Reparación de Niños Dios en Zacatecas, tradición de época navideña

Zacatecas, Zac.- Con cariño y paciencia, las manos de la estirpe de la familia Castorena restauran los Niños Dios, símbolo de los Nacimientos mexicanos al que muchas personas sienten como parte de la familia, por lo que hacen todo lo posible por cuidarlos.

Es debido a ello que en la sociedad zacatecana aún existe el oficio de la reparación de Niños Dios, solicitud de servicio que se incrementa sustancialmente durante la época navideña, para brindar a las personas dueñas de imágenes, la alegría de tener por un tiempo más su preciada posesión.

Aunque no es común encontrar negocios que se dediquen única y exclusivamente a la reparación de estas figuras, en la capital zacatecana este tradicional trabajo lo hace la familia Castorena, en un pequeño negocio que tiene en la popular colonia Minera.

Hace más de 40 años, el señor Manuel Castorena de la Cruz, conocido como Mey, inició por hobby la reparación de Niños Dios. La atención la brindaba sólo a familiares y conocidos, narra su hijo Álvaro Castorena Juárez, hoy encargado del establecimiento.

La demanda del servicio poco a poco se fue incrementando, hasta que toda la familia terminó involucrándose en el trabajo y actualmente es un próspero negocio, que labora todo el año; aunque por obvias razones de noviembre a febrero es cuando aumentan la clientela y reparan entre 15 a 20 efigies diarias.

Álvaro Castorena, al igual que otros tres de sus cuatro hermanos, se dedica de tiempo completo a la reparación de Niños Dios. Ya tiene 15 años en el oficio e incluso estudia Conservación y Restauración para brindar un servicio de calidad en la “curación” de las esculturas.

Mientras repara un Niño Dios de piel blanca, este zacatecano comenta que algunos trabajos son difíciles y se llevan hasta un día completo de labor, pues son verdaderos rompecabezas que hay que armar y hasta rehacer partes del cuerpo.

La familia Castorena reconstruye imágenes de yeso, resina, barro, madera de colorín y hasta de cera, comenta el entrevistado mientras a sus espaldas cuelga un letrero que muestra la calidad de su servicio y atención: “Lo imposible lo hacemos inmediatamente. Los milagros tardan un poco más”.

Orgulloso del resultado de la restauración, muestra un Niño Dios de piel oscura al que le reconstruyó parte de una mano y “ni siquiera se nota”. Mientras en uno de los estantes, espera su turno de arreglo una imagen que tiene la cabeza destruida.

Los anaqueles del negocio están repletos de Niños Dios, de todos los tamaños y colores, en espera de reparaciones o restauraciones.

Pero ellos no son los únicos. También hay imágenes de la Virgen María y San José que requieren de atención inmediata.

Un ejemplo del cariño que las personas tienen a sus Niños Dios, es la señora María Auxilio Salazar, quien previo a la Navidad llevó a reparar su imagen, porque no se quiere deshacer de ella, ya que fue un regalo que le hicieron hace unos 30 años.

Sin embargo, ese no es el Niño Dios más antiguo que han arreglado en el negocio Castorena, pues ese privilegio lo tuvo una imagen de más de cien años, perteneciente al tatarabuelo del cliente que lo llevó. “Estaba hecha de madera de colorín y quedó perfecta”, afirma Álvaro.

El costo de la reparación depende de la dificultad del trabajo. En el caso de la señora María Auxilio Salazar le cobraron 70 pesos por el mantenimiento de una imagen de unos 30 centímetros; pero a Sergio Flores le costó 60 pesos el trabajo por un Niño Dios de unos cinco centímetros.

La destreza de quienes integran la familia Castorena permitió que esta fuera una Nochebuena en muchos hogares zacatecanos, donde el Niño Dios nació en perfectas condiciones, envuelto en hermosos vestidos y recibido con cariño.

LNY/Notimex 

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