Los XV años de Rubí y el riñón para Marcos
DANIEL ENRÍQUEZ ROBLES
Llevamos semanas enteras siendo testigos de una avalancha de vídeos, memes y parodias en torno a la fiesta de XV años más mencionada en la historia de México, y puede quizás en todo el mundo. Las redes sociales no solo han demostrado su poder de viralizar contenido, sino que también son la punta de lanza de las modas y temas de conversación de la sociedad. (Vídeo sobre La Joya, SLP).
Hoy es Rubí, ayer fue Donald Trump, el resbalón de la diputada zacatecana Iris Aguirre, la eliminación del Guadalajara de la Liguilla, y mañana puede que sea la derrota del América en el Mundial de Clubes, a menos que un nuevo error del Presidente de México invada los portales, o qué decir de un ciudadano común y corriente, que con algún ademán o feeling característico de su persona y su irreverencia, servirá de “comidilla” para una sociedad mexicana que encuentra en las redes sociales el espacio indicado para despotricar su enojo, frustración y estrés acumulada en toda la semana, y por qué no decirlo, su buen humor.
Pero debo ser claro, no soy un analista de las redes sociales, ni mucho menos un influencer de las mismas, sino que me nació la idea de escribir sobre la quinceañera Rubí, debido a un vídeo que encontré hace un par de días, en el que una familia del mismo pueblo en donde se realizará la fiesta del año, solicita ayuda al pueblo en general, personas de la farándula, periodistas, políticos y demás, para reunir la cantidad necesaria y poder realizar un trasplante a su hijo Marcos. (Vídeo de Marciana Galván solicitando ayuda para el trasplante a su hijo Marcos)
¿Qué me motivó a escribir sobre Rubí y Marcos?
Ambas historias ocurren en el mismo Ejido, La Joya, San Luis Potosí.
Ambas madres quieren la felicidad y el bienestar de sus hijos, tanto la mamá de Rubí, como la de Marcos Galván.
Ambas familias recurrieron a las redes sociales como medio para masificar un mensaje en favor de sus hijos.
Ambas historias reflejan un tipo de condición social específico, por un lado, una familia realiza una fiesta con un excedente de dinero para armar la fiesta de ensueño de su hija; por otro, una familia con dificultades económicas para pagar préstamos que son usados para las diálisis y trasplantes que mantengan vivo a su hijo.
Ambas familias son formadas por tres integrantes: Madre, Padre e Hija/Hijo.
Ambas familias manejan un sentimentalismo especial; la familia de Rubí, con gusto invitaron a su gente, sintieron frustración ante las burlas y memes que los cibernautas les hicieron. Por su parte, la familia de Marcos Galván siente aflicción y preocupación por no poder contar con los medios para sanar a su hijo.
Ambas familias son mexicanas y forman parte de nuestro mosaico social. Existe una distancia económica entre las dos familias.
Como ellos existen muchos casos en nuestro país, y por desgracia, las televisoras suelen abusar de sus historias para poder subir el rating de sus programas. Sin embargo, cada vez más estas historias terminan con un final feliz, pues de estos dos casos ocurridos en el mismo Ejido, se van encaminando a la estabilidad de las familias antes de ser los #1 de las redes sociales.
Hoy sabemos que la familia de Crescencio Ibarra ha superado la tensión familiar al ser el ojo del huracán, encontrándose listos para celebrar la tan anhelada fiesta en el pueblo, con sus invitados y los que lleguen.
Y lo que más me llena de alegría, la familia de Marciana Galván Flores ha recibido muchos mensajes, así como diversas muestras de ayuda para que su hijo pueda mejorar su estado de salud, por lo que esta madre de familia agradece a todas las personas, al igual que a Rubí. (Vídeo de agradecimiento de la Sra. Marciana Galván)
Si usáramos las redes sociales para bien, habrá mayor esperanza para que este país sea mejor, principalmente acortando las desigualdades entre unos y otros. Deseo de corazón que ambas familias se pasen una buena fiesta el 26 de diciembre.
Twitter: @Velvetfusca