Las Piezas del Ajedrez: ¡Reprobado!

EFRAÍN ESPARZA MONTALVO

El pasado 12 de septiembre escribí en este mismo espacio que al recién estrenado gobernador de Zacatecas le auguraban tiempos difíciles, que le sería bastante difícil enderezar un estado sin rumbo y en bancarrota, agonizante en las fauces de la inseguridad y moribundo por los excesos de corrupción cometidos durante los seis años anteriores. Dije también que el equipo de Alejandro Tello Cristerna estaba obligado a trabajar a marchas forzadas para recuperar la confianza de un pueblo dividido por las campañas políticas, y para entregar resultados que legitimaran un triunfo que para muchos fue producto del fraude, así como para evitar el “linchamiento mediático” al que permanentemente se ven sometidos los gobiernos ineficaces, como el que acababa de terminar.

Lamentablemente, apenas transcurridos ocho meses de gobierno, el de Alejandro Tello goza de un descrédito impresionante que alcanza el 70 por ciento, lo que se traduce en la manifestación más pura de enojo ciudadano hacia una administración que prometió resultados efectivos, o la renuncia de su titular por incapaz.

¡Siete de cada diez zacatecanos reprueban al gobierno del estado! ¿Sabe lo que eso significa?

Amén del rechazo natural por los problemas cotidianos que cada vez son más evidentes y violentos (en el caso de la inseguridad), y por la falta de oportunidades de empleo, la escasez de circulante y la falta de apoyo a los grupos vulnerables, así como la desatención a la educación y a la salud, significa la imposibilidad de resolver esos y otros males pues el gobierno no está legitimado para ello; no puedes hacerlo con sólo tres de cada diez gobernados que te apoyan.

La encuesta que México Opina publicó la semana pasada en diversos medios de comunicación y en la que se evaluó el desempeño de todos los gobernadores del país y su grado de aprobación, refleja lo que en Zacatecas padecemos desde septiembre pasado: un grado de descomposición tal, que quienes votaron incluso por el contador Tello le reprochan ahora su ineptitud.

Dice la medición demoscópica que el gobernador de Zacatecas es aprobado por tres de cada diez ciudadanos, y lo ubica al mismo nivel de su par y correligionario priísta Eruviel Ávila, del Estado de México, mientras que gobernadores como el de Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Baja California Sur, y Yucatán, (panistas todos), ocupan los cinco primeros lugares con números que rebasan el 70 por ciento de aprobación.

Pero no debe sorprendernos, en lo absoluto. El gobernador Tello es hechura del inefable y tristemente célebre Miguel Alonso Reyes; formó parte de su gobierno y del saqueo descomunal que quebró técnica y financieramente al estado, y fue parte de esa red de corrupción que recientemente fue hecha pública y que él mismo reconoció como existente (la nómina secreta) que habría desviado, tan sólo de “bonos de productividad y eficiencia” para un grupo de incondicionales, la cantidad de 2 mil 900 millones de pesos. En ese sentido, loco estaría el gobernador si se diera un balazo en el pie investigándose y con él a sus colaboradores que fomentaron y se beneficiaron de actos de corrupción en el pasado reciente.

Por eso el rechazo ciudadano es contundente: por lo que ha dejado de hacer, y por las mentiras que son reiteradas en su discurso, sin contar desde luego el grado de valemadrismo a la hora de enumerar las tragedias que todos los días padecemos los zacatecanos en materia de inseguridad, y que para él son cosa del imaginario colectivo.

Al ritmo que vamos, para el 2021 Alejandro Tello tendrá un nivel de aprobación por debajo del uno por ciento, con lo que ello significa para un estado como el nuestro copado por la delincuencia, maniatado por los grupos políticos que afanosamente buscan el poder para beneficiarse a sí mismos, e imposibilitado para crecer siquiera a niveles de media nacional en generación de empleo, de aprovechamiento escolar, de abatimiento de muertes por enfermedades crónico degenerativas, de reducción de la pobreza, y demás tópicos.

Por lo pronto, hay que decirlo, el gobierno de Tello está ¡reprobado!

Pero son tan cínicos, que no dudo que cualquier día de la semana salgan públicamente a decirnos que eso de la encuesta también es un asunto de percepción y que sólo está en el imaginario colectivo.

De salida 1.- Ganó el menos peor. Las elecciones en el Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas, SPAUAZ, dejaron como ganador al doctor Pedro Martínez Arteaga –el candidato oficial– dicen algunos. Lo mejor del proceso es que, por fin, un hombre serio y bien presentado se hará cargo de un sindicato que en los últimos períodos cayó hasta lo más bajo, con líderes vulgares, descuidados en su aspecto personal, no académicos, y hasta de dudosa procedencia. El paquete se antoja cuesta arriba para Pedro, no obstante, se le nota entusiasmado y dispuesto a recuperar la credibilidad y confianza de sus agremiados, que mucho, muchísimo esperan de él y de su comité.

De salida 2.- Con profunda pena tristeza me enteré la semana pasada del fallecimiento del matador zacatecano José Antonio Enríquez Barraza. Vaya desde aquí un abrazo fraterno a sus hijos Jesús y José Antonio, y en especial a Alicia y Nena, a quienes guardo especial cariño.

De salida 3.- Dice mi muy querido y admirado maestro Federico Carlos Soto Acosta, que los problemas de México, en su inmensa mayoría, obedecen a que nuestra sociedad es muy joven (apenas 200 años), y tiene razón. Si bien la descomposición del tejido social se ve fomentada por los problemas de narcotráfico y pobreza, el razonamiento del maestro Soto me deja la sensación de que, aunque no por sí sólo, muy pronto veremos el renacimiento de un nuevo país, con más y mejores oportunidades para todos, pues los ciclos se cumplen tarde o temprano, buenos y malos.

Hasta la próxima.

El autor es analista.

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