Los legisladores estadounidenses, un ejemplo a seguir
RAÚL SILVA TORRES
Cuando la ciudadanía vota por un diputado local o federal, lo hace para que defienda e impulse iniciativas legislativas para el bien común, no para que solapen las imposiciones de los gobernantes en turno.
En su actuar no debe pesar la ideología política, el partido político que los postuló o los intereses personales, si no el bienestar de quienes los eligieron, esa debería ser el principio de su desempeño legislativo.
Una de esas muestras políticas la ha dado la Cámara de Representantes de Estados Unidos, cuyos integrantes antepusieron el bien de su comunidad antes que los caprichos del actual presidente de ese país, Donald Trump.
Aunque, este año los republicanos asumieron el control de las dos cámaras del Congreso, la de representantes y el senado, también consiguieron la Casa Blanca.
Una de las procesas de campaña del ahora mandatario estadounidense fue revocar la reforma del Sistema de Salud denominado Obamacare, que esta semana cumplió siete años de existencia.
Los republicanos, que aventajan a los demócratas en la Cámara de Representantes por 44 legisladores, presentaron un nuevo Proyecto de Ley de Reforma de Salud, del que se supondría sería aprobado esta semana.
Ante la falta de acuerdos políticos entre los mismos republicanos, de última hora fue retirado el proyecto, lo que presumió la primera gran derrota del presidente de Estados Unidos y del Paul Ryan, líder de la Cámara de Representantes.
Previo al jueves pasado, Trump se dedicó a intentar convencer a los republicanos más conservadores de aprobar una nueva reforma, pero no fue aceptada por estos ya que afectaría a millones de ciudadanos considerados de escasos recursos.
El presidente fue quien dictó la agenda legislativa de los republicanos, y esta sería su primer gran victoria ante la bancada demócrata.
Las ambiciones del mandatario no pudieron con los ideales de la mayoría de representantes, y no defraudaros a los electores de sus distritos, que suman alrededor de 24 millones de personas que se benefician del obamacare.
Con este sistema, millones de familias reciben cobertura sanitaria para adultos mayores, adicciones, nuevas madres y todas las mujeres. La comunidad latina es una de las que mayormente se beneficia.
La ola de racismo y xenofobia, iniciada en la nueva administración estadounidense, no trastocó la conciencia de los representantes, quienes se mantuvieron firmes en sus convicciones pese a las presiones y amenazas de Trump.
Se encendió un rayo de luz, pues se demuestra con hechos que Estados Unidos aún sigue siendo un país de instituciones, y de absoluta autonomía entre los poderes de la unión.
Este debería ser un claro ejemplo que bien pudieran impulsar en el Congreso local de Zacatecas, donde el gobierno tiene a sus pies a la mayoría de diputados, a los que utiliza para conseguir sus fines.
Estos representantes del pueblo no hacen otra cosa más que aprobar cuentas públicas sin revisión profunda, empréstitos, arrendamientos de servicios públicos, presupuestos de ingresos y egresos, leyes controversiales, entre muchas más.
Es una lástima que los diputados zacatecanos prefieran hundir a quienes lo eligió para quedar bien con el gobierno de su partido. En ellos no aplica desquitar el alto salario que perciben, ni apoyar a sus electores, ni a buscar el bien común.
Desde hace siete años, el PRI y sus aliados Panal y Verde Ecologista ha hecho y desecho a su antojo en el Poder Legislativo. Dos trienios en los que ha ganado la sed de poder, más que el bienestar del pueblo.
Para estos legisladores, pareciera que el mandatario de Zacatecas es su dios y su partido político su religión. Aquí no hay autonomía, solo el contubernio que permite joder al pueblo y beneficiar a la clase política. Ojalá que algún día esto pueda cambiar…
