2020 son: Resolución de problemas complejos, pensamiento crítico, creatividad, gestión, coordinación, inteligencia emocional, toma de decisiones, negociación y flexibilidad cognitiva.
Como vemos, en el país y especialmente en Zacatecas hay mucho por hacer en materia de desarrollo de los recursos humanos, de educación, de formación y de aprendizaje permanente. ¡A darle, porque el que nunca empieza, nunca termina!
*Maestro en Administración
FB: @mejiaharo
